1,Octubre. La noche del incendio.
"La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse" ~Oscar Wilde
BONUS RYAN'S POV:
Me encogí sobre mi cuerpo por unos segundos sintiendo como el dolor, aunque no de mis peores, lograba hacerme calentar de inmediato.
La muy... la mujercita había estampado su puño contra mi rostro sin razón alguna. Era inaceptable, más aún por la razón por la que estaba ahí, ella no sabía absolutamente nada y su ineptitud estaba logrando sacarme de las casillas.
— Demos un aplauso a los ganadores— Exclamó el chico que tanto se me hacía familiar y no precisamente por ser uno de los amigos mas cercanos de Taylor.
Era extraño, me sentía completamente ajeno a lo que sucedía respecto a ella cuando debía ser al contrario y cada vez que intentaba alejarme recibía una mirada que aunque por fuera estaba llena de recelo, por dentro, muy implícitamente mostraba que ya lo sabía todo. Eso era lo que más me perturbaba, la incertidumbre respecto a lo que ella recordara o no.
Giré sobre mis talones sintiendo como mis músculos se tensaban hasta el extremo. Quería salir de allí en ese mismísimo momento antes de que mi sistema colapsara y terminara por gritarle un par de verdades.
Profesionalismo, Ryan.
Di unos cuantos pasos notando como la gente se acercaba a Thia para festejar y algún estúpido vaciaba su botella de cerveza sobre ella. Hice una mueca de disgusto que por poco superaba la suya pero sin intención alguna de hacer algo al respecto continué caminando en búsqueda de la salida más cercana que no implicara pasar junto a la campeona.
No me importaba, en lo absoluto. Había dejado de hacerlo hace muchos años atrás, más aun, jamás me había importado.
Coloqué mi mano en la chapa trasera cuando de repente mis pies se detuvieron en seco, algo andaba mal y podía literalmente olerlo. Di la vuelta notando la amplitud del lugar y como mis zancadas habían dejado una barrera de chicos totalmente embriagados entre Thia y yo. Necesitaba encontrarla antes de que algo ocurriera.
Mis ojos comenzaron a moverse rápidamente y casi con la misma rapidez el olor a ceniza y quemado se fue extendiendo, provenía del piso superior, tal vez del tercer o cuarto piso que estaba restringido por esa noche y en ese momento estaba seguro había comenzado a arder.
Comencé a caminar de vuelta intentando sobrepasar la gente que cada vez me empujaba más y cuando menos lo pensé todos comenzaron a alterarse y a correr de un lado al otro sin saber exactamente que hacer. La llama se había extendido no solo por la casa sino fuera de ella y los tonos anaranjados se expandían a la par que el calor nos alcanzaba. En menos de lo que calculaba el fuego estaría posicionado tanto abajo como arriba y quien fuera que permaneciera dentro terminaría hecho cenizas.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente como nunca lo hacía, sentía la opresión crecer en mi pecho al no ver la cabellera que tanto buscaba, bien sabía que ella era el perfecto imán de problemas, definitivamente algo parecido a la desesperación y a la necesidad habían comenzado a reemplazar aquel sentimiento de seguridad que había intentado llevar durante toda la noche.
Giré nuevamente escuchando gritos de terror y algunos tosidos mientras sentía como el humo había alcanzado mi garganta volviendo sumamente dificil el respirar. La gente ya había salido en su mayoría para cuando noté a una chica empapada en licor correr escalera arriba como si su vida dependiera de ello.
Mis pasos fueron desmesurados en un intento de alcanzarla, sin embargo me llevaba bastante distancia por delante. Subí de dos en dos sintiendo como el agotamiento se apoderaba de mi cuerpo y la falta de oxigeno hacia un caos completo.
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Sin reglas ni principios
Acción¿Qué harías si tu madre adoptara un pandillero de primera, arrogante hasta la médula, condenadamente sexy y con un pequeño secreto? Prepárate para vivir en un mundo sin reglas ni principios... * * * * -¿Que no me odias?- Pregunté con autosufici...