Sin reglas ni principios

42. En la boca del lobo

Apreté mis puños tragando en seco sin dejar que mi evidente desconfianza saliera a flote.

— Aún no comprendo por qué me llevas a verlo— Alegué cruzándome de brazos mientras uno de mis dedos acariciaba con ansiedad una de las pequeñas navajas que cargaba en la muñeca.

— Después de lo que ocurrió ayer creo que va siendo hora de darte un poco de confianza.

— ¿A que te refieres?— Indagué inspeccionando el rostro de Allen en búsqueda de alguna expresión que le delatara, sin embargo, lucía demasiado sereno como para estar mintiendo— ¿Hablas de la manera en que los guié hacia donde se encontraban?

—Probablemente, o quizá hable del hecho de que descubriste algo y no piensas decírnoslo— me sobresalté ante sus palabras y de inmediato mis ojos se dirigieron a los suyos —Verás Kate, te mostraré que puedes confiar en mi tanto como yo confío en ti.

— Antes que nada necesito que me digas algo.

— ¿Que?— soltó con algo de Ironía deteniéndose y provocando que yo lo hiciera.

Para ese momento nos encontrábamos avanzando por un pasillo con luz tenue luego de recorrer las suficientes escaleras en descenso como para llegar al centro de la tierra. Una vez terminada la misión no pasó mucho tiempo para que Harvie llegase y me prometiese el llevarme a ver a Ryan y efectivamente tan pronto como amaneció tomamos una dirección que no me había dado el lujo de recorrer.

— ¿Quién te crees para alegar que oculto algo?— soltó una carcajada que sin duda alguna me recordó a Evans y provocó que un vacío se abriera en la boca de mi estomago .

— Te lo diré con gusto luego de que me expliques la relevancia de ese chico en todo esto.

Lo pensé un instante entrecerrando los ojos para que no lograse captar ninguna expresión en ellos que le diera alguna perspectiva indeseada.

— Es la razón por la que estoy acá, en caso de que escape me acusarán de haberlo utilizado como entrada y probablemente de haber colaborado. Necesito saber que le tienen con sensores de movimiento y que si se mueve cada una de sus malditas células explotarán en cientos de pedazos— Gruñí. Harvie mandó la mano a su barbilla acariciándola con consternación y enseguida dedicándome una sonrisa algo altiva.

— Te creo.

— ¿Y bien?— Indagué nuevamente señalandole— ¿Como es que adivinaste que le buscaba en ese momento? y más aún ¿Que pruebas tienes para decir que tengo información que no he comunicado?

— Mi padre era perfilador del FBI, ahora yo lo soy para la ZKM, no me es difícil leerte.

Sin duda alguna cuando cualquiera se refería a aquellas tres letras juntas lo hacía en nombre de la entidad en la que nos encontrábamos, sin embargo, jamás había escuchado hablar de ella por Ryan y nadie me había dicho directamente su significado o relevancia.

— ¿Así que con solo verme sabes como soy en todos los aspectos?

— Tan solo en físico— bromeó retomando el paso — pero si lo hago constantemente con la posibilidad de evaluar tus acciones puedo crear un perfil que clasifique tu pensamiento, gestos y actitudes. Si quisieras, con tu habilidad lo podrías hacer.

— Soy más de campo no sirvo para estar tras un escritorio viendo estúpidos que viven en mi lugar— espeté evaluando que tanta información habría obtenido de mi para ese momento.

— Es curioso, me recuerdas a alguien.

— No es que me interesen tus recuerdos.

— ¡Vamos Katlyn! No actúes conmigo— me detuve en seco girando sobre mis talones y enseguida aventandome hacia él por lo que tuvo que retroceder para acortar nuestra distancia.