044:"Si supieras, mi amor"

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Kian point.

Noa sonreía y sus mejillas habían estado rojas casi toda la noche. Habían vuelto a brillar sus ojos, ese brillo que le faltaba cuando abrió la puerta de la habitación esta mañana.

Mi corazón se apretaba cada vez que posaba su mirada en mi, y el remordimiento no me dejaba pensar claro.

Había mentido, una vez más.

¿Esconder la verdad es lo mismo que mentir?


Ahora no podía no ponerme en plan de buscar cualquier excusa para que la culpa no me consuma, y eso era lo que estaba haciendo, pero tampoco iba a meter a la chica que ...

¿La chica que qué? ¿Estaba por decir las dos palabras?

Esto no iba al caso ahora mismo, pero tampoco podía negar que mis sentimientos crecían y cada vez sentía más a flor de piel cuando me regalaba su presencia. Sabía que Boo tenía algo desde el momento que su pequeño ceño fruncido se posó en mi la primera noche que llegó, con sus ojos tirando dagas en mi dirección, detrás de sus lentes, y sus manos en sus caderas mientras me acusaba por la pequeña borrachera de su primo. Y después como si la conociera de toda la vida y quisiera cuidar de ella le ofrecí mi habitación, sonreí y recordé que esa misma noche me recrimine qué rayos estaba haciendo.

Kayla me había ofrecido ir a su casa y yo me había negado, y la había abandonado en la puerta de su edificio, la mejor decisión de mi vida. Por supuesto que también fue un plus ver a Noa tratando de poner de pie a su primo pasado de copas.

-¿Estás bien?- la había visto hacer su camino hacía mi y a medida que lo hacía sus mejillas tomaban un poco más de color, eso me hizo sonreír de inmediato.

Su dedo indice pinchó mi costado y mantuvo su distancia, esperando respuesta con una mueca en su bonita cara.

-Estoy muy bien ahora que estás aquí-

Estaba a punto de salir corriendo, podía verlo en sus ojos, pero ella se quedó y en un movimiento rápido rodeó mi cintura con sus brazos, sus pequeñas manos acariciando mi espalda. Me había tomado por sorpresa y tardé un poco en acariciar su espalda y su cabello suelto.

-¿Y esto? - fruncí el ceño.

Siempre era yo quién tomaba la iniciativa cuando de cariño se trataba, no me malinterpreten, acepto que me encantó que lo hiciera.


Se encogió de hombros contra mi cuerpo y apoyó su mentón en mi pecho, observándome hacía arriba a través de sus pestañas.

-Siento lo que pasó. La próxima vez, que espero que no haya próxima vez, trataré de controlar mis nervios y hablar primero contigo- habló y yo parpadee en su dirección.

Si supieras, mi amor.

Besé su frente, la punta de su nariz y por ultimo sus labios, me permitió ir más allá y busqué su lengua con la mía. Necesitaba saber que ella estaba aquí y que la tenía en mis brazos, que no era alguna especie de alucinación jugandome una mala pasada.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora