The Theory of Everything

Chapter 47

Mayim Bialik

Encontrar aparcamiento a la entrada del Centro comercial había sido tarea fácil en comparación con la búsqueda de las semillas de chía y sésamo. Sólo había dos posibilidades: que las hubiesen cambiado de sección o que estuviesen agotadas. Pero yo seguía con mi carro delante de las grandes estanterías intentando encontrarlas por mis propios medios.

-¿Puedo ayudarla en algo?

Un chico moreno de unos veinticinco años, bastante delgado y con la piel pálida,  me miraba inquisitivamente desde el otro lado del carrito.

-Ah..., sí, me preguntaba dónde tenéis las semillas de chía y sésamo.

-Están en el pasillo de ahí enfrente. Han estado recolocando las secciones y hay cosas que hemos cambiado de sitio. Disculpa.

-No te preocupes. ¡Gracias!

Sonrió tímidamente con un levantamiento de mandíbula y se marchó a pasos agigantados atravesando el pasillo.

-Veo que las has encontrado.- dijo Melissa señalando los dos grandes paquetes en mis manos.

-Las habían puesto en esos estantes de ahí.- me giré en la dirección a la que me refería y ella me siguió con la mirada.

-¿Entonces ya lo tenemos todo? He cogido el kilo de tomates que querías y las espinacas.

-Muchas gracias, te debo una.

Melissa se había ofrecido para ayudarme con la compra antes de participar en uno de mis vídeos para grok nation, algo que no había hecho desde hacía meses, y aún no había estrenado la videocámara que me regalaron por mi cumpleaños.

-Bueno...,¿vendrán todos al final?

–Tengo mis dudas con Kaley y Johnny, es el cumpleaños de la sobrina de él. Pero Simon, Kunal y Jim sí, o al menos no han dicho lo contrario hasta el momento.

–¿Y Todd?–hizo una pausa mirándome con los ojos entornados.

–Jim dijo que vendría con él.

–Perfecto.

Me quedé mirándola arrastrando el carrito hacia las cajas para pagar. ¿Qué interés tenía en Todd? ¿Sabría de algún nuevo cotilleo y al no contar con la presencia de Kaley pretendía depositar todas sus pesquisas en mí?

–¿Por qué decías lo de perfecto?

Mientras me respondía fui colocando la compra sobre la cinta y saludé a la cajera.

–Porque Jim lleva unos días comportándose un poco raro.– sacó los tomates y el pescado y lo colocó junto a las barras de pan.

Desvíe la vista hacia el techo. Intenté recordar lo sucedido recientemente y todo en torno a Jim parecía distinto, siempre con prisa, cancelando planes con el grupo...,hasta me extrañó que hoy aceptase la invitación de venir a comer a mi casa junto con lo demás.

–¿En efectivo o con tarjeta?

Los ojos de Melissa se clavaban sobre mí con impaciencia mientras seguía dándole vueltas a la cabeza.

–Mayim...

–Ah..., con tarjeta, con tarjeta.– me apresuré a decir cogiendo algunas bolsas y dejando que Melissa llevase las restantes. Esperé a que se hiciese la operación y guardé el ticket como pude en uno de los departamentos de la cartera.– Gracias, hasta luego.

–¿En qué estabas...?

–¿Pensando? En eso que me has dicho y tienes razón. Hace tres días me llamó Todd para preguntarme si le pasaba algo a Jim o sabíamos en qué andaba metido.