053:"Forma favorita para dormir"

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-Si- afirmó luego de unos segundos en los que su cara cambió -Bueno ¿quién dijo que te voy a dejar ir?- las palmas de sus manos se apretaron en mi espalda, haciendo que nuestros pechos chocaran.

Levanté una ceja -¿Quién dijo que te tengo que pedir permiso?- ahora que sabía que no se lo había tomado tan mal como pensé que lo haría estábamos listos para bromear con esto.

Una sonrisa tocó sus labios y se acercó a mi mejilla, donde pensé que dejaría un beso. Bueno, pensé mal. Sus dientes mordieron mi mejilla y me tiré hacía un costada, cayendo en mi hombro -No puedo creer que hayas hecho eso- dije algo dramática mientras veía hacía arriba su sonrisa.

Estaba en esta rara posición con mis piernas todavía rodeando el cuerpo de Kian, pero mi cuerpo descansaba sobre el colchón.

-Sé que mi adolescencia se basó en hombres lobo y vampiros, pero no creía que mi Edward Collen mordería así - mis manos todavía tapaban el lugar donde Kian me había mordido.

Arrugó su rostro -¿Eres de esas chicas?-

Un perfecto 'puff' salió de mis labios -Por supuesto que soy de esas chicas- imité su voz. Puse mis brazos detrás de mi cabeza y acomode mis piernas en su regazo -Tengo que admitir que mi adolescencia se basó en esa saga. La primera película la vimos con Dylan en una de nuestras pijamadas- me reí -Y fue algo tan gracioso, habíamos convencido a su madre de que podíamos hacernos cargos de nuestras propias palomitas, pero fue un gran desastre. No solo quemamos las palomitas sino que también el microondas- cerré mis ojos riendo mientras recordaba aquella experiencia como si hubiese sido ayer.

-Hazme recordar que no te deje a cargo de cocinar nunca- me sonrió y yo giré los ojos.

-Aprendí- busqué mi móvil entre las sábanas y cuando lo hice miré los mensajes que tenía.

Kian apretó mi pierna -¿Qué cosa?- podía sentir la confusión en sus palabras.

Un mensaje era de Dylan preguntando qué traía esta noche y yo contesté con una lista de comida chatarra.

-A cocinar, obvio- seguí con la vista fija en la respuesta a mi amigo.

Unos dedos largos sacaron el aparato de mis manos y lo dejaron sobre la almohada a mi lado.

Hice un puchero con mis labios mientras veía a Kian a mi lado, sosteniéndose con el codo y con su otro brazo rodear mi estómago. Una parte de su cuerpo estaba sobre el mio -No me ignores- dijo como un pequeño niño.

Frunci mi ceño, como si él pudiera verme hacerlo -No lo hago-

-¿Vemos una de esas cursis películas que te gustan?- cambió de tema radicalmente y yo sonreí mientras buscaba el control para buscar una película en Netflix.

Así había pasado mi día, con Kian a mi lado y varías películas.

Cuando me quise dar cuenta estaba dormida y cuando volví a abrir los ojos ya eran las siete de la tarde.
La cortina de la habitación estaba abierta, dejandome ver como se escondía el Sol.

Miré hacía mi otro costado y ahí estaba Kian, profundamente dormido. Seguro estaba bastante cansado luego de su entrenamiento.

Me moví sigilosamente hasta el baño, para tratar de que él no despierte.

Mi cara estaba demasiado pálida, así que planee aplicar un poco de maquillaje por aquí y por allá, con un poco de máscara de pestañas luego de cambiarme de ropa.

Lo primero que vi cuando salí del baño fue la espalda de Kian. Desde el primer día que lo vi hasta ahora su espalda estaba un poco más ancha y sus brazos tenían un poco más de músculo, pero sabía que después de eso no había cambiado nada, seguía siendo el mismo Kian.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora