38. Sin caballo

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Era curioso como efectivamente tras volver a donde se encontraba el resto, Ryan había vuelto a su ser usual, de hecho en ese momento su rol de líder había suplantado su bipolaridad para llevarlo a ordenarnos que hacer con las palabras de un experto.

— Lo complicado está en entrar ya que son tres puertas las que nos esperan— comenzó apoyando su pie en la entrada del camión de seguridad privada en el que nos encontrábamos, uno que no tenía ni la menor idea de donde había salido— En la primera unos cuantos guardias armados y en seguida algunos metros en donde se encuentran un par de escuadrones, tras pasar esa se encuentra un edificio que incluso desde fuera no alcanzaríamos a ver así que hay que trabajar con el factor de que no sabemos exactamente su altura o la ubicación de su entrada. Para finalizar y si no nos han detenido ahí, está una de la cual sabemos de su existencia más no hemos visto, quien logre pasar sea para bien o par mal estará dentro de la organización y lo que siga depende de esa persona— se detuvo mirando hacia donde me encontraba y al no recibir mi gesto de aprobación esperó el de los otros dos. Miró su reloj y tomó ambas puertas bajando su apoyo— Once y cincuenta, es hora de comenzar— culminó con el estruendo del metal.

Me encogí en mi lugar sintiendo mi cabello rozar sobre mis hombros y recordarme que iba como Katlyn DiFranco y que debía olvidar todo lo que no se relacionara a ella si quería que lo que íbamos a hacer funcionara. Unos minutos después el motor se encendió y el auto comenzó a moverse mandándome contra Mike.

— ¿Buscas estar encima mio?— preguntó con un tono bromista que hizo que apretara los labios sin poderlo ver bien en la oscuridad y teniendo tan solo una linea de luz que entraba por una pequeña rendija entre las puertas.

— No te queda Janeway. ¿Que intentas hablando así?— Soltó una carcajada ante mi comentario encogiéndose de hombros.

— Quería ver si lo que te atrae de Evans radica en que te trata como Ninfomana*—Mi gruñido resonó en el pequeño espacio evitando que continuara— A propósito, aun no comprendo a donde se fueron y menos por qué se demoraron tanto.

— No eres quien para incriminarmelo— solté con un autentico tono defensivo sintiendo como se acercaba a donde yo me hallaba sentándose a mi lado.

— ¿Quien más que aquel que estuvo a tu lado mas de once años?— me recriminó — jamás estaré de acuerdo con lo que ocurre entre ustedes. Él no es bueno, y no hablo solo de ser bueno para ti, en general no es un buen chico.

Solté una carcajada irónica sintiendo un vació en la boca del estomago. Si me lo hubiesen preguntado algunas semanas atrás habría negado cualquier posibilidad de relacionarme con el chico que irrumpió en mi cuarto cuando estaba cambiándome y la noche siguiente me siguió sin siquiera meditarlo. Claro que le hubiese cortado la lengua a cualquiera que osase en asegurar lo contrario, pero luego de conocer la verdad sobre el chico que sin saberlo jamás se había alejado de mi lado, era difícil negar que estaba de alguna manera atada a él.

— ¿Él no es bueno?— espeté con un tono amargo notando como el rayo de luz daba directo en el ojo de Mike haciéndome ver un tono verdoso y disgustado— Y habla quien tiró al caño la libertad condicional de su padre y olvidó a su hermana con la facilidad de quien deja algo que jamás le importó.

Podía sentirlo sonreír de una manera incluso mas amarga que mis palabras, y más aun, sentía mi frustración por no poder sacar a relucir el verdadero ser de Ryan y poderlo defender sin herir a mi mejor amigo.

— Habla la persona que tiró al caño la libertad condicional de su padre y posiblemente su propia libertad. Habla la persona que dejó a su hermana haciéndole creer que la odiaba por su propia seguridad. Habla la persona que hizo todas esas malditas cosas por ti, Cinthia Taylor.

Sin reglas ni principiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora