Capítulo 51

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La tranquilidad en mis respiraciones se vio interrumpida cuando el tacto de una mano un tanto fría tocó mi hombro, apenas cubierto por la bata delgada del hospital.

Estaba recostada sobre mis brazos, recargada en la orilla de la cama, sentada en una incómoda silla. Sumergida en un profundo sueño.

Revoloteé mis pestañas una y otra vez asimilando la luz filtrándose por la persiana de la habitación.

-¿Mamá? ¿Papá?- dije por lo bajo, tratando de no despertar al chico profundamente dormido sobre la camilla- ¿Qué hacen aquí?- pregunté viendo a mis padres a tan sólo un metro de distancia. La impresión de verlos tiñó mis ojos. Traté de recobrar por completo la conciencia. No me di cuenta de cuándo me quedé dormida, simplemente quedé rendida con todas las cosas que habían pasado durante el día.

-Acabamos de llegar- dice mi padre. Gracias a su voz ronca y grave, Niall se removió entre las sabanas, pero no despertó.

-Vamos afuera- sugerí levantándome de la silla para encaminarnos al pasillo, no sin antes acercarme al hombre que yacía en la camilla, sumergido en un tranquilizador sueño, para depositar un delicado beso en su frente.

Estando fuera de la habitación, los abracé fuertemente a cada uno. La preocupación estaba clavada en sus ojos, cómo no iban a estarlo si su única hija estuvo a punto de "morir".

-¿Cómo se enteraron?- pregunté después de una serie de actos de afecto y alegría por tenerlos a mi lado.

-Las noticias hija. Todo el mundo sabe lo que pasó. Afuera está repleto de reporteros, gracias al señor les negaron el paso- es mi madre quien me explica.

No había pensado en el mar de cosas que se vienen encima, sé que estamos bien gracias a que los reporteros no pueden pasar, pero cuando estemos fuera, el mismísimo desastre se desatará y no quiero eso, no cuando Niall tuvo una reciente cirugía. Diablos, son tantas cosas que digerir.

Dejo escapar un suspiro que no me había dado cuenta se encontraba atorado en mi garganta. Mis manos recorren con fiereza mi rostro en acto de desesperación, lo único que deseo es que todo marche bien.

-Tranquila cariño. Nosotros estaremos contigo siempre, cualquier cosa que necesites, puedes contar con ello- dicen brindándome una honesta sonrisa.

-Lo sé, gracias de verdad. Lamento que una vez más tengan que venir por una situación nada agradable- dije cruzando mis brazos sobre mi pecho.

-Vendremos las veces que sea necesario, más si es una emergencia. Por cierto, ¿Cómo se encuentra Niall?

-Bien, él está bien dentro de lo que cabe. Pero ayer estaba muy cansado. Maura, su madre, entró ayer a verlo y estuvo varias horas con nosotros, pero le dije que era mejor que se fuera a descansar un poco. Yo me iba a quedar con él.

-Entiendo- susurra mi padre- y ¿Tú?... ¿Cómo te sientes?

¿Qué cómo estoy? Sorprendida, mareada de tantas cosas que debemos resolver; de que jamás volveré a toparme con Brenda, sorprendida de que Vanessa haya decidido ayudarnos, todo es extremoso y escalofriante. Me siento bendecida por que gracias al cielo, Niall está ahora conmigo y no en una versión completamente diferente a lo que es ahora... Mi cabeza estallará en cualquier momento.

-Bien. Mucho más tranquila- dejo escapar una sonrisa para que crean en mis palabras y parece que lo consigo, es mejor reprimir cualquier pizca de todo el oleaje de sentimientos que recorre mi torrente sanguíneo.

-¿Señorita ____?- pregunta una voz precavida y varonil, justo detrás de mí. Interrumpiendo a mi padre, quien estaba a punto de hablar.

-¿Sí?- contesto afirmando que soy yo. Alzando la vista hacia el sujeto de traje que se encuentra a unos cuantos metros de distancia.

Buscar Hasta Encontrarte (Niall Horan y Tú) |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora