Charlie tocaba la puerta pero Brooke seguía sin abrir, Mia le dio un golpe en la nuca y Ed intentó abrir la puerta fracasando miserablemente pues estaba con seguro.
— Brooke— dijo Charlie pegando la frente a la puerta — ¿Estás bien?— preguntó empezando a preocuparse más.
— Sí, váyanse— contestó, estaba llorando.
Suspiro y los tres bajaron a la sala. Cuando Brooke ya no oyó nada se limpió las lagrimas con papel. Se llevó la mano a la boca y se quedó viendo hacia arriba a la pequeña ventana de la pared.
Charlie estaba sentado en el sofá mirando sus manos. Un rato después oyeron la puerta abrirse y a Brooke encerrarse en el cuarto. Charlie no podía dejar las cosas así, estaba actuando como un imbecil, Henry no había estado ahí en ningún momento de la vida de Brooke, pero era su progenitor, él merecía una plática con su hija y Brooke quería saber por qué él se había ido. Charlie se puso de pie dispuesto a ir y hablar con ella pero Mia lo agarró de la playera.
— No vayas, necesita descansar, y contigo ahí no lo va a hacer, eres un dolor de cabeza— dijo y él se volvió a sentar.
Odiaba hacer enojar a Brooke, antes era porque lo golpeaba y ahora era porque la quería, mucho, tanto que dolía cuando la veía llorar, lo cual pasaba muy seguido últimamente. Suspiró y se revolvió el cabello cansado.
Brooke estaba viendo Gravity Falls mientras miraba un sándwich debatiéndose si comer o no. Hoy vendría Henry y ella tenía sus preguntas ensayadas. Finalmente acercó su mano hacia el pan, pero se retractó al tocarlo. Su celular sonó y contestó sin ver quién era.
— ¿Hola?
— Brooke, estoy afuera— era Henry.
— Pasa, está abierto— colgó al oír la puerta ser abierta — ¡Arriba!— gritó dejando el plato con el sándwich en la mesita de noche junto a su cama .
La puerta de su cuarto se abrió dejando ver a Henry con expresión preocupada, detrás de él apareció un chico de cabello café como el de ella y ojos azules, saludó con la mano sin saber qué hacer, Henry caminó hasta donde Brooke estaba y la miró.
— ¿Cómo te encuentras?— preguntó.
— Bien, creo— ella contestó — ¿Quién es?— señaló al chico.
— Oliver, al parecer soy tu hermano— dijo el chico saludando con la mano, Henry le dedicó una mirada asesina.
Se quedaron en silencio, tan incomodo que se podía cortar con un cuchillo, Brooke jugaba con el popote de su jugo, Henry miraba unas fotos que ella tenía en portarretratos y Oliver miraba Gravity Falls de pie.
Quería soltar todas sus preguntas de golpe, tal vez sin compasión, exigiendo respuestas rápidas y ciertas, pero necesitaba mantener la cordura.
— Los dejo, para que hablen y eso— dijo Oliver y salió del cuarto.
El silencio se hizo aún más incomodo y pesado, pero necesitaba soltar las preguntas.
— ¿Por qué te fuiste?— preguntó Brooke finalmente.
Henry la miró y con un suspiro se sentó en la orilla de la cama.
— Mientras salía con tu madre, salía con otra mujer en otra ciudad— empezó y Brooke sintió aún más odio — La otra mujer quedó embarazada, le mandaba dinero cada mes e iba a visitarla, pero me quedé con tu madre— se detuvo un momento y luego siguió — Nació Oliver y yo no podía estar ahí porque tenía a tu madre, lo visitaba cada vez que podía pero no pasaba casi nada de tiempo con él. Un año después, tú madre quedó embarazada, me sentía horrible, tenía dos hijos y no podía pasar tiempo con ellos, no podía decirle nada a tu madre o a la de Oliver, estaba entre la espada y la pared— miró a Brooke con culpa — Decidí irme con la madre de Oliver, la conocía desde antes y era de mi ciudad natal, en ese momento parecía una buena y sensata idea. Abandoné a tu madre y a ti sin pensar mucho, pero cuando llegué con la madre de Oliver, ella ya había descubierto mi engaño, sabía de tu madre y de ti, una de sus primas le había dicho y hasta le había llevado evidencia— bajó la mirada avergonzado — Me fui, pero me quedé en la ciudad. No las busqué más. Aveces iba a ver a Oliver, intentaba pasar tiempo con él, pero era muy cruel, prefería a su padrastro que a mí. Me fui de la ciudad cuando él tenía 14, pero nunca volví a verte a ti o a Anne— se limpió una lagrima — Lo siento, Brooke.
— Ahórrate tus disculpas, no las quiero— dijo enojada — Lo que hiciste fue horrible y estúpido— declaró — Quiero hablar con Oliver.
Henry salió del cuarto y unos segundos después entró Oliver, la miró con una sonrisa que no le llegaba a los ojos. Tenían el mismo cabello castaño heredado de Henry, pero él tenía los ojos azules y Brooke cafés. Se sentó en la cama a un lado de ella.
— ¿Cuántos meses de embarazo tienes?— preguntó.
— tres— contestó — ¿Él te dijo?— preguntó refiriéndose a Henry. Oliver asintió con la cabeza.
— ¿Pensaste que él sería tan imbécil?— preguntó Oliver.
— No, en realidad nunca me puse a pensar en porqué se había ido, solo me dediqué a odiarlo en voz alta y a sacarle provecho en la escuela, ya sabes "Es que mi papá se fue y no ha vuelto"— contestó Brooke.
— Yo también hacía eso— hizo una pausa — ¿Tú mamá se volvió a casar?— preguntó él.
— No, se dedicó enteramente a mí— contestó ella — ¿Cuándo vuelves a...?— se detuvo al recordar que no sabia de donde era Oliver.
— Maiden— dijo — No voy a volver, o no pronto, acepté venir con Henry para quedarme acá, no soporto seguir allá, y también quería conocer a alguien que me entendiera— dijo.
Platicaron un rato hasta que ella oyó la puerta de enfrente abrirse. Calló a Oliver para oír la platica de Charlie y Henry.
— ¿Dónde está Brooke?
— Arriba, con su hermano.
Los pasos de Charlie se oyeron y cuando abrió la puerta lo ignoró olímpicamente, aún seguía enojada con él, pero más que enojada estaba triste. Abrió la puerta y saludó a Oliver de mano.
— Brooke, te traje un panquecito— dijo Charlie entregándole las deliciosas calorías en forma de pan y betún. Brooke miró la televisión, sin sonido, y le dio un trago a su jugo.
— Yo me voy a ir, creo que tienen algo que hablar— dijo Oliver poniéndose de pie y saliendo del cuarto.

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Nuestro pequeño reino
RomanceBrooke y Charlie se odian, su enemistad es tan grande que ella solo fue a una fiesta a la cual no quería ir para hacerlo enojar un rato, desafortunadamente las cosas se les salieron de las manos y una mezcla de alcohol, una fiesta alocada, hormonas...