Capítulo 32

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No sé cuánto llevo aquí exactamente y es por el hecho de estar sin contacto del exterior. Me es difícil diferenciar el día de la noche, sólo me baso en los ruidos del exterior, si escucho murmullos o sonidos es porque debe ser de día y cuando no se escucha más que el zumbido desesperante del silencio es porque todos se han ido a dormir.

Creo tener alrededor de cinco o seis días aquí, cada vez es más difícil mantenerme despierta, suelo dormirme por el cansancio y además que por las noches me ponen esos sedantes para no escapar durante la madrugada.

Para los únicos momentos en que me dejan libre es para recibir un pedazo de pan, agua y para poder acudir al baño. Luego de pasar esos "privilegiosos" minutos regreso a lo mismo, a quedar sobre esa incomoda y sucia silla.

Me siento asquerosa, débil, sin ganas de seguir, estoy tan vulnerable que he pensado que debería acabar conmigo de una vez. La única cosa que me hace seguir queriendo salir de este lugar es Niall, cuando me siento rendida cierro mis ojos y dibujo la imagen de sus labios posados en los míos, de sus brazos rodeando mi lastimado cuerpo y susurrando cerca de mi oído "Tienes que salir de ahí, tienes que encontrarme una vez más".

A pesar de la cercanía que Brenda dice tener con Niall me convenzo de que sólo me lo dice para hacerme sentir mal y que poco a poco me quede sin ganas de luchar.

Hace dos días me dijo que había ido a verlo y que no parecía extrañarme, que el mismo Niall con una sonrisa siempre plasmada en su rostro seguía ahí, igual que siempre. También mencionó que lo besó y seguramente fue una de sus tantas mentiras. Sé que Niall no lo haría y más por la razón de que sé aún me ama, no es algo que pueda ocultar así de sencillo.

La peor cosa es que no sé nada de él, más que las supuestas cosas que salen de la boca de Brenda, eso no es válido para mí. Pienso en si me estará buscando o ha dejado pasar mi recuerdo, no lo sé y lo último me aterra.

Durante días he estado observando mí alrededor, ¿qué más puedo hacer? El caso es que al fondo del baño, a un lado del lavamanos hay una madera suelta, lo suficientemente ancha y larga para tomarla y usarla como si fuera el bat que tengo en casa.

Como de costumbre permanezco en la silla, inmóvil, sin nada qué hacer, más que pensar en algún modo por salir de este infierno. He estudiado los movimientos de los hombres, no todos permanecen aquí siempre. En el gabinete del baño encontré un reloj, no sé si está correcta la hora más sin embargo lo tomé para distinguir a qué hora viene y se va cada uno. Además gracias a esto pude detectar cuatro días de los cinco o seis que creo tener aquí, en fin, puede haber sido más tiempo.

A las 8:00am marcadas por el pequeño reloj llega un hombre a remplazar al que se quedó toda la noche vigilando, luego llega otro a las 5:00pm remplazando al anterior y un último a la 1:00am. Todos los días es esa secuencia. Brenda llega aquí a las 6:00pm o después.

Justamente es la hora en que ella llega, noto un pequeño retardo. Cuando ella está aquí me sueltan. Pronto mi predicción se hace verdadera cuando entra a la habitación. Hoy está diferente, trae un vestido rojo, pulseras, un collar de diamantes y lleva recogido el cabello en un exótico peinado. Su maquillaje luce cargado pero a pesar de ello luce bien. Consigo trae sobre las manos una caja blanca, algo que me parece verdaderamente extraño.

-Eres un asco, vete nada más. Sucia, fea, débil. Debería darte vergüenza, vete en un espejo, estas horrible.- dice haciendo muecas en sus labios. Doy asco lo sé.

-Es por tú culpa el estado en el que estoy- pronuncio sin importarme decir la realidad.

-Tienes razón, eso es totalmente cierto y déjame entregarte un obsequio- coloca la caja blanca que llevaba en sus manos justo en mis piernas.

Buscar Hasta Encontrarte (Niall Horan y Tú) |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora