008:"Manos inquietas y agenda ocupada"

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Kian POV.

Una persona no va por la vida diciéndole a su mejor amigo que encuentre otra cosa para sus manos inquietas. Yo por lo menos no iría "Hey, Jc ya encontrarás donde poner tus manos inquietas".

Claro que no.

Infiernos que era su mejor amigo.

¿Por qué siquiera me importa?

Estaba harto de tratar de convencerme a mí y al resto que no me afectaba su falta de interés por mi.

Era una chica genial, ¿quién no querría siquiera ser su amigo?

Todos estos días traté de ignorarla, pero siempre estaba dando vueltas por aquí y su risa cuando Sam venía a visitarla o cuando escuchaba algo gracioso de su primo lo hacía difícil para mi.

Para ellos era fácil, yo ni siquiera había tenido una conversación fluida con Noa hasta hoy.

Sam y Noa tenían una buena relación. Compartían tardes enteras tirados en el sofá mirando netflix, comiendo pizza o cualquier cosa como dos cerdos (algo que me parecía genial) o simplemente se sentaban a tener conversaciones mientras tomaban sol en el patio.

Una noche a Kayla se le cruzó la idea de venir a casa. Yo no estaba de humor para ella pero de todos modos vino y cuando vio a Noa acostada con Sam a su lado su comentario de "Solo llegó hace unas semanas y ya dejó entrar a alguien en su cama" me molesto y tuve que inventar alguna excusa para que se largara.

Como si eso no fuera un comentario hipócrita.

Ella prácticamente se acostaba conmigo y veinte tipos más y eso le gustaba. Quise que seamos novios, personas exclusivas, pero ella no quiso. Dijo que si la quería tenía que aceptarlo y eso había hecho.

No podía perder a Kayla.

No sabía en qué momento había caído por ella. Era todo lo quería para mi en una chica y si tenía que aceptar el hecho de compartirla para no perderla, lo iba a hacer. Aunque estos días la había empujado lejos, sus comentarios e historias estúpidas me ponían histérico o me molestaba tanto que me pregunte alrededor de quince veces por hora cuál era mi problema.

No había problema, solo no estaba de humor.

Me sentó bien contárselo a alguien. Noa no me había dado muchos consejos pero ella fue sincera y me molesto que sepa como me sentía, que haya pasado por algo así, porque era una mierda.

Se estaba riendo de mi pregunta y quise reír, pero lo dejé ir en cuanto su lengua pasó por sus labios.

Santa mierda.

Ella seguía sonriendo sin percatarse que eso era lo más sexy que hubiese visto nunca. Tampoco se dio cuenta que con ese simple gesto me encendió.

Estaba a centímetro de sus hermosos labios, podía estirarme y capturarlos como tanto quiero desde nuestro momento en la piscina.

No podía hacerle algo así a Kayla.

Suspire porque ni yo creía mis pensamientos. Kayla me engaña a puertas abiertas y por primera vez quiero tan mal besar a otra chica.

Era una tentación.

Mi subconsciente tenía razón. No podía hacerle esto a ella, solo para comprobar mi punto.

-¿Estás bien?- agachó la cabeza poniéndose a mi altura y miré directo a sus ojos.

Tan inocente de lo que yo quiero hacer con ella en este momento.

Asentí -Genial- me puse de pie y supe que no había llegado a convencerla -Salgamos algún día- dije seguro de mis palabras.

Estaba jugando con fuego, lo sabía.

Noa sonrió sincera y casi caigo de rodillas a sus pies, pero solo hablé una vez más.

-Tratemos lo de amigos, una vez más- le sonreí.

-Suena bien. 24 horas de anticipación, es que tengo la agenda muy ocupada como puedes ver- señaló la gran pantalla frente al sofá, donde una película animada se reproducía.

Reí porque ella estaba jugando conmigo, solo pasaba su día dando vueltas por la casa con Sam y algunas veces con Jc.

Volvió a reír por su chiste y me alejé de ahí porque si no lo hacía iba a tirarme arriba de esta chica.

-Hasta mañana. Espero que tu agenda no esté muy cargada-

-Espero lo mismo, chico-

Sonreí de espaldas a ella. No conocía su lado gracioso, porque básicamente nunca había permitido que hablemos más de la cuenta.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora