"Pinky promise?" | Kian Lawley.

40:"¿Me extrañaste?"

-¿Por qué usarás eso?- Lia tiró su cabeza hacía atrás, algo estresada.

Miré mi atuendo y volví a observarla -¿Por qué quiero?- hice una mueca y tomé mi móvil, el cual había vibrado con algún mensaje de Kian avisando que estaba cerca.

Sonreí al aparato y continué escuchando las palabras de Lia.

-Puedes hacerlo mejor- al parecer mi jean negro rasgado y mi suéter verde oscuro no era lo suficientemente apropiado para una fiesta llena de adolescentes ebrios -Usa este- tiró una prenda en mi dirección y se cruzó de brazos, esperando que me cambie.

-¡¿Viste el escote de esto?!- era un top blanco de tiras, el cual tenía un escote y a penas cubría mi ombligo.

Me empujó dentro del baño -Solo cámbiate- me quejé y entré al baño pisando fuerte.

Maldita ropa de mujeres.

¡¿Cómo se usa esto de todos modos?!

Después de una pelea con aquella prenda salí del baño, sintiéndome algo incómoda y Lia silbó en mi dirección. Yo solo gruñí.

Mi visión en el espejo era buena, no tanto como para admitirlo delante de Lia. De todas formas sentía que iba a morir de frío y cuando giré para poder ver mi espalda, pude notar que estaba casi desnuda ¡Esto solo era dos centímetros de tela!

-Necesito taparme con algo- dije totalmente indignada. Lia se rió de mi y buscó algo en un bolso que había traído.

-Sabia que dirías algo así. Es una lástima- hizo una mueca, pero en segundos extendió sus manos con una impecable chaqueta de cuero. Agradecí por dentro cuando me abrigué.

-Igual sigues pareciendo un pequeño ángel-

Se acercó a soltar mi cabello del nudo provisorio en el cual lo había dejado.

-O el demonio- agregó cuando cayó en hondas en mi espalda.

-¡Lia!- Jc irrumpió en la habitación -Vayámonos- habló en dirección a la chica y cuando sus ojos estuvieron en mi se abrieron tanto que creí que se le iban a salir -Wow-

-¿No está genial?-

No entendía a Lia y su manía de utilizarme como su pequeña Barbie, pero pensaba que era lindo que ella tuviera tanta confianza en mi.

-Wow- volvió a balbucear Justin -Yo ... ¿Estás segura que vas a usar eso?- me señaló y Lia golpeó su brazo.

-Déjala en paz y vayámonos- Jc asintió todavía algo anonadado.

Señaló su espalda -Kian está aquí- asentí y guardé el móvil en el bolsillo.

Habíamos hecho el camino hasta el garaje y había escuchado a Lia retar a Jc por como había hablado delante mío. Yo no le había dado tanta importancia, pero al parecer Lia cree que soy emocionalmente más débil de lo que aparento.

Alguna que otra risa se me había escapado. Nunca había creído que Justin Caylen se dejara retar por una chica, de todas formas me parecía algo bueno.

Vi a Kian apoyado en el capó de su camioneta, con la vista fija en la suela de sus zapatillas.

Hoy había dicho que tenía cosas que hacer y estaba bien. No le pregunté a dónde iba, no lo veía necesario, si él hubiese querido decírmelo lo hubiese hecho y tampoco era algo que me tenía intrigada o incómoda.

Necesitábamos un poco de tiempo separados, necesitaba extrañarlo.

No quería que él pensara que por estar conmigo tenía que dejar su vida atrás. No me creía ese tipo de chicas.

Sus ojos me buscaron en cuanto escuchó hablar a Lia y Jc.

Me había encontrado, a pesar de la oscuridad y sólo con las luces de su camioneta encendidas.

-Wow- rodé los ojos al escuchar la misma exclamación que mi primo.

-Bebé- susurró más cosas sin sentido hasta que estuve a su lado y su fría mano tiró mi cintura. Él no esperaba encontrar ese pedazo de piel libre de ropa -Ni siquiera estoy enojado por esto-

Junté mis cejas -No tendrías porqué. Lia me obligó a usar esta estúpida ropa- por suerte mis botas seguían siendo las mismas.

-¡Oh vamos!¿No está preciosa?- Lia señaló a Kian, quién asintió como un maniático.

-¡Es mi prima de quién hablan ahí!- gritó Jc, quién estaba buscando algo dentro de su auto. Su cabellera rulienta se asomaba por la ventana del frente.

-Estás hermosa- susurró Kian solo para nosotros.

Le sonreí y besé sus labios, pero me alejé cuando recordé que Lia había puesto un asqueroso brillo labial en ellos.

-Lo siento, yo no quería poner esa cosa en mis labios, lo juro- Kian levantó sus cejas, mal pensando mis palabras -¡No hagas esto!¡Sabes que me refiero al brillo labial!- golpeé su costado.

-¡Yo no dije nada!- se acercó a mi para otro beso pero yo puse mi mano en su rostro. Besó la palma de esta luego de haberse quejado.

-Te voy a ensuciar. Y esto es pegajoso- señalé mis labios, observando como tiraba su cabeza hacía atrás. Su cuello quedó expuesto para mi y di un beso ahí. No me había podido resistir.

-¿Te molesta que se salga o algo por el estilo?- apretó sus dedos en mi cintura, mientras me acomodaba entre sus piernas abiertas para que me apoye en él.

-No, ¿por qué?-

-Porque tiene un sabor terriblemente rico y podría aprovechar esto- antes de que pueda reaccionar, sus labios estaban contra los míos. Me derretí contra él mientras nuestros labios se movían juntos -Te extrañe- habló con sus labios pegados a los míos.

Podía sentir el calor en mis mejillas cuando me escondí en su cuello.

¿Cómo era posible que dos palabras hagan temblar mis piernas?

-No te escondas de mi-

-No lo hago- hablé contra su ropa y lo escuché reír.

Una puerta se cerró y el sonido me asustó un poco.

-Dejen lo cursi para más tarde- Lia asomaba su cabeza desde la ventana, nos observó con una ceja levantada mientras que Jc buscaba alguna canción en su móvil. En segundos la música llenó el lugar.

-Nos vemos- levanté mi mano en forma de saludo mientras veíamos que el auto se movía marcha atrás, haciendo que la música se escuchara cada vez menos.

Las manos de Kian se volvieron a apretar en mi cadera.

-¿Me extrañaste?- acarició su cabeza en el hueco de mi cuello.

-Vamos a buscar a Dylan- lo empuje y me empecé a reír cuando se quejó -Lawley, últimamente estás algo sensible- abrí la puerta del auto y lo vi hacer su camino hacía el otro lado. Sus manos se apoyaron en el techo de la range rover.

Las palmas de sus manos estaban hacía arriba, mientras hacía una mueca graciosa.

-¿No lo hiciste? Yo te extrañe como un loco-

Hice un sonido con mis labios, terriblemente enternecida por su declaración.

-Si que lo hice. Fue una tortura tener a Lia hablando sobre cosas de chicas. Eres más divertido-

Su cara cambió a una sonrisa gigante y terriblemente egocéntrica -Soy mejor, entendí-

Entré en el auto y esperé hasta que él estuvo dentro para hablar -Yo no dije eso. Solo te prefiero a ti- miré a través del vidrio sin darme cuenta de las palabras que habían salido de mi boca.

¿Acabo de admitir eso?

-Pareces más linda todavía cuando te avergüenzas- levanté mi ceja en su dirección -Es cierto, bebé- levantó una de sus manos en defensa mientras arrancaba el auto.