— ¿Disculpa?— Y al decir esto cereal calló de su boca al suelo y ni se molestó en cerrarla de nuevo.
— Olvídalo, fue estúpido— dijo la castaña y se acercó a Charlie para limpiarle con la mano, en un gesto maternal, la leche y los cereales que caían de su boca.
— No no no, ven— la agarró de la mano y la hizo pasar al departamento.
Dejó su plato en la barra de la cocina y se limpió la boca con una servilleta de papel.
— ¿A qué vino eso?— preguntó Charlie tratando de ocultar su sonrisa.
Brooke miraba hacia abajo y cuando lo vio se lanzó a sus brazos para besarlo. Pero antes de que sus labios se tocaran él la agarró de los hombros para sentarla. Porque se conocía, y sabia que era débil y sabía que lo iba a tener en la palma de su mano con un sólo beso.
— Tenemos que hablar— la sentó en un banco de la barra y se agarró el puente de la nariz — No sé si intentas jugar conmigo o...
— Nada de eso— lo cortó — Pero olvídalo, ya me voy, solo... adiós— Brooke se puso de pie dispuesta a salir pero Charlie la agarró de la mano deteniéndola.
— ¿Quieres ir a una cita conmigo?
Brooke se le quedó viendo y Charlie sonrió de lado. Y es que como le iba a decir que no a esos bonitos ojos tristes de color cielo.
— Por supuesto— Brooke sonrió socarrona.
— Paso por ti a las siete— sonrió divertido.
En la casa Brooke intentaba buscar que ponerse. Su vientre abultado hacía que la mayoría de sus playeras se vieran raras, y sus pantalones comenzaban a molestar. Pero al final se decidió por unos jeans azules y una playera color vino unas tallas más grande de manga larga. Se miró al espejo y vio su vientre. Se llevó una mano a su estómago sin darse cuenta cuando se puso a recoger el cuarto. Charlie entró a la casa como si fuera suya, posándose en el marco de la puerta vio con una sonrisa ladeada en el rostro a la castaña recoger la ropa tirada. Bonnie entró al cuarto y ladró moviendo la cola hacia el castaño. Brooke se volteó y dio un respingo al ver al chico en la puerta. Se llevó una mano al pecho asustada y lo golpeó con una playera sucia.
— ¿Lista?— preguntó enderezándose.
— Vamos.
Charlie bajó las escaleras detrás de Brooke y le abrió la puerta para ayudarla a subir. Cerró la puerta y corrió a su lado del auto. Brooke lo miró.
— ¿Vamos a adoptar otro perro?
— No esta vez. Ahora no voy a intentar nada demasiado ostentoso. Solo vamos a ir a comer, hablar sobre tu propuesta y...
— No vamos a hablar de eso, no quiero que lo menciones.
— Tenemos que hablar de eso.
— No.
— Sí.
— Broke, tenemos qué.
Ella ya no dijo nada. Por supuesto que sabía que tenían que hablar de eso, solo que no quería hacerlo. La apenaba y asustaba mucho. Charlie paró en un restaurante italiano familiar que a juzgar por el letrero estaba abierto desde 1994. Le abrió la puerta a Brooke y la ayudó a bajar. Entraron y el chico que recibía a la gente lo saludó muy familiar. Los llevó a una mesa en la terraza, con velas en el centro y una botella de vino. Charlie la miró sonriendo y le ayudó a sentarse separando la silla para ella. Tomó su lugar en la silla frente a ella y le sonrió mostrando los dientes ligeramente torcidos que Brooke insistía lo hacían ver como un niño pequeño. Ella sonrió ligeramente.
— ¿Qué opinas?— Preguntó Charlie con un toque de emoción en su voz.
— Me gusta este lugar ¿Cómo lo conoces?— preguntó Brooke.
— El pastel es lo mejor del mundo, te lo juro— Charlie se sirvió vino en una copa y jugó con el fuego de una vela — Venía acá todo el tiempo con mis papás, pero aún vengo solo.
— No hagas eso— La castaña quitó su mano de la vela — Te vas a quemar.
Charlie rio y Brooke se quedó en silencio. Ordenaron una ensalada para los dos, Charlie pidió un plato de espagueti a la boloñesa y Brooke ordenó lasaña. Charlie hablaba tanto y era obvio que estaba emocionado. Probablemente por el desliz de Brooke. ¿Cómo no estarlo? Era su sueño hecho realidad. Su primera cita no habia sido una cita oficial. Acabaron y él insistió en pedir postre. Muchas veces trató de sacar el tema pero Brooke lo evitaba con agilidad. Pidieron la cuenta y salieron del lugar. Brooke insistió en ir al parque al que solían ir cuando eran niños.
Brooke miraba por la ventana mientras alguna canción de moda sonaba en la radio a un volumen bajo. Miró a Charlie, conducía con la mano izquierda y su brazo derecho estaba recargado en el apoyabrazos de ese lado. Movía sus dedos y su cabeza al ritmo de la música mientras tarareaba la letra en un murmullo. Brooke movió su mano izquierda y entrelazó sus dedos con los de él con cuidado. Charlie sonrió sin mirarla y con cariño llevó su mano a sus labios y besó sus nudillos. Era como si sus manos fueran piezas de un rompecabezas y encajaran a la perfección. Incluso resultaba satisfactorio ver como sus manos se entrelazaban. Cuando llegaron al parque Brooke seguía muy callada. Charlie la siguió por un sendero, luego la agarró de las manos y la llevó al pasto.
— ¿A qué querías venir?— le preguntó haciendo que se sentara en una banca junto a él.
— Quería un poco de silencio.
— Haz estado en silencio toda la noche, ¿no fue suficiente?— bromeó.
Brooke se soltó de su mano y se abrazó a si misma. Charlie se acercó más a ella y la rodeó con sus brazos mientras el aire los enfriaba. Sentía la respiración de Charlie en su mejilla y el calor que su cuerpo brindaba la hacia sentirse protegida.
— ¿Quieres salir conmigo?
Y la pregunta había salido tan natural e inocente de los labios de Charlie que Brooke casi gritó que sí.
— Charlie...
— Solo hay que intentarlo, no nos va a hacer daño.
Brooke no dijo nada.
— Me gustas mucho, Brooke. Estoy muy enamorado de ti. Quiero que estemos juntos— dijo con un brillo especial en sus ojos — Tu, el bebé y yo.
Y todo sonaba perfecto e incluso posible. Brooke estaba a punto de decir algo pero cuando Charlie la agarró del rostro y la miró a los ojos, luego a los labios, y de pronto ya la iba a besar, dio un brinco hacia atrás sintiéndose mal al instante. Se puso de pie rápidamente.
— No, Charlie.
¿es raro que olvide por completo actualizar? Una disculpa <3

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Nuestro pequeño reino
RomanceBrooke y Charlie se odian, su enemistad es tan grande que ella solo fue a una fiesta a la cual no quería ir para hacerlo enojar un rato, desafortunadamente las cosas se les salieron de las manos y una mezcla de alcohol, una fiesta alocada, hormonas...