023:"Wishbone, Hazel y ¿Alec?"

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-¿Estás bien con que salgamos?-

Lia y Jc habían estado en mi habitación desde el día que llegamos del hospital.

Hoy, Jc había preguntado unas mil veces si estaba bien con quedarme sola. Ellos tenían el cumpleaños de algún familiar de Lia.

-Hablo muy en serio- Lia estaba acostada a mi lado y Jc apoyado en sus piernas.

-Wishbone está aquí- dije encogiéndome de hombros sin apartar los ojos de la película que estábamos viendo, también acaricié al pequeño perro para darme a entender.

Wishbone era el perro que mi primo tiene desde que tengo memoria. En cuanto me vio, me recordó y besó mi mano cuando lo acaricié. Hoy lo habían traído de una especia de "campamento para perros", sí, ese lugar que le enseñan modales a los perritos. También habían traído a la perra de Kian.

No hay forma seria de decir "la perra de Kian" ¿cierto?

Hazel, a diferencia de Wishbone era una preciosa y gigante labradora.

-Es cierto ¿no, amiguito?- mi primo le habló a su mascota, quien gruñó un poco cuando lo acarició.

-Ahora váyanse de aquí- mi codo chocó con el costado de Lia y la escuché reírse mientras veíamos a Jc ponerse de pie.

-Solo un pequeño favor- pedí con un puchero en mi rostro antes de que crucen la puerta -¿Me traerían mi sopa?-

Todavía tenía algunas restricciones con respecto a mi alimentación. Me quedaba una cita más con el doctor y podía empezar a comer otras cosas que me habían sido negadas luego de la operación.

Mi primo giró los ojos y Lia me guiñó el derecho.

No habían dejado que vaya al baño sola, y además necesite de Lia para ducharme. Era muy arriesgado dejarme sola porque con cualquier movimiento los puntos podrían abrirse.

Sam había venido ayer y me hizo reír como siempre lo hacía, había estado pegado a mi casi la misma cantidad de tiempo que Jc y Lia.

Y si preguntan por Kian, no, él no había cumplido su promesa de ver Netflix juntos y sabía que no tenía que molestarme, pero realmente lo hacía. Me venía a ver a la habitación solo unos minutos y me hacía preguntas totalmente superficiales.

Por otro lado estuvieron las llamadas de mi padre en todo momento. Sabía que él estaba preocupado, pero no era necesario que me llame cada dos horas. Se lo había dicho ayer y parece que hoy estaba tratando de calmar su lado sobreprotector. Hasta quiso cancelar su viaje y yo me negué rotundamente, no iba a cargar en mi consciencia con haber arruinado su Luna de Miel.

Mi móvil sonó y en la pantalla brilló el nombre de mi mejor amigo.

-¡No puedo creer que te enfermes cuando quedan unos días para que nos veamos!- gritó del otro lado de la línea.

Me reí -Dylan, ya casi estoy bien-

Un golpe se escuchó y supe que había cerrado la puerta de su casa. Alejé el aparato de mi oreja evitando quedar sorda.

-¡Hola Alec!- saludó.

-Hey Dylan- escuché algún que otro ruido.

-Alexander entró a casa ¿quieres hablar con él?- abrí mis ojos.

¡Por supuesto que no quería!

-¡¿Estas loco?!¡No!-

-Hola ¿Boo?- maldito Dylan. Antes de reaccionar a la voz de Alec escuché la puerta abrirse y Kian tenía en sus manos mi tazón de sopa, el que supuestamente Jc iba a traer.

Me sonrió como si no fuera un idiota de tiempo completo conmigo, solo me sonrió como un chico normal, algo que es, pero también es odioso la otra mitad del tiempo.

-Traje tu sopa- levantó el tazón en una mano y me mostró dos latas de Coca-Cola -También a este par, pero ese será nuestro secreto-

Una risa tonta escapó de mis labios.

-¿Boo?- casi olvido a Alec, casi.

-¿Alec?- el ceño de Kian se frunció, pero de todos modos se encaminó hasta estar sentado a mi lado, luego de haber colocado las cosas arriba de la mesa de noche y bajar a Wishbone de la cama -Yo ... ¿todo bien?-

Quise golpear mi cara cuando las palabras salieron de mi boca ¡Ni siquiera me importaba!

-Si ¿Los Angeles?-

¡Incomodo!

-Si, genial ¿podrías decirle a Dylan que luego lo llamo?- Kian tomó el control remoto de mi regazo y empezó a buscar lo que sea en Netflix.

-Puedes decírselo tu...- no sé que más había dicho Alexander, pero a esta altura no me importaba.

-No, solo ... Adiós- y sin esperar respuesta corté.

-¿Qué estás haciendo?- los hermosos ojos de Kian me observaron y casi me derrito cuando pasó la lengua por sus labios.

Señaló el teléfono -¿El chico que te gusta?- arrugue mi rostro.

-Era algo así-

-¿Era?-

Él estaba tratando de estar tranquilo y mantener la charla lo más casual posible mientras me acercaba las cosas para tomar la sopa. Sabía que Kian no estaba tranquilo, la vena en su frente delataba cuanto estaba apretando su mandíbula.

Ignoré esos pensamientos y me dediqué a explicarle la rara situación con Alec.

-Habíamos estado saliendo antes de viajar a los Angeles- sus ojos se clavaron en los míos cuando las palabras salieron algo dudosas de mi boca.

En realidad, estaba dudosa en llamar a Alec la persona con la cual estaba saliendo. Él nunca me lo había propuesto, nunca lo habíamos hablado, solo eran besos, charlas sin sentido y risas.

-¿Y qué pasó después?- me encogí de hombros.

Kian estaba realmente interesado en esta historia.

-Viajé aquí y él empezó a salir con otra chica. Novios oficiales- aclaré lo ultimo para que entienda que Alexander y yo nunca habíamos sido nada más.

La cara del chico se arrugó mientras abría una Coca-Cola, estiró su mano y me ofreció la lata.

-Gracias. De todas formas no es algo que me afectó demasiado-

Tuve la necesidad de aclarar esas palabras o en realidad, que él las escuché.

De todas formas era verdad.

-Es un idiota- emití un sonido con mis labios al no poder preguntar de qué hablaba mientras fascinada le daba un sorbo a mi bebida.

Parecía una adicta, hacia un mes que no tomaba otra cosa que no sea agua o unos cuántos sorbos de gatorade.

-Él no tendría que haberte dejado solo así-

-Creo que él piensa que me quedaré aquí- acomode la servilleta que Kian trajo sobre mi regazo. Él sostenía el tazón de sopa y la lata de gaseosa que le di para que me sostenga mientras me acomodaba.

-¿Eso es lo que tienes pensado hacer?¿Quedarte?-

¿Quedarme?

Yo no lo sabía. No creía en esa posibilidad o no la había tomado como una opción hasta ahora que la mencionó.

-No lo creo-

Kian pasó su lengua por sus labios antes de preguntar con una sonrisa en sus labios -¿Por qué no?¿Sigues queriéndote ir por mi culo insoportable?-

Me reír.

En realidad, él era una de las causas por las que, extrañamente, no me quería ir.

"Pinky promise?" | Kian Lawley. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora