036:"El ahora y corazón roto"

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-Un rato más- se quejó Kian mientras se enredaba con mi cuerpo una vez más debajo de las sábanas.

-Prometiste llevarme-

Sus manos giraron mi rostro y empezó a besar mis labios, por acto reflejo mi pierna derecha rodeó su torso y supe que era tiempo de frenar cuando un gemido escapó de sus labios.

-Arriba- salí disparada lo más rápido posible de su lado.

-Sabes que me encanta que hagas eso con tus piernas, ¡No era mi intención!- llegué a escuchar sus gritos antes de cerrar la puerta del baño.

Ayer Kian me había llevado a su lugar favorito y habíamos tenido un buen momento. Habíamos caminado por el muelle como un par de tontos enamorados más del montón. Me había comprado comida y me dio su porción extra de pizza, razón por la cual se había ganado un pedacito más de mi corazón.

Como si yo creyera que Kian se había ganado solo "un pedacito de mi corazón".

Para bien o para mal, él ya lo tenía completo.

-Boo, tengo que cepillar mis dientes- golpeó la puerta, mientras yo hacía la acción que él había mencionado.

Abrí la puerta y me encontré al chico más hermoso que haya visto nunca, y pensar que su cabello revuelto por nuestra siesta agregaba un toque más a toda su belleza.

-Hola- me sonrió, y yo hice lo mismo, con la diferencia de que mi cepillo estaba entre mis dientes.

Tomó su cepillo, le puso pasta y se apoyó a observarme contra el mesón, uno de sus brazos estaba cruzado en su pecho mientras que con el otro cepillaba sus dientes.

-Hermosa- me sonrió una vez más, con su boca llena de espuma y mi corazón se derritió.

No sabía si él estaba seguro que sus cumplidos eran todo lo que yo necesitaba. Eran los que me sacaban una sonrisa por más de que no quiera sonreír. Eran pequeños actos de amor que quería recibir a diario de su parte, aunque no lo admita.

-Hermoso- devolví después de enjuagar mi boca.

Habíamos estado toda la mañana buscando muebles para la nueva casa de Dylan, quien nos había hecho recorrer todos Los Angeles.

No era cierto, pero casi lo hacemos.

Dylan llamó a las ocho de la mañana para que lo acompañe y una vez que Kian me escuchó hablando por teléfono, escondida en el baño, se levantó para ver qué pasaba y tuvimos una pequeña discusión cuando me delate y dije que iba a escaparme mientras dormía para acompañar a mi amigo. Él estuvo gritando unos segundos y después se ofreció a llevarnos y lo agradecí, porque Dylan no tenía auto y si hubiese tenido que caminar hasta todos esos lugares ahora estaría en silla de ruedas.

Así que sí, necesitaba la siesta de tres horas que habíamos tomado.

Ni siquiera recuerdo cuando cambié mi ropa porque cuando a penas toqué la almohada con la cabeza caí en un pequeño coma. Kian en cambio se había quedado viendo alguna serie abrazado a mi, por eso ahora no quería despertar ¡solo habrá dormido media hora!

-¿Lista?- sus ojos estaban en su muñeca, en donde estaba acomodando su reloj.

-Si- se acercó a mi y besó mi frente para después tomar mi mano y salir de la habitación.

-¡Jc!- grité mientras observaba a través de la ventana si estaba en el patio, no lo estaba -Voy a buscarlo- solté la mano de Kian, que se tiró sobre el sofá con su móvil.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora