Navidad no fue lo que esperaban, año nuevo fue aburrido, sin salir. Anne cuidaba de Caleb cuando Brooke y Charlie comenzaron a trabajar. Brooke pudo ejercer como veterinaria muy pronto en una clínica animal, mientras que Charlie consiguió empleo como ayudante en una constructora. Volvió a construir casas en Los Sims. El cumpleaños numero uno de Caleb fue lindo, con un pastel de vainilla horneado por Mia y en compañía de todos.
Charlie estaba acostado en la cama, mirando a la pared, Brooke dormía dándole la espalada. Eran casi la una de la mañana. Llevaba varias noches sin poder dormir, asustado de estancarse en ese patético trabajo. Él sabía que tenía el potencial para más, pero ahí, llevando cafés y buscando pisapapeles para los planos, no iba a demostrarlo. Agarró sus celular y escribió.
Cuanto tienes de la herencia de la abuela?
Pensó que no tendría respuesta hasta mañana, luego recordó que su hermano jamás dormía y le contestó casi al instante.
Hola buenas noches sí estoy bien
Que te importa?Rodó los ojos
Yo tengo 50 cuanto tienes?
Ya conseguiste empleo?Me dio lo mismo
NoTengo una idea
Nos vemos mañana tempranoA las 3 en el bar cerca de mi casa
Temprano dije
A las 10Lo dejó en visto.
Igual no pudo dormir y terminó en la sala jugando videojuegos y a la mañana siguiente que Brooke lo encontró ahí solo le frunció el ceño y fue a hacer desayuno.
Salió de la casa con un despido general y fue al bar. Peter ya lo esperaba ahí con una cerveza. Se sentó frente a él y lo saludó, indagó un poco en su vida y luego fue al grano. Le dio un trago a su cerveza.
— Debemos abrir una empresa— dijo como si nada, sus ojos brillando de emoción.
Peter se quedó serio, luego rió.
— ¿De qué te ríes? Hablo en serio— se inclinó hacía él — Entre los dos tenemos cien mil dolares, suficiente para empezar de cero y vernos creíbles. Tu tienes el cerebro y yo la habilidad, podemos hacer una empresa de construcción ¡pero!
Peter se mostró más interesado, pero no del todo convencido.
— Incorporar elementos de tu área; robots, tecnología-
— Es electromecánica, no la casa del futuro— lo cortó — Pero veo tu visión y creo que es posible; es buena, no tiene ni pies ni cabeza, pero puede ser algo.
Charlie sonrió.
— Tengo números de los inversionistas de la empresa donde trabajo, también de los proveedores y de publicidad— comenzaba a emocionarse — ¿Qué opinas?
Peter rió y bebió cerveza, miró a su hermano y le estiró la mano.
Pasaron toda la tarde viendo los aspectos superficiales; el nombre, locales, el logo. Ninguno de los dos tenía ni idea de qué estaban haciendo, pero estaban confiados en que era bueno. O podía ser bueno. Volvió a la casa justo a la hora de la comida y le contó todo a Brooke. Ella le sonrió y se sentó a comer.
— Me alegra que estés emocionado por esto.
Caleb gritó y lanzó el plato con comida al suelo. Charlie lo recogió y Bonnie le ayudó a comer las salchichas del suelo.
— Por cierto— dijo Brooke sirviéndole el plato — Hoy llevaron un gato a la clínica— dijo sin mirarlo.
— Brooke...
— Es muy viejo y tiene una pata lastimada.
— Brooke no, sabes que Bonnie se pone nerviosa con otros animales— le dijo señalando al perro que recibía los brocolis que Caleb le lanzaba.
— ¡Solo con otros perros! Y Dakota es un gato muy viejo.
— ¿Ya le pusiste nombre?
— Ya tenía.
Charlie frunció los labios y se acercó a su novia, la sostuvo de la cintura para besarla.
— ¿Por cuanto tiempo?
— Solo en lo que se recupera, es un gato callejero así que no creo que le guste vivir en una casa.
— ¿Y cuando lo traes?
Brooke sonrió. Se soltó de su agarre y corrió escaleras arriba, Charlie la esperó pacientemente recargado en la barra y miró con asco al animal peludo que Brooke cargaba con cariño. Era un horrible gato de pelo blanco con manchas negras y con cara de pocos amigos, tenía una pata vendada y le faltaba un pedazo de la oreja izquierda, tenía unos enormes ojos verdes que lo miraban de la misma manera. Se veía esponjoso pero le daba miedo tocarlo. Caleb gritó y balbuceó señalando al animal.
— Charlie, te presento a Dakota— dijo acariciando la cabeza del animal.
— Es horrible.
El gato siseó.
— El sentimiento es mutuo.
Dejó al gato en el suelo y se fue cojeando al sofá.
— Sabes, a Ed le gustan los gatos— dijo sin dejar de mirar al animal.
— Oliver es alérgico— dijo sentándose para darle de comer a Caleb — Sí pensé dárselos, me preocupa que se coma a Hector.
Desde que Brooke había entrado a trabajar a la clínica, prácticamente había convertido la casa en un albergue. Hector era un pez dorado que Oliver le había regalado a Caleb en su cumpleaños hacía dos meses, y ese pez había dado entrada a los demás animales a la casa. En su primera semana habían llegado a albergar hasta otros cuatro perros a parte de Bonnie, todos con lesiones. Habían tenido ratas, pájaros, gatos e incluso una tortuga. No se podía quejar, le gustaba llevar a Caleb a jugar con los demás animales a la clínica y visitar a Ramona y Claire, dos tarántulas bastante amigables de las que extrañamente se había encariñado, pero a veces la casa parecía un zoológico.
— ¿Por qué el idiota del doctor Isaac no se los lleva a su casa?— preguntó viendo como Dakota se remolineaba en el que era su lugar.
— Dakota no se lleva con Felipe... la iguana, y ya tiene tres perros, dos gatos y un acuario de peces exóticos que cuidar— dijo frunciendo el ceño ante su hijo rehusándose a comer.
— ¡Tu tienes un hijo!
— Solo es unos días, dentro de nada va a estar bien y podré buscarle un hogar estable.
Volvió la vista a la fiera que dormía plácidamente en su lugar.

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Nuestro pequeño reino
RomanceBrooke y Charlie se odian, su enemistad es tan grande que ella solo fue a una fiesta a la cual no quería ir para hacerlo enojar un rato, desafortunadamente las cosas se les salieron de las manos y una mezcla de alcohol, una fiesta alocada, hormonas...