Capítulo 3

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Ya ha pasado un mes sorprendentemente. Se supone que mañana llegan los chicos más perfectos del mundo, y estoy de suerte porque mañana es mi día libre, lo cual quiere decir que podré asistir a la entrevista que darán, aunque aún tengo que conseguir un lugar.

En el restaurant no había más que dos parejas y una pequeña familia que llegó hace poco.

Los atendí a todos y en 15 minutos estaba completamente desocupada.

Traté de hacerle plática a un compañero que estaba sentado.

-Aburrido día ¿no?- le dije.

-Sí, bastante diría yo- hizo una mueca.

-Las personas hoy no tienen ganas de venir, aunque está mejor, así no nos cansamos demasiado- dije alegre.

-Tienes razón, cuando hay pocos clientes estamos más tranquilos.

-Es que yo siempre tengo la razón- dije jugando.

-No te creas tanto, no es la gran cosa- rio.

-No me creo, yo no soy así- reí a medias.

-Oh no, ya llego un cliente, deja lo atiendo, no te muevas porque necesito pedirte algo.

Corrió hasta el cliente y yo me quedé esperando. Sonó mi teléfono y supe que era un mensaje.

Sarah (1:05): ¡Ya mañana! 1D llega mañana a primera hora. ¿Irás a la entrevista?

____ (1:06): No lo sé, aún no tengo pase.

Sarah (1:09): Ni yo, pero estaré afuera, a ver si puedo entrar.

____ (1:12): Jaja, no creo que puedas entrar, sería loco poder lograrlo.

Sarah (1:13): Que optimista eres y ni creas que es sarcasmo.

____ (1:16): Sólo es la verdad querida amiga.

Sarah (1:18): Púdrete, amiga mata sueños.

____ (1:19): Soy realista, y ni si quiera tenemos los boletos para el concierto.

Sarah (1:23): Ya, no me arruines la tarde, sabes que no tengo dinero y sé que tú tampoco, te hablaré más tarde, necesito decirte algo.

____ (1:24): Bien, hablamos luego.

Guardé mi teléfono y vi a Chris volver a donde estaba yo.

-Pidió platillos como para un ejército- dijo sentándose.

-Tiene hambre, déjalo- defendí al cliente.

-Mucha- rió- quería decirte algo.

Bajó la mirada por unos segundos y me miró.

-¿Qué cosa quieres decirme?- lo animé.

-Más bien que me hagas un favor- tocó mi hombro.

-Habla ya- ordené.

-Mañana es la graduación de mi hijo, se graduará del kínder y quería pedirte de favor que cubrieras mis mesas- sacó el aire que tenía guardado en sus pulmones.

-Mañana es mi día de descanso.

Definitivamente está loco, no voy a venir cuando 1D estará dando una entrevista.

-Claro, no... no te preocupes, faltaré a la graduación de mi hijo y seré el peor padre del mundo- dramatizó.

Me daré un tiro después de lo que estoy pensando decir.

-Bien, está bien, te ayudaré. No serás el peor padre pero sí el peor amigo.

-Tú eres la mejor- se levantó de la silla y me dio un beso en la mejilla.

Si dieran un premio a la persona más demente del mundo me lo darían a mí.

El turno terminó y Chris estaba muy contento. Yo definitivamente no lo estaba pero es importante para él su hijo.

Ya se la cobraré cuando vaya al concierto de mis ídolos.

Llegué a casa y dejé las llaves sobre la mesa, tomé mi teléfono y llamé a Sarah.

-Hola- contestó.

-Sarah,  ¿qué querías decirme?

Hoy todos quieren decirme algo.

-Bueno, es algo malo. Las entradas para el concierto están por agotarse y aún no tenemos cómo comprarlos.

-No, no puede ser. Ésta semana pagaré la renta y no me quedará ni para medio boleto.

-Moriremos- afirmó.

-Mañana iré a trabajar, me quedaré tiempo extra- dije rápido.

-____ no te pagan tiempo extra y con un día de salario no podrás comprar nada.

-De alguna manera iremos- dije triste.

-Deberíamos regresar a la realidad- sugirió.

-Probablemente- dije muy bajo- ya me iré a dormir, tengo que dejar de procesar esta información.

-Ok, yo igual. No es nada linda esta realidad.

-Lo sé, nos hablamos mañana- colgué la llamada y me dormí profundamente.

⏰⏰⏰

Desperté antes de que sonara la alarma. Me duché, me puse mi uniforme y me maquille un poco más que todos los días, pero nada exagerado. Me veía natural.
Se supone que 1D llegó hace unas horas cuando dormía y no lo creo aún, ellos aquí en la misma ciudad que yo, dando una entrevista mientras yo atiendo a gente.

Fui al restaurant y había mucha gente, probablemente éste será un largo día.

Sólo estábamos mi compañera Brenda y yo, lo cual resulta un tanto estresante porque ella no hace mucho. Deberían contratar más personal.

-Señorita ¿A qué hora cierran?- preguntó una señora de unos 35 años.

-A las 12:00am- le sonreí.

-Oh muy bien gracias.

Éste día sí que estaba realmente mal. A medio día llamó Chris diciéndome que había olvidado mencionarme que hoy le tocaba el segundo turno. Al principio me moleste porque ya tenía desde las ocho de la mañana trabajando y ahora tendría que quedarme hasta cerrar.

-De nada- le dije a la señora y me retiré del lugar.
Son las diez de la noche y no hay gente. Si por mí fuera ya cerraría pero no puedo tomar esa decisión. Seguía limpiando unas mesas y escuché abrir la puerta del restaurant.

Cuando miré a dicha dirección me sorprendió lo que vi.

-No puede ser- susurré abriendo los ojos como platos.

Buscar Hasta Encontrarte (Niall Horan y Tú) |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora