Me puse en pie tan pronto como lo vi seguro y no pude evitar fijar mi mirada en la dirección que Ryan había tomado. La duda se apoderó de mi un par de segundos, pero luego de haber sido totalmente rechazada y de ser carcomida por mis interrogantes no tuve mayor opción que seguirle.
Sí, si fuese una protagonista de una película de terror seguramente sería aquella estúpida que por ir a ver qué es lo que suena cuando se va la luz, muere primero.
Comencé a caminar rápidamente intentando no perderlo de vista, no obstante, tan pronto como comencé a adquirir un buen ritmo, una mano se posó en mi hombro deteniéndome.
—¡Thia! —Volteé de inmediato girando en mi lugar para encontrarme con Mike.
—¡Pero si es Mike Janeway! —Exclamé mientras él revolcaba mi cabello.
—Me encantó tu actuación anterior, bonita—Sonreí achicando un poco mis ojos, pero sin perder de vista a Evans que ya iba bastante lejos. Ni siquiera me preocupé por preguntarle cómo habían salido las cosas en su hogar.
Cada vez me demuestras más el terrible ser humano que eres.
—Sí... Esa bella actuación me costó una semana de suspensión —Soltó una carcajada ante mí queja, a lo que subí la mirada para verlo mejor —A propósito... ¿Qué haces aquí?
—Bueno, se supone que estoy en el baño.
Negué un par de veces.
—Entonces me retiro, te están esperando.
—¿A dónde se supone que vas? — me interrumpió tomándome del hombro tan pronto como notó tentaba con emprender mi huida.
Tartamudeé un par de veces e inconscientemente miré hacia donde Ryan se dirigía caminando. Mike miró por encima de mi hombro y luego me dedicó una expresión de desaprobación.
—¿Piensas seguir a ese bastardo que provocó que te expulsaran?
Buen punto, Janeway
—Es que...
A decir verdad, no le había contado a nadie de mi situación con Ryan. Para ellos, Como para mí, él era un chico aparecido de la noche a la mañana. Un total desconocido.
Miré con un poco de ansiedad hacia el punto que seguía caminando vía abajo y tras notar que por poco lo perdía me apresuré a hablar.
—En este momento no te puedo contar, Mike. Estoy apurada—. Bufó metiendo la mano a uno de sus bolsillos.
—Pues tendrás que contarme en el camino, o no te dejaré en paz hasta que lo hagas—Mi expresión de incertidumbre fue evidente hasta que agitó unas llaves enfrente mío—Yo conduzco — concluyó mientras caminaba hacia el estacionamiento.
Mi boca cayó ligeramente, en realidad de alguna manera viniendo de él debía esperarlo, mucho más si se trataba de mí. Así que luego de mirar el panorama en búsqueda de algún maestro o de un estudiante entrometido me dispuse a seguirlo.
—¡Pero se supone que estas en el baño! ¿Qué les vas a decir? ¿Qué te tragó la taza? — Alegué a lo que replicó con una sonrisa dulce y enseguida se adelantó a abrir la puerta del copiloto para mí.
—Solo digamos... Que no me cayó muy bien lo que comí—. No pude evitar estallar en risas mientras el cerraba la puerta y yo abrochaba mi cinturón de seguridad.
Se subió a mi lado encendiendo el motor y dejando el carro avanzar lentamente hasta ver a Ryan disminuir el ritmo de sus pasos junto a unos autos parqueados justo al lado de unos árboles, claro que, mantuvimos la distancia y el silencio hasta que este subió a uno y prendió el motor.
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Sin reglas ni principios
Acción¿Qué harías si tu madre adoptara un pandillero de primera, arrogante hasta la médula, condenadamente sexy y con un pequeño secreto? Prepárate para vivir en un mundo sin reglas ni principios... * * * * -¿Que no me odias?- Pregunté con autosufici...