Jim ParsonsMe doblé hasta los codos las mangas de la camisa y cogí una cuchara de madera para remover la salsa de los espaguetti. Mayim estaba apoyada sobre la isla de la cocina picando unos tomates para la ensalada, era extraño pero ahora que estaba con ella me daba cuenta de lo mucho que la había echado de menos, era como si la necesitase a mi lado. Disfrutaba estando con ella.
Abrí el agua caliente para lavarme las manos, una de mis tantas manías, aplicándome un poco de jabón del dispensador.-¿Así está bien, Jim?- dijo mostrándome la ensalada.
-Eh...sí, sí.-me giré para echar un vistazo rápido lo que hizo que al intentar cerrar el grifo lo abriese al máximo y me mojase entero.- ¡Porras!
Mayim se apresuró a cerrarlo alejando el cuerpo del fregadero para evitar terminar empapada.
-Estás...- apenas terminó la frase y comenzó a reír.
Levanté los brazos a la altura del abdomen mirando hacia abajo viendo el desastre que acababa de hacer y empecé a desabrocharme los botones.
-Anda ven, deja que te ayude.
Mayim se colocó detrás de mi sujetando la camisa hasta que me la quité por completo. La cogió con cuidado y la llevó hacia la butaca del salón que estaba en frente de la chimenea extendiéndola para que se secase.
-Voy a ponerme algo, ¿te importaría atender el fuego?
-En absoluto, Jim. Tú ve a secarte.- volvió a reirse.
La miré desafiante con una sonrisa en los labios y me dirigí a mi habitación. Abrí uno de los cajones donde guardada las camisetas de manga corta y me llevé la primera que vi al baño para ponérmela después de secarme.
Alguien llamó a la puerta de mi apartamento, la verdad no esperaba a nadie y Johnny tenía sus propias llaves así que dudaba que fuese él ya que desde que me había ido pasaba más tiempo en casa de Kaley.
-¡Abro yo!- escuché gritar a Mayim desde la cocina.
-Hola cielo, ¿está Jim?- la voz de la señora Collins se oía al otro lado de la puerta.
-Sí, un segundo. ¡JIM! Pase por favor no se quede ahí de pie.
Me apresuré en vestirme y caminé hacia el hall.
-Hola Agnes.- saludé alegremente colocándome detrás de Mayim.
-¿Llego en buen momento?- dijo con cierto tono picarón.
Miré a mi amiga encogiéndome de hombros, no entendía la pregunta aunque ella sí pareció hacerlo cuando vi que curvaba sus labios y me señalaba. Llevaba la camiseta del revés y el pelo algo mojado y despeinado.
-Oh no, no, no, señora Collins.-reí ante su insinuación.
-Sólo quería pasar a ver cómo estabas hijo, escuché a Rufus ladrar y supe que habías vuelto pero no te encontré en casa. Así que volví a pasarme ahora.
Me acerqué para que Agnes pudiera darme un abrazo y agradecerle su interés. Mostró sus condolencias por la muerte de mi padre y parecía alegre por mi regreso.
-¿De verdad no quiere quedarse a comer?- pregunté insistiendo de nuevo después de hablar con ella un buen rato.
-No, hijo, os dejo a vuestras cosas.
Se despidió de ambos y se fue escaleras arriba.
Mayim Bialik
Estábamos en mitad de la comida y los espaguetti de Jim estaban deliciosos, ¿había alguna cosa que se le diese mal? Podría ser interesante sacarle algún defecto y también misión imposible.
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The Theory of Everything
FanfictionUna historia paralela a la vida en plató de los personajes de The Big Bang Theory. Jim Parsons, estrella de la comedia número uno en el mundo, pasa más horas siendo Sheldon Cooper que él mismo dándose cuenta que su personalidad se ve influida en mu...