Me sorprende bastante sentir los cálidos dedos de Diego entrelazándose entre los míos mientras caminamos hasta mi casa. Insisto que prefiero ir sola y para que él llegue pronto a su casa, pero él niega con la cabeza y me dice que quiere pasar más tiempo conmigo. Me sonrojo. Me molesta y a la vez me encanta que siempre, con todo lo que él me dice, la sangre me sube a las mejillas. No me gusta. Pero, aún así, me fascina.
Estamos platicando sobre nuestras familias. Yo le digo pocas cosas, pues yo ya le he contado todo. Además, me duele hablar de mi familia. ¿Qué estará haciendo mi papá ahora, por ejemplo? No he sabido nada de él en un mes. A mi mamá no le gusta hablar sobre mi papá en casa. Tal vez él también ahora se consiguió una novia, quizás tenga hijos, quizás tiene un nuevo trabajo o se haya cambiado de casa. Me duele pensar que dos personas que en algún momento se amaron tan apasionadamente que llegaron al punto de unirse y tener un hijo, en pocos años ese sentimiento se vaya desvaneciendo. No lo entiendo, ¿Cómo? ¿Les aburrirá pasar todo el tiempo con aquella persona? ¿Se cansarán de a cada rato decirle "te amo"? ¿Se hartarán de la rutina diaria? Yo que sé. Sólo sé que uno de esos argumentos provoca cada día que mis papás se odien cada día que pasa.
Diego me dice que sus padres se divorciaron cuando él tenía tres meses de edad. Su padre se fue, dejó a su madre por otra, pero después ambos resolvieron problemas y ahora son muy cercanos. Me alegra escuchar que él no tenga que soportar lo que yo soporto.
Tiene dos hermanastros. Lorena y David. Diego sonríe al hablar de ellos; eso provoca en mí ganas de conocerlos. Ojalá yo llegue a tener una relación tan hermanal como las tiene Diego con sus hermanastros.
Cambiamos de tema. Ahora hablamos sobre las juntas. No me doy cuenta que todavía estamos tomados de la mano. Me ruborizo otra vez.
-¿Desde cuándo vas a esas juntas? -le pregunto. Él se demora un poco en contestar. Me imagino que no se acuerda. Se muerde el labio y yo quito mi mirada de él y dejo mis ojos sobre el suelo.
-Como hace... tres años. Cuando yo tenía quince.
-Así que ahora tienes dieciocho.
-Sí. ¿Soy mayor que tú? -me mira y por sus labios pasa una sonrisa.
-Sí -sonrío. Me gusta aún más que él sea mayor que yo. Me siento protegida. Pequeña.
-¿Irás los cuatro días conmigo para ir a las juntas?
Asiento con la cabeza. Me pregunto porqué se abra creado ese grupo. Son muchas personas y no es algo que se vea por redes sociales, o por algún gusto en especial. La pregunta se queda atascada entre las neuronas de mi cabeza y trato de buscarle una respuesta. Me da vergüenza preguntarle a Diego. Pero aquella pregunta no me deja de dar vueltas y estoy demasiado ansiosa como para aguantarme. Por lo tanto, tomo una gran bocanada de aire y me toco el cabello.
-Diego...
Él se voltea y me sonríe. Tiene la sonrisa más bonita de todas.
-¿Sí? -me responde dulcemente. ¿Por qué es tan tierno conmigo?
-¿Por qué se formó aquel grupo? -suelto rápidamente. Él mira hacía el cielo y formula su respuesta. Se tarda, y mucho. Con su mano restante se toca la nuca. No sé sí es porque no se acuerda o porque mi inquietante pregunta lo incomoda. Me empiezo a sentir culpable por la pregunta. Tal vez no la tuve que haber dicho.
-De lo que recuerde, quisimos hacerlo, pues la idea del grupo la tuvimos Jorge y yo. Lo hicimos para personas que tienen algún problema personal. Que los torture y provoque que no tengan muchos amigos, sufran de alguna agresión de o una simple enfermedad mental. Por ejemplo, Jorge se unió al grupo porque sus padres le pegaban, eso lo hacía muy tímido enfrente de otra gente. Ahora que está en el grupo hace tres años, es una persona muchísimo más abierta y la pasa bien. Los demás se empezaron a unir porque nos veían en las calles con algunos carteles que hacíamos y cada vez se hizo más grande -sonríe-. Y cada uno de ellos tiene una razón. Por ejemplo, ¿recuerdas a Alisson? -yo asiento con la cabeza recordando la imagen de la pelirroja que conocí hoy-. Ella sufría de bulimia. Ya no lo hace más. Está con nosotros hace dos años.
Wow. Así que es por eso. ¿Cuál será el problema de Diego, entonces?
ESTÁS LEYENDO
Abrazos Gratis |Dietini|
Fanfiction"Algunas veces no encontramos las palabras adecuadas para expresar lo que sentimos, el abrazo es la mejor manera. Hay veces, que no nos atrevemos a decir lo que sentimos, ya sea por timidez o porque los sentimientos nos abruman, en esos casos se pue...