20

4.6K 328 42
                                        

— Solo dime por qué no— insistió Charlie.

— No, ya dejalo.

— Dime, por favor— Brooke no contestó — Soy el padre de tu hijo, merezco saber la razón.

Brooke seguia caminando en linea recta con los brazos cruzados cubriéndose del viento.

— ¡Brooke, quiero formar parte de la vida de ese bebé!— corrió junto a ella — Te lo dije antes y te lo vuelvo a decir.

— Puedes formar parte de su vida— finalmente habló — De lejitos.

Charlie rodó los ojos. Bufó al darse cuenta de que Brooke iba caminando muy rápido.

— No podré formar parte de su vida si me sigues alejando de ustedes— Brooke volvió a guardar silencio, gruñó enojado y la detuvo de los hombros — Solo estás jugando conmigo— Sentenció enojado.

Brooke lo miró seria, con el ceño ligeramente fruncido.

— Si lo que quieres es que me aleje, bien— dijo Charlie soltandola — Eso voy a hacer— dio unos pasos para atrás y se agarró el cabello frustrado.

Brooke se quedó en silencio, viendolo caminar en circulos mientras el viento hacía que su cabello se le fuera al rostro.

— Estoy arto que hagas conmigo lo que se te viene en gana— dijo Charlie viéndola — Llevo años, ¡Años! intentano acercarme a ti de manera pacifica y siempre encuentras la forma de alejarme y aún así mantenerme cerca.

Brooke seguía sin hablar. Solo lo veía y se agaraba el vientre. Su bebé se movía. Se estaba moviendo. Podía sentirlo. Pero no dijo nada.

— No vas a decir nada, muy bien— Charlie se dio la vuelta — ¡Por primera vez te voy a hacer caso!

Sabía que tenía que decir algo. "No te vayas, por favor" tal vez era la mejor opción. Pero no pudo decir nada. Sabía que Charlie estaba en todo su derecho de irse. Pues tenía razón. Ella sabía muy bien que ella era la que estaba mal, pero no podía reaccionar. Tenía demasiado miedo. Miedo de intentar tener una relación seria y de apegarse tanto a que cuando se fuera y la dejara sola no supiera como vivir sin él. Simplemente no podía.

Por eso volvió a la casa sola, en un uber, tragandose las lagrimas como pudo. Para su suerte Mia no estaba y no tuvo que dar explicaciones cuando se derrumbó en el sillón llorando.



Charlie llegó al edificio con los ojos y la nariz roja de las lagrimas. No podía creer lo que acababa de hacer. Necesitaba pensar. Necesitaba aclarar su mente. Buscó las llaves en su pantalón, las trató de introducir a la cerradura pero se resbalaron. Maldijo en voz baja y se agachó a recogerlas pero al enderezarse de nuevo la parte posterior de su cabeza se golpeó con la perilla de la puerta.

— La puta madre— gimió de dolor y se llevó la mano al área.

Las llaves cayeron de nuevo.

Gritó frustrado y pateó la puerta como un niño pequeño haciendo rabietas. Luego usó su puño para agredir la madera, finalmente se dio la vuelta y golpeó la parte de atrás de su cráneo contra la puerta para deslizarse hasta el suelo y sentarse abrazando sus rodillas. Para cualquiera que lo viera parecería que lloraba sin razón aparente. Pero le dolía todo. Física y psicológicamente. Estaba cansado de igual manera y solo quería encerrarse y no salir nunca más.

La amaba tanto que quería ir a disculparse. Estaba dispuesto a perder su orgullo. A matar su orgullo públicamente y enterrarlo en una tumba sin nombre por ella. Solo quería procesar lo que acababa de hacer. Sabía que estaba mal, pero ya no sabía que hacer para tener a Brooke feliz.

Entendía que ella estaba asustada, que estaba tal vez enojada. Iban a tener un bebé, no en las mejores condiciones. Pero era una pequeña vida en sus manos que ya venía al mundo. Y amaba a ese bebé. Muchísimo.

Perdió el equilibrio y cayó de espalda cuando Ed abrió la puerta.

Su amigo lo vio confundido y un poco enojado pero cuando reparó en sus ojos rojos suavizó su mirada. Se agachó a su altura preocupado y Charlie sin pensarselo dos veces lo abrazó y lloró en su hombro. Ed lo hizo entrar a la casa y calmarse. Charlie le contó todo y Ed solo escuchó tranquilo. Ver a su mejor amigo así lo hacía sentir mal del estómago.

Charlie se quedó dormido en el sillón con una manta tranquilamente dándole cobijo. Ed salió de la casa haciendo sonar las llaves del auto y manejó hasta la casa de Brooke. Tocó la puerta y la castaña le abrió.

— Ahora sí te pasaste, Brooke— le dijo enojado Ed — ¿Cómo pudiste hacerle eso? ¿Eh? ¡Sabes que él daría la vida por ti!

Brooke se quedó callada. Miró al techo, se pasó una mano por el cabello hasta llegar a las puntas de este y se quitó de la puerta.

— Pasa por favor.

Ed le hizo caso. Ella se sentó en el sillón y él junto a ella. El rubio esperó que ella hablara.

— Él te quiere mucho, Brooke— dijo ya más calmado — Le gustas mucho desde hace tiempo y pensé que el bebé los iba a acercar más, que habia sido una bonita casualidad o juego del destino. Pero... ¿Por qué insistes en alejarlo?

Brooke no dijo nada. Suspiró y puso una mano en su vientre.

— Yo sé... También lo quiero, también me gusta mucho.

— ¿Y por qué no...?

— ¡Estoy asustada, Ed!— exclamó — Voy a tener un bebé, eso ya es suficiente qué digerir y Charlie con su insistencia en ser algo...

— ¡Tú fuiste quien lo besó, Brooke!

— ¡Pero...!

— ¡Siempre has sido tú la que lo inicia todo, la que solo arruina las cosas, y Charlie debe de pagar por todo!— Ed gritó haciendo que Brooke se callara — Solo piensas en ti misma y en como te va a afectar a ti la vida ¿No has pensado en él? Él también tiene miedo. No tiene ni idea de qué hacer con un bebé, está como loco consiguiendo un nuevo trabajo y consiguiendo ayuda, y como si eso fuera poco tiene que lidiar contigo y tus cambios de humor y tus provocaciones y que no sabes ni lo que quieres.

— Yo no le pedí que se quedara.

— Que bueno porque ya no lo va a hacer.

Ed se puso de pie y caminó solo hacia la puerta.

— Por suerte sabes como se cría un niño sin padre.

Y sin más cerró la puerta detrás de él.







Topen, la razón por la que actualizo cada venida de Dios es porque: 1. Se me olvida y 2. Tengo como 6 borradores y trabajo en ellos cada que tengo tiempo. Tenganme pasciencia. Alsoooo pichi Brooke uughhhh

Nuestro pequeño reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora