059:"No creo que ella lo haga"

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Kian point.

-El número con el que usted intenta comunicarse está fuera de servicio. Gracias por...- golpeé el móvil contra la mesa.

Mi cabeza era un desastre y los días después de mi borrachera y al fin estar consciente de lo que había hecho aquel día, hacía que mi migraña volviera una y otra vez.

Había arruinado todo y ahora no podía comunicarme con Noa por ningún medio posible.

El móvil en la mesa vibró y sin leer de quién se trataba ya sabía quién era.

Deslice el dedo por la pantalla -No me llames más- corté ansioso, como si Boo pudiera verme hablar con Kayla y todo se arruinaría un poco más.

Tiré de mi cabello, mis ideas se estaban agotando y no podía pedir ayuda a nadie, todos en la casa me habían hecho la ley del hielo y yo sabía que me lo merecía.

¿En qué estaba pensando?

¿Alguna vez en mi vida no pude hacer las cosas sin ser tan egoísta?

La puerta de entrada se cerró y supe que los chicos estaban de vuelta y para mi suerte también los acompañaba Dylan, quien estaba decidido a quemarme en la hoguera si fuese posible.

Los observé desde la barra de la cocina. Hablaban tonterias como siempre y ni siquiera mencionaban a la chica, porque era obvio que estaban tratando de que me vuelva loco sin ni siquiera saber cómo había llegado.

-Necesito el número de ella- medio grité.

No era estúpido, sabía que Noa había cambiado todo para no tener contacto conmigo y a pesar de saber eso seguía llamando a su móvil como si todavía funcionara.

La tensión en el aire era palpable.

Las bolsas de las compras cayeron bruscas contra la isla y Dylan apoyó sus manos sobre esta.

Su mirada estaba tan llena de enojo y lástima que me enfureció un poco más. Esta era la primer mirada que me daban Jc y Dylan desde el incidente.

Dylan levantó una de sus cejas -¿Por qué crees que yo le haría eso?- auch.

-¿No es suficiente todo lo que hiciste por ella?¿Quieres seguir atormentando su pobre cabecita?- tomó una respiración y supe que había desencadenado el momento para que él diga lo que siente o piensa sobre mi -Conozco a los chicos como tú. Yo no era muy diferente, Kian, pero supe cambiar por alguien. Por Boo, ella fue quién me decía y me daba todo lo que necesitaba ¿para qué seguir siendo un cretino cuando puedo estar del lado bueno junto a ella?- levantó sus cejas e hizo una mueca.

-Al parecer no pudiste aprovechar tu oportunidad y ahora estás sufriendo las consecuencias de ser un idiota- sus manos se apretaron contra la isla y yo me quedé a recibir todo lo que merecia escuchar -No pienso ayudarte y tampoco quiero que ella vuelva a Los Angeles para soportar a un chico que no la quiere lo suficiente como para entenderla- empujó las bolsas y le dio una mirada a Jc, que decía que él no podía lidiar conmigo.

En pasos cortos, pero concisos se encaminó para irse, pero antes giró en mi dirección, quemando mis ojos con sus pupilas dilatadas.

-La hiciste llorar, dijiste que la querías- esas palabras parecieron causarle un dolor interno, y a mi me producio ganas de vomitar.

Me trague mi orgullo por primera vez.

-Y la quiero- hablé como si estuviera asustado a esas palabras tan sinceras.

Dylan asintió con su cabeza y sonrió un poco, sin una pizca de humor.

-Tu manera de querer da asco- afirmó, y sentí como si me hubiese arrancado el corazón y se hubiese puesto a jugar con él. Hasta podía imaginar a Dylan apretando mi órgano vital entre sus dedos para darme una demostración de lo que sintió al ver a su mejor amiga en mal estado y no poder hacer nada.

Sacandome de mi mundo de pesadillas levantó su dedo índice  -Una cosa más, ella iba a dejar todo para estar con nosotros aquí, y lo arruinaste por completo-

Volvió a faltarme el aire cuando la realización de sus palabras me golpeó.

Ahora si entendia todo perfectamente.

-¿No va a volver?- mi pecho se apretó y estar aquí dentro empezaba a ahogarme -¿Jc?- supliqué con la voz sorprendentemente baja.

Miré al chico de rulos quien hizo una mueca, mientras lo veía debatirse entre hablarme o no.

Levantó sus cejas y después de lo que parecieron horas habló -No creo que ella lo haga. Estaba muy decidida a dejar esto atrás y seguir con su vida en casa-

¿Casa? Esta era su casa, conmigo. Ella pertenecía a mi lado, o mejor dicho yo pertenecía al suyo.

Mi cerebro y mi corazón hicieron un pacto, tratar de olvidar a Noa, sin importar cuánto alcohol necesite.

Tomé las llaves del auto.

-¿Kian?- me llamó Jc, pero ya era muy tarde, quería escaparme de este lugar, quería escapar de mis propios pensamientos.

-¡Kian!- volvió a gritar, pero yo ya estaba del otro lado de la puerta.

Me reí en la soledad de mi auto.

Había perdido a Boo y ahora quería olvidarme de ella ¿cómo iba a olvidar algo tan hermoso?

Sabía qué lugar, qué cosa y quiénes me podían ayudar a olvidarme por un rato de ella.

Quería que su sonrisa y sus ojos desaparecieran de mis recuerdos y si tenía que golpear mi cabeza contra la pared para hacerlo, era justamente lo que iba a pasar.

La bipolaridad se estaba aprovechando de mi. Quería alejarla de mi cabeza pero mi cuerpo la reclamaba como si se tratara de alguna droga.

Tal vez esto era lo mejor para los dos, yo volviendo a mi antigua vida y ella salvándose de vivir en el infierno compartido al que la estaba sometiendo. Este había sido nuestro destino desde el primer día que puse mis ojos en ella.

¿Destino?

Me reí una vez más porque nosotros habíamos provocado esto.

Fuimos egoístas en creer que todo esto funcionaría.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora