Abrí los ojos sintiendo como los parpados me pesaban y me costaba mover los brazos y piernas. Mi cabeza comenzó de inmediato a doler dejando que duras punzadas la atravesaran de lado a lado.
Conocía ese sentimiento... Me habían drogado.
Me moví incomoda en donde me encontraba notando que mis manos estaban atadas sobre mi cabeza y que la sangre pasaba con dificultad hacia mis dedos, las cuerdas que por mi peso suspendido habían llegado a su limite ya habían comenzado a cortar la piel de mis muñecas llegando a su máxima presión.
Abrí los ojos por completo notando que efectivamente me encontraba en el suelo pero una suave alfombra se extendía bajo mis piernas. Recorrí con la mirada mi alrededor aun con un sentimiento de pesadez y me sorprendió notar que me encontraba en una habitación muy bien arreglada y que prácticamente no era más que un adorno del lugar.
—No resistes ni una simple dosis — Se burló alguien frente a la ventana. Intenté enfocar la mirada pero la luz no me permitía ver más que sombras.
De inmediato comencé a buscar entre mis recuerdos pero estos llegaban hasta que había tirado a uno de los hombres junto a una camioneta y el otro me había colocado un pañuelo sobre el rostro.
— ¿Donde está Ryan?— Pregunté notando que mi garganta se hallaba seca y tenía unas profundas nauseas.
— Aun en este estado preguntas por él— Soltó la figura que caminaba a contraluz hacia mi — Si tanto deseas verlo te llevaré con gusto.
Mi cejas se juntaron de inmediato mientras el chico quedaba a tan solo un metro mio dejándome apreciar su figura rodeada de un prepotente resplandor. Su cabello rojizo lucia incluso más claro que el día anterior, pero a diferencia de ese momento estaba ligeramente peinado hacia atrás y sus ojos azules me miraban con escepticismo mientras apoyaba las manos en su cadera.
— Te luce estar así— Agregó con disfrute sacando una pequeña pequeña navaja de su bolsillo y de un solo movimiento cortando ambas cuerdas que me sujetaban.
Mi rostro dió contra el suelo mientras sentía el dolor reemplazar el adormecimiento. Subí la mirada ligeramente escuchando sus carcajadas.
— Apuesto a que ya habías estado en esta posición— canturreó acuclillándose a mi lado y tomando una de mis irritadas y casi sangrantes muñecas— De hecho si lo has estado ¿Verdad? Un par de veces cada vez que te negabas a hacer algo de lo que te ordenaban— Concluyó mientras mis ojos se abrían de par en par, esa era la otra razón por la que el sentimiento se me hacía conocido.
Cuando estuve recluida solían castigarme de esa manera, cada vez que iba en contra de sus planteamientos me amarraban en un cuarto vacío donde el único sonido era una grabación que se repetía constantemente y me recordaba que debía ser una buena chica.
— ¿Como es que lo sabes?— Gruñí sintiendo el profundo ardor una vez su dedo recorrió la piel lacerada.
— ¿Sorprendida? No solo el bueno para nada de Knight sabe todo de ti—agregó en tono acaramelado corriendo uno de mis cabellos tras mi oreja y luego de un solo tirón tomando de nuevo mi muñeca y realizando un intento de ponerme en pie— Así que ten cuidado con lo que haces, fenómeno— Soltó de manera despectiva ante la falta de respuesta de mis piernas.
—¿Que quieren de mi?— Indagué recolectando todas mis fuerzas para ponerme en pie y tratando de recordar la ubicación de la habitación.
— Eres una maldita narcisista, no todo se trata de ti—Inclinó su cabeza mientras lograba apoyarme en la pared y colocar débilmente mi pie en el suelo — Se trata de lo que ellos han metido en tu pequeña cabecita.
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Sin reglas ni principios
Aksiyon¿Qué harías si tu madre adoptara un pandillero de primera, arrogante hasta la médula, condenadamente sexy y con un pequeño secreto? Prepárate para vivir en un mundo sin reglas ni principios... * * * * -¿Que no me odias?- Pregunté con autosufici...