Capítulo 48

706 60 10
                                    


-Amor, ya me voy a trabajar- me acerco a Niall quien se encuentra viendo un partido de futbol. Casi tan rápido como la luz, su mirada se alza para darme una sonrisa. Al levantarse del sofá su altura deja abajo mi pequeña figura.

-No te vayas- suplicó con un tierno puchero mientas me tomaba de la cintura y besaba mis labios recién pintados de un rosa pálido.

Al poner mis manos en su nuca comencé a acariciar su suave cabello.

-Tengo que irme- susurre sobre sus labios- después no tendremos qué comer- me burlo con una risa acompañando mi oración.

-¿Ah sí?- dice bajo, tomando mi labio inferior entre sus dientes- creí que yo hacía esa parte- Vuelve a plantar un beso sobre mis labios.

-Tú sólo ves futbol- bromeó sabiendo lo dedicado que es en su trabajo.

-Créeme que eso terminará muy pronto, en cuanto comience la gira. Y ganaré más que tú- contraataca en su defensa.

Mis ojos se fruncen pero no evito reír- Eres un tonto, y te amo.

-Yo mucho más a ti bebé.

Nuevamente juntamos nuestros labios por ciertos minutos hasta que me fuerzo a terminar el maravilloso beso.

-Me voy. Alimentaré aunque sea los coches- con eso me despido alejándome por la puerta principal.

(...)

-¿Puedes llevar esto a la mesa cuatro querida?- preguntó la jefa de turno al verme pasar enseguida de ella, inmediatamente tomé la charola con los más de dos platillos. Mis piernas flaqueaban esperanzadas a mantenerse de pie.

-Claro- asentí girándome en busca de la mesa, tan sólo me tomó unos cuentos segundos para visualizarla y encaminarme entre los meseros que recorrían a prisa los estrechos pasillos entre las mesas.

-Aquí está su orden- dije al grupo de amigos que yacían sobre las sillas. Una vez que repartí la serie de platillos les dediqué una amable y honesta sonrisa- ¿Necesitan algo más?

-Tu número de teléfono nena- dijo uno de ellos, mi ceño se frunció casi al instante, luego de digerir sus palabras.

-Si necesitan algo, con respecto a mi trabajo, encantada de ayudarlos. De lo contrario me retiro, debo seguir atendiendo a la gente- mi tono fue tranquilo y respetuoso, lo que menos necesitaba era tener problemas con mis superiores, sin embargo, los chicos no se quedaron cayados, continuaron pidiendo aquello que claramente no les daría.

-Anda nena. Somos buenas personas, ¿O quieres que ponga una queja por mal servicio?- preguntó uno de cabello rojizo. Esto no era más que un simple juego de niños, se podía notar cuán inmaduros eran. No evité el hecho de rodar los ojos, este tipo de personas son tan repulsivas.

-Oh mierda- susurró el castaño- eres la novia del jodido cantante ¿No?

No quería responder aquello, ni tampoco ninguna de sus preguntas. Que lo llame así hace que la llama dentro de mí se encienda casi de inmediato. Si no fuera porque estoy en horario laboral, le hubiese volteado la cara de un puñetazo.

-¿Qué?- preguntó el pelirrojo en tono incrédulo- ¿el cantante de mierda?

Fue ahí donde toda mi tranquilidad se fue al caño, mis labios se fruncieron colocándose en una firme y apretada línea. Los nudillos en mis manos se pusieron blancos, sin contar las uñas encajadas en mi piel.

-No vuelvas a llamarlo así- espeté. Podía sentir la ira brotar de mis ojos, sentía el enojo carcomiéndome los huesos.

Mi pecho subía y bajaba con fuerza, cada vez que tomaba aire, en vez de tranquilizarme lograba que el fuego dentro de mí creciera a tal grado de no poder controlarme. Él hizo una risa burlona, dejándome ver la falsedad en ella. No podía y no quería salirme de control, así que con toda la fuerza que pude ejercer contra el frío deseo de maldecir, dejé pasar toda la rabia que irradiaba mi anatomía para girarme, alejándome de la tensa conversación.

Buscar Hasta Encontrarte (Niall Horan y Tú) |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora