34. Principes y princesas ~Maratón.

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El pequeño chillido proveniente de la garganta de la niña y el sentimiento de sus uñas clavándose en mi pecho lograron devolverme el sentido después del sonido sordo que me tomó desprevenida.

Mi mano izquierda se distensionó de inmediato dejando caer el arma de Ryan con un ligero temblor y notando que así como mi fuerza se había excedido sobre esta, se estaba excediendo en mi agarre a la chiquilla. Solté mi improvisado abrazo con algo de recelo esperando a que fuese ella quien se separara de mi, cuando finalmente lo hizo pude notar la tela mojada por las lágrimas y un aire de miedo que la hacia lucir aun mas indefensa.

— ¿Eh- estas bien?— pregunté con voz entrecortada tan solo tranquilizandome con el lento movimiento de su cabeza a manera de afirmación.

La hice a un lado parandome con cuidado y notando como Ryan quitaba con dificultad el cuerpo encima suyo para luego echar la cabeza hacia atrás y respirar con algo de alivio en el suelo, por su parte Mike terminaba de acomodar al segundo hombre junto a una de las paredes.

Cerré mis ojos aspirando profundo aún sin saber de qué manera había había llegado al arma ni como había apuntado de manera correcta entre ambos forcejeos.

— ¡La tengo!- Chilló Caroline agitando la suya en el aire y enseguida limpiándola con esmero — Ya pasó bonita, ¿Thia te asustó?

Fruncí el ceño girando sobre mis talones y enseguida encarándola.

— La niña está bien, no debes...

— ¿Cual niña? Yo le hablo es al arma de Knight, jamás nadie con tan poca experiencia la había accionado— explicó caminando hacia el brillo dorado junto a la pequeña que notando la tranquilidad de la situación corrió a brazos de su padre.

Rodé los ojos esperando mientras que se agachaba a recogerla y de inmediato el gruñido de Evans detuvo sus movimientos.

— Sabes que no me gusta que la toquen- Soltó reincorporándose y de un solo movimiento estirando su brazo— Alejate del arma Caroline.

— Oh, claro. Pero ella si puede dispararla como si se tratara de un juguete.

Probablemente esa fue la razón por la que la chica Pershing había corrido por la suya obviando la de Ryan.

— Es diferente — murmuró Evans pasando por el frente mío para devolverla a la pretina de su pantalón en un solo instante.

— Estan muertos... y aún así eso fue impresionante — Habló Janeway por primera vez caminando hacia mi y limpiando la sangre de sus manos en su pantalón sin poder contener la sorpresa — ¿Donde aprendiste a disparar así, Thia?

Tragué en seco llevando mi mirada a Ryan quien era el único que sabía el extraño desarrollo de mi infancia.

— ¿Roger Morgan?— preguntó Evans obviando la pregunta anterior mientras caminaba con imponencia hacia el hombre que apenas si despegaba el rostro del cuerpo de su pequeña hijita.

— Soy yo.

La niña miró a Ryan desde el suelo abriendo sus grandes ojos negros y dejando teñir sus mejillas de un ligero rojo que me causó una extrema ternura y no fui la única porque en ese instante notando el cambio en la mirada de la pequeña, cuyo nombre se suponía era Channel, se acuclillo para quedar a su altura.

— Fuiste muy valiente— soltó con una pequeña sonrisa que se propagó por el rostro de ella — Si no hubiese sido por ti, princesa , ella no hubiese tenido la fuerza de detener a los tipos malos ¿Lo sabias?

Channel negó sin quitarle un ojo de encima y comenzó a alisar su vestido rojo con un ligero frenesí.

— Es verdad- agregué caminando hacia el lado de Ryan y tomando su misma posición ya con mi seguridad recuperada — Técnicamente le salvaste la vida así que te debe una recompensa.

Sin reglas ni principiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora