31. Lo prometí

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Tiré mi cabeza hacia atrás  dedicándome a observar el techo mientras Ryan luchaba por volver a su ropa mojada, o lo que había quedado de ella.

Sus pasos se fueron alejando progresivamente por el pasillo mientras el agua bajo sus pies hacia un notable ruido mientras avanzaba . Definitivamente quien fuese que estaba afuera merecía morir en el infierno.

Me senté sobre la cama recogiendo mis piernas y notando el repentino frío que recorría mi cuerpo totalmente empapado, a lo que no pude evitar soltar una carcajada que fue interrumpida por una voz afuera... una voz conocida. Un corrientazo recorrió mi espalda y en un solo impulso ya me encontraba en pie buscando en los cajones algo de ropa, corrí enseguida hacia un viejo armario encontrándome con que la única prenda de mujer era un abrigo negro.

Lo saqué con rapidez colocandolo sobre mi piel desnuda y cerrando todo los botones con la precaución de que nada saliera a la luz, afortunadamente este quedaba apenas unos centímetros arriba de mis rodillas y alcanzaba a cubrir lo necesario.

Miré a mi alrededor escuchando como la conversación fluía justo en la puerta de entrada, estaba perdida, era la persona con peor suerte en el mundo, de eso estaba segura. En seguida caminé sigilosamente hasta el pasillo apegandome a la pared más cercana y confiando en el perímetro de visión que se tenía desde la puerta y había calculado.

— Esto está mal— Articulé agachándome y tomando la mayor cantidad de agua con mis manos para luego esparcirla sobre la prenda hasta el punto que esta quedara considerablemente mojada y avanzar hacía la entrada — Ya he logrado cerrar el registro, solo necesitamos evacuar el agua y...

Me detuve tras Evans tragando en seco y procurando parecer sorprendida en el mejor sentido posible.

Ryan me miró alzando una de sus cejas e inclinando su cabeza con reprocho mientras mi mirada se intercalaba entre él y...

— ¡Mike!— Alegué revolcando mi cabello—¿Que se supone que haces aquí?— Indagué acercándome a ambos pero posicionandome al otro lado de la entrada.

— Dije que te encontraría— Soltó en un tono seco para continuar con uno aún más áspero — Que los encontraría a ambos, lo prometí y lo hice con merito.

Apreté mis labios cruzando mis brazos sobre mi pecho y sintiéndome terriblemente incomoda al encontrarme técnicamente desnuda.

— ¿Que se supone que ocurrió acá?

— Yo... ocurrió un problema en la cocina, los sensores se activaron y tan solo ahora logré cerrar el paso de agua, estamos hechos un desastre— Balbuceé notando como la mirada de Ryan me perforaba a manera de desaprobación.

— Claro, eso fue lo que ocurrió— Agregó Evans provocando que mi mirada se centrara en el suelo a medida que la suya se agudizaba— En todo caso, estaba a punto de ir en búsqueda de nueva madera, la que tenemos está empapada y así no prenderá con facilidad.

Dicho esto se devolvió tomando el arma que antes había tirado y guardándola en la pretina de su pantalón como de costumbre.

— ¿Vas  a salir así?— Exclamé caminando hacia él y notando que ni siquiera tenía una camisa puesta— ¡Estás a medio vestir y lleno de agua!

— ¿Tienes una mejor idea?— Gruñó en tono bajo mientras su mirada recorría cada uno de los botones que cerraban la tela — Algo me dice que prefieres que vaya con menos— Continuó volviendo su mirada a la mía con cierta picardía.

Mike aclaró su garganta volviendo nuestra atención hacia él y dedicándonos una irónica sonrisa.

— Lárgate ya, Evans, entre más tarde será más complicado calentar este lugar— Alegó con una mirada asesina a lo que Ryan contestó con una sonrisa de autosuficiencia mientras volvía hacia la entrada.

Sin reglas ni principiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora