016:"¿Primera cita?"

1.2K 67 3
                                    

Mis piernas saltaban y mis manos se retorcían. Mis ojos no podían encontrar un punto exacto al que observar mientras estaba sentada en el sillón del living.

-Vas a estar bien, demonio- yo no estaba tan segura como mi primo.

Estaba avergonzada por mi atuendo.
Sin que nadie se lo haya pedido, Lia había aparecido a las seis de la tarde a peinar mi cabello y a maquillar naturalmente mi rostro. Palabras de ella, no mías.

Si tan solo Jc hubiese cerrado la boca ahora estaría en mis cómodos jeans.

Sam por otro lado había enviado un mensaje diciendo que dentro de poco estaría por la casa y eso aumento mi ansiedad.

Yo sabía que solo era una estúpida cita con uno de mis amigos, pero esta ropa me molestaba. Solo sabía que debía usarla por si Sam tenía planeado llevarme a un lugar más formal que a los que acostumbramos.

No funcionó todas las veces que me repetí que solo era Sam, tampoco funcionó Kian inspeccionando cada cosa que Lia hacía en mi rostro o en mi cabello.
Me veía estúpida con esta ropa.

El vestido floreado que llevaba me estaba empezando a molestar, solo era un vestido de tiras simple pero ya no estaba acostumbrada a mostrar mis piernas.

-Tendrías que haber usado los tacos- Lia me regañó una vez más.

Eso si que había sido una discusión sin fin, no había manera de que use otra cosa que no sean mis vans.

-Está bien así y si vuelves a repetir la palabra tacos delante de ella saltará sobre ti- Jc tenía razón y le respondí con una sonrisa de agradecimiento.

Mi móvil vibró "Estoy fuera". Era Sam.

El timbre sonó.

-Voy a buscar mi chaqueta- salí disparada a mi nueva habitación y esa había sido una buena excusa. Necesitaba calmarme.

Mi cabeza golpeó la pared y me quede parada unos segundos, tratando de relajar mis nervios.

-No vayas - Kian estaba parado en la entrada a la habitación, con las manos dentro de sus bolsillos. Sus ojos conectaron con los míos.

-¿Qué?- había escuchado lo que dijo, pero simplemente quería saber si él en verdad estaba seguro de lo que decía.

-No vayas. Quédate conmigo- dio un paso dentro y cerró la puerta detrás suyo -Tienes que quedarte- volvió a remarcar cuando estuvo dos pasos alejado de mi.

Otra vez lo estaba haciendo. Estaba confundiéndome.

¿Por qué él quería que me quede?

-No- dije firme y me puse derecha, tomando la chaqueta que había dejado sobre la cama.

Su mano tiró mi brazo hasta que nuestros pechos chocaron. Me miró unos segundos y chocó nuestros labios como la primera vez que me besó.

Su mano se metió entre mi cabello para que no me aleje y no lo hice. Diablos que no lo hice porque sus labios eran como heroína pura. Suaves, tiernos, prohibidos y tan malditamente adictivos.

Su lengua buscó entrar y lo consiguió, logrando que un gemido escape de mi garganta. Sonríó en medio del beso y mientras su otra mano bajó a mi cintura, acariciando la piel sobre la tela del vestido.

Este estaba siendo un beso distinto al que me había acostumbrado la otra noche.
Él estaba siendo tierno con mis labios y sus manos me acariciaban.

Nuestra burbuja, si así se podía llamar, explotó en cuanto me di cuenta lo que estaba haciendo.

Él quería que me quede y por eso estaba enredándome en su pequeño juego.

Mi mano choco contra su pecho y lo empujé un poco. Sus brazos seguían abrazándome de todas formas.

-No, Kian. Tengo una cita- mi voz salió agitada y algo estrangulada en cuanto mi vista chocó en su rostro.

Sus labios estaban hinchados y sus ojos brillosos.

Gruñó un poco en cuanto escuchó mis palabras. Volví a empujar mis manos contra su pecho, pero esta vez él nos acercó más y unió nuestras frentes.

-No dejes que él te bese o te toque- dio un pequeño beso a mis labios y yo me quedé atontada deseando un poco más de él.

Quise reírme. Sam no iba a besarme. Eramos amigos, los dos lo teníamos claro, pero al parecer Kian todavía no lo había notado.

-Te voy a estar esperando, tienes que volver temprano- salió disparado de la habitación y yo traté de recobrar la postura.

Otra vez me volvía a quedar con intriga.

Dejé escapar un gruñido mientras agarraba la chaqueta y salía de la habitación.

¿Por qué estaba empeñado en hacerme esto?

Mis hombros cayeron e hice mi camino al living. Ahora sí estaba totalmente despreocupada por la cita, con mi cabeza solo en Kian y lo bien que sus labios se sentían contra los mío.

Sam ya estaba ahí, haciendo algún tipo de broma con Lia y Jc. Por supuesto que Kian también estaba, su cuerpo estaba recostado en el gran sofá y sus ojos estaban en la gran pantalla viendo algún partido de fútbol americano.

-Hola, pequeña- saludó Sam en mi dirección. Se acercó y besó mi mejilla.

-Hola- me sonrió como nunca y pude sentir el calor en mi nuca al ver que Kian estaba observando atento cada movimiento.

-Te ves excelente- agarró mi mano y tiró de ella hacía la puerta -Nos vamos. La traere en cuanto nos aburramos- Jc y Lia solo dijeron alguna que otra tontería y desaparecieron en dirección a la piscina.

Sam había abierto la puerta del auto para mi y mientras esperaba que de la vuelta, observé a Kian en el marco de la puerta, con sus ojos en mi. Sacó su móvil del bolsillo y tecleó un poco.

Su cabeza se movió en mi dirección y fue cuando me di cuenta que mi móvil había sonado.

"Vuelve temprano. Te estaré esperando"

-Al parecer esto si da resultado- habló Sam una vez que arrancó el auto.

-¿Qué?- me miró por el rabillo del ojo y se rió de mi cara de confusión. No entendía de que hablaba y él solo estaba ahí riéndose de mi.

-Sam. Explicaciones - exigí cuando me di cuenta que seguía riéndo. Golpeó el volante con su puño en cuanto le faltó el aire por tanto reirse -¡Sam!- golpeé su hombro.

Secó alguna que otra lágrima que se le escapó -Encima estas vestida para la ocasión- frunci el ceño -¿Viste su cara?-

Esperen, ¿la cara de quién?

-No lo voy a volver a repetir, Samuel. Explicaciones. Ahora- el semáforo cambió a rojo y eso le dio la oportunidad de mirar mi rostro.

-Esto es una cita, para molestar a Kian. Yo sabía que está loco por ti- arrugue mi cara.

-No, él no lo está-

-Si, por supuesto. Lo que digas- dijo irónicamente.

-¡Sam!- me quejé una vez más.

-¡Lo siento!- siguió riéndose -Tenía que hacerlo. Hace varios días eso me esta volviendo loco. Necesitaba ver la cara de Kian-

¿Esto era un maldito experimento de Sam?

Sin darme cuenta estaba riéndome a carcajadas junto al morocho a mi lado.

Esta iba a ser una muy buena, divertida y graciosa primera cita.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora