Brooke despertó y bajó a desayunar algo, sacó la Nutella y se la untó al pan. Se sentó en el sillón y se puso a ver uno de esos programas mañaneros. Charlie bajó y después de ver que estaba viendo y robarle una mordida al pan de la castaña, se preparó un café. Llevaba sus gafas y el cabello alborotado. Portaba un pantalón de piyama azul con una playera interior blanca y aún tenía marcada la almohada en la cara.
— Oye— Charlie le habló y Brooke lo volteó a ver, él se acomodó el cabello ondulado castaño con la mano, acto inútil ya que quedó como antes — ¿Cómo va la escuela?— se sentó junto a ella y le dio un sorbo a la taza.
— Normal supongo, veterinaria no es una carrera tan emocionante como crees— contestó — ¿Tu ya construyes casas afuera de Los Sims?
— No, sigo en practicas y trabajando en planos y modelos— Charlie agarró el control y comenzó a buscar un canal — Lo más probable es que haya días donde no me veas dormir.
— Honestamente no me importa si duermes o no, mientras me dejes a mi descansar.
Todo el día no tuvo nada que hacer. En la tarde, después de almorzar, Charlie salió a ayudarle a algo a su hermano, Ed salió sin que nadie se diera cuenta y Mia salió diciendo que iba a verse con una prima. Brooke se quedó sola. Decidió lavar los trastes a pesar de que ese día le tocaba a Mia. Alzó las camas, barrió los pisos y limpió los muebles.
Después de dejar la casa casi impecable, le dio hambre. Pero la cocina estaba tan limpia que no quiso ensuciarla. Agarró sus cosas y salió de la casa camino a una cafetería cerca. Hacía mucho que no iba a ese lugar. Empujó la puerta haciendo sonar la campanita y el olor a chocolate la golpeó de repente, cosa buena pues no tenía gana de comer saludable. Se sentó en una silla quitándose el abrigo y dejándolo a un lado, un chico de cabello negro fue a atenderla.
— Me das un panquesito de chispas de chocolate y... Ammm... jugo, de manzana— pidió y él lo anotó en su libreta.
— Enseguida te lo traigo— dijo el chico y se fue.
Brooke se quedó viendo por la ventana con una mano en su panza y la otra en su barbilla. Un enorme perro arrastraba a un niño por la banqueta. Llovía ligeramente, como si fuera a nevar. El choque del plato con la mesa la sacó de su burbuja.
— Perdona que pregunté pero... ¿Cómo te llamas?— preguntó el chico.
— Brooke— contestó la castaña — ¿Tú?— preguntó por pura cortesía.
— Daniel— dejó el vaso con jugo en la mesa.
Ella asintió acercando el plato con el cupcake hacia ella. Miró la hora en su celular, era tarde, pero aún no habia nadie en la casa y no quería estar sola. Daniel no se iba y notó que quería decir algo más.
— Siéntate si quieres. No hay nadie más aquí y no me gusta la soledad... Así que— la castaña señaló el lugar enfrente de ella.
Comenzaron a platicar de cosas triviales, la platica era fluida por parte de Daniel pero Brooke no dejaba de poner una pequeña barrera, solo estaba haciendo tiempo mientras alguien llegaba a la casa. No podía creer que viviera con tres personas y nunca hubiera nadie ahí. Miró su celular después de un rato y vio que eran las cuatro y media. Sus ojos se agrandaron cuando vio a Charlie caminar enojado hasta donde estaba ella. La campanita sonó y el castaño se paró enfrente de la mesa donde Daniel y Brooke estábamos.

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Nuestro pequeño reino
RomanceBrooke y Charlie se odian, su enemistad es tan grande que ella solo fue a una fiesta a la cual no quería ir para hacerlo enojar un rato, desafortunadamente las cosas se les salieron de las manos y una mezcla de alcohol, una fiesta alocada, hormonas...