054:"Team femi-brillo"

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Giré los ojos mientras escuchaba las palabras de mi mejor amigo.

-No, en serio, ya no sé dónde poner las cosas-

Lamí mis labios y me acomode en mi silla, esta iba a ser una tarde larga junto a estos chicos raros y con raros me refiero al escandaloso de Dylan y a Lia, que para mi suerte todavía no había llegado.

La noche en Los Angeles estaba un poco calurosa, pero de todas formas yo estaba usando mis jean rotos, arremangados hasta los tobillos y una de mis remeras favoritas, la cual pertenecía a Kian y sí, llegaba hasta cubrir mis muslos y en mis pies tenía mis comodas vans.

El aire tibio revolvió mi cabello suelto, el cual hoy, por alguna razón estaba indomable, y lo había escondido debajo de una gorra con la visera hacía atrás.

Respiré hondo y observé unos segundos la iluminación de la piscina, de donde salía mi primo despreocupado con su cabello chorreando.

-¿Para qué te apresuraste a comprar las cosas?- levanté mi vista hacía Dylan.

Su dilema ahora era que no sabía dónde poner la cantidad de cosas que había comprado cuando a penas llegó a Los Angeles, cosas que yo lo había acompañado a comprar y hasta Kian había ido con nosotros. Después de aquel día, seguimos cansados de tanto caminar.

Dylan movió su mano delante mio restándole importancia a mis palabras.

-Solo digo, sabías que tu tia no te iba a entregar el piso de un día para el otro y de todas formas te volviste un comprador compulsivo de esos que aparecen en home&health- me encogi de hombros.

Lo que para mi era sencillo para Dylan era algo complicado, eramos amigos pero no usabamos los mismos métodos nunca y no nos parecíamos en nada.

Bueno, sí hay una pequeña cosa, a los dos nos gustan los hombres.

Una lata de coca-cola estuvo frente a mi. Era Kian.

Tomé la lata y la abrí mientras le regalaba una sonrisa.

-Necesitaba comprarlo todo ahora ¿es tan difícil entender?-

Sí lo era, pero no se lo iba a decir porque eso empezaría a que hable de su lista de razones por las cuales tuvo que ser impulsivo y yo o Kian no necesitábamos escuchar a Dylan hablar sin parar hasta Dios sabe cuando.

Para no hablar tomé de mi lata de gaseosa y miré a Kian levantando mis cejas, él respondió con una pequeña sonrisa y agachó su cabeza para que Dylan no pueda ver que quería reírse de la situación.

-Si tú lo dices- susurré después de un rato.

El ruido de una silla nos distrajo, Jc se estaba sentando con nosotros.

-No puede ser que haga tanto calor- su expresión era exhausta mientras peinaba sus rebeldes rizos.

-¡Hola!- la voz de Lia se escuchó a mi espalda y supe que el infierno empezaría.

No me malinterpreten, quiero mucho a Lia y a Dylan pero juntos son algo así como una explosión de niñas, rosa y cosas brillantes que yo no puedo manejar y extrañamente siempre me obligan a cosas que no me gustan.

Cerré mis ojos, lamentandome que este dúo femi-brillo se haya juntado.

Sí, con Kian hasta habíamos tenido tiempo para inventarles un apodo.

¿Original, cierto?

Kian estaba sentado a mi lado y empezó a reír por mi cara de frustración en cuanto el dúo femi-brillo comenzó a hablar de la nueva temporada de christian dior.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora