Capítulo 49

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-¿Segura que puedes llevarme?- pregunto a Vanessa quien sigue manejando por las calles estancadas, gracias a los cientos de autos que se encuentran circulando el día de hoy.

-Sí, claro. Sólo déjame pasar por unas cosas a mi casa, sino tendré que regresar otra vez- dice mirándome momentáneamente.

-Está bien- asiento, mi vista se pasea por la ciudad y su belleza en arquitectura.

Vanessa pone un poco de música para terminar con el momento incomodo, lleno de silencio. Yo por mi arte además de hacer lo que evidentemente hago, observar, me quedo pensando en que no me ha llamado Niall. De cierta manera me siento algo torpe por llamarlo sin saber realmente lo que estaba viendo, es decir, el podría estar en su trabajo y yo toda histérica diciéndole que Brenda había aparecido. Creo que no es nada bueno para él, odio que se tenga que preocupar por mí de esa manera en la que lo hace, a pesar de que trata de disimularlo, siempre está atento a qué pasa por mi cabeza llena de locura.

Mis pensamientos se alejan cuando mi oído nota que la música bajó de volumen. Luego, la voz de mi amiga resuena de manera tranquila por todo el auto.

-¿Estás bien?- me pregunta.

-Sí, supongo. Sólo quiero ver a Niall- y es verdad, quiero pasar todo el día con él, sintiéndome amada y protegida. Estar entre sus brazos, embriagada en la frescura de su aroma y en la calidad de su aliento susurrando en mi oído cosas lindas.

Dejó salir una risa desde el fondo de su garganta

- Eres una chica muy enamorada. Ojalá algún día encuentre a alguien que me haga sentir así. Que me haga suspirar con sólo pensarlo- dice en burla con una media sonrisa.

-Hey, no te burles, yo sólo estoy enamorada- hice una pausa mientras controlaba un suspiro al recordarlo- ¿No tienes novio?

Su rostro se endurece de inmediato, como si hubiera tocado una herida bastante dolorosa. Me maldigo por arruinar el humor entre nosotras, pero ya no puedo hacer nada, mi gran boca ya se ha abierto.

-No- dice relajándose un poco- hace tiempo que no lo tengo. Se supone que no deba mencionarlo pero, hace unos años conocí a un chico en la universidad de gastronomía, duramos dos años de novios, hasta que murió.

Noté como sus ojos se cristalizaron y pasó el dorso de su mano para quitar cualquier señal de fragilidad.

-Lo siento mucho, de verdad- quise decir más pero me interrumpió.

-No importa, en fin, ya no está. Así que no hay por qué sentir- su tono es duro y frío, es evidente que le afecta más de lo que trata de aparentar.

-No deberías hablar así. Aunque ya no esté, no es malo seguir sintiendo.

-¿Y para qué revivir día a día el dolor? No es algo con lo que crea poder seguir adelante. Mi psicóloga me sugirió dejarlo pasar y así lo haré, he estado perfectamente durante mucho tiempo, no dejaré que esa estabilidad se vaya.

Al paso que nos adentramos a una calle despejada de tráfico, aumenta la velocidad del coche. El motor sobre trabajado comienza a perturbar la tranquilidad en mi sistema, así que me sujeto fuertemente de donde pueda.

-¡Vanessa! Tranquila. Escucha no volveremos a tocar el tema si eso te calma. Por el amor de dios, baja la velocidad- suplico.

Es ahí cuando me doy cuenta de la pesadilla que tuvo que haber pasado cuando ese chico murió. Simplemente yo no podría vivir sin Niall; saber que cuando llegue a casa no estará nunca más conmigo, que nunca más broten las palabras "te amo" de sus labios, tan sólo la idea me pone la piel de gallina.

Buscar Hasta Encontrarte (Niall Horan y Tú) |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora