061:"¿Cumpleaños?¿Regalo?"

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El pitido molesto hizo que mi cabeza empezara a doler, sin ni siquiera haber empezado mi día.

El sonido provenía de alguna parte de la casa y yo, con mis ojos todavía pegados de sueño y hecho un desastre me levanté en busca de lo que sea que causara tanto alboroto.

En el camino me pregunté cuánto había bebido para tener la boca seca y la lengua tan aspera, y llegué a la conclusión de que tal vez anoche había roto mi record porque no podía recordar nada y tampoco es que hubiera algo importante que recordad.

Al fin y al cabo mis días empezaban y terminaban de la misma forma. El ciclo se repetía cada semana.

El sonido se hizo más agudo y constante a medida que me acercaba a aquel punto.

Entre los almohadones del sillón se reproducía una canción que no pude reconocer y tampoco quería intentar hacerlo.

Pensar a esta hora se me estaba haciendo difícil, así que no lo iba a hacer.

Mis dedos se escabulleron entre los blandos almohadones y pude llegar al material duro. Vibrando en mi mano apreté la pantalla como si supiera lo que estaba haciendo.

-¡Justin, alguna vez podrías responder la primera de 20 llamadas que te hago a diario!-

Mi corazón se paró y mi respiración se enganchó por un segundo.

Sí, eso que me faltaba era aire y sentí como la comida de ayer subía por mi garganta.

-Te dije que era una sorpresa y ahora ella está como loca. Está alborotada y no entra en razón-

No. No era ella. No era su voz, tampoco su número. Simplemente no.

Traté de dar una respiración y hablar como si esto no me afectara.

-No es Justin. Parece que se olvidó el teléfono en casa-

No iba a negar que quería rogar a este hombre. Nunca había hablado con él pero sabía quién era.

Lo que no sabía era de lo que hablaba.

-¿Eres Jj?- preguntó, sirviéndome el resto de la conversación en bandeja de plata.

-Si- dudé sabiendo que podría conseguir un poco de información si mentia -Si, soy yo- volví a repetir -¿Queria dejarle algun mensaje a Jc?-

Si tan solo el hombre supiera que Jj había vuelto a la casa de su familia porque no se sentía del todo cómodo con nosotros.

Muchas cosas habían cambiado durante estos meses.

-Si, dile que Noa al parecer no viajará y que me llame de inmediato-

¿Viaje?¿Cuál viaje?

Las posibilidades que estaba manejando mi cabeza no me ayudaban para poder aclarar mis ideas del todo.

Quería hablar. Preguntar. Saber cómo estaba. Saber si estaba sufriendo al igual que yo lo hacía.

Esto no podia ser posible, no podía creer que esté sufriendo por una chica que a penas conocía.

Muchos piensan que tal vez está mal, después de todo no la conocía lo suficiente, pero lo que más me molestaba era que yo sentía que sí lo hacía.

Sentía que mi corazón estaba con ella y necesitaba tanto que el suyo siga estando conmigo.

Tal vez todo este sufrimiento se podría haber evitado o lo podría estar evitando. Si tan solo ella me diera esa oportunidad.

El sonido del otro lado del teléfono me trajo a la realidad y me sacó de mis estúpidos pensamientos cursis.

-¿Has entendido, chico?-

-Si, yo le aviso- aclaré mi garganta y mis pensamientos -Entonces, ¿ella no vendrá?- me atreví a preguntar.

-Espero que sí. Los de la aerolinea dijeron que no hay reembolsos. Quería que fuera el regalo de su cumpleaños-

¿Cumpleaños?

-¿Regalo?- quería sacarle el mayor provecho a esta conversación pero todavía sentía el alcohol hirviendo en mi cerebro.

-¡El cumpleaños de Jc!- gritó como la cosa mas obvia y después soltó una risa -Tengo que dejarte, chico. Mi esposa espera que saque su budin del horno mientras ella está en el jardín. Hasta luego- se despidió sin esperar respuesta y cortó la llamada.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora