Me desperté confundido, pero sobretodo agonizado a causa de la tos que no dejaba de herirme en la garganta. Tardé varios minutos en asimilar que el dormitorio parecía hundido en niebla y a mi lado en la cama se encontraba, como no, Gerard, fumando plácidamente el -por lo menos- décimo cigarrillo. Vi que todos yacían esparcidos por la cama y el rostro del esmeralda estaba pálido, tanto su tez como sus labios, pero los ojos, en cambio, estaban inyectados en sangre e hinchados como si hubiera llorado por días, pero no era el caso.
"¿Que mierda haces?" gruñí levantándome de la cama como una bala, tosiendo todavía como si fuera a perder el resto del aliento en cualquier momento.
"Fumar." se encogió de hombros y soltó un cargado de nicotina humo, que pronto se disolvió, mezclándose con el resto de nubes conglomeradas entre las cuatro paredes y el alto techo.
"Al menos abre la ventana, me vas a matar de un cáncer." recriminé alterado, corriendo a abrir las cortinas y la ventana, dejando que entre el sol y el aire. No era tan tarde como creía, sería aproximadamente hora de comer, o eso al menos sugería mi estómago.
"Me da igual..." bufó con arrogancia, girándome la cara como si no fuera yo quien está enfadado con él, sino al revés.
"¿Ah sí?" reí con las manos sobre las caderas. "Ayer creí haber oído algo así como: Oh Frankie, me importas..." puse una afeminada voz para añadirle dramatismo, recibiendo nada más que un par de acusadoras miradas y fastidiadas muecas.
"Está bien." balbuceó como un niño molesto y apagando al fin su cigarrillo se acercó a mí con una leve sonrisa. "Te invito a comer." secundó feliz.
"¿Qué?" alcé la voz atónito. "Ayer mismo te dejé plantado en el restaurante y hoy me invitas a comer como si nada. Estoy enfadado contigo, Gee. ¿Es que no lo ves?" parpadeé perplejo.
Gerard dio un paso atrás y moviendo suavemente su cabeza me miró de arriba abajo con una expresión pensativa. "Hmm, no, no lo veo." rió.
Creí que en aquel momento perdería los estribos y Gerard terminaría con mi pie en su entrepierna otra vez.
En el último segundo me contuve y forcé una sonrisa, mostrando mis dientes exageradamente, pareciendo un poco psicópata, lo admito."A veces deseo ahogarte en la bañera, Gee." rodeé los ojos ante la confesión y salí pasando por su lado. Escuché una tonta risa a lo lejos y luego los ligeros pasos seguirme con diversión.
"¿Por qué no lo has hecho todavía?" escuché su voz a medida que bajábamos las escaleras hasta la cocina.
Pensé unos segundos mi respuesta y me volteé con una coqueta sonrisa.
"Porque me importas." palmeé su mejilla un par de veces y luego devolví mis manos a su tarea de preparar café.
"No me robes las frases!" carcajeó con fuerza unos segundos, como si mi comentario fuera lo más gracioso que ha oído en años. Yo permanecí serio, Gerard empezaba a preocuparme.
"¿Has fumado crack?" arqueé una ceja.
"¿Qué dices?" se puso serio de pronto. "¿Me ves cara de drogata?"
Bueno, viéndole tal y como estaba ahora, con esa ropa tres tallas más grande, las ojeras lilas y ojos rojos, con esos labios de zombie y su risa de enfermo mental probablemente si tendría un poco pinta de fumar droga.
"Es que... Esperé que después de lo de ayer hubiera algo de tensión entre nosotros. Pero es martes y ni has ido a trabajar, además tienes mala cara... Quizás deberíamos llamar a un médico. Te lo cubre el seguro, ¿verdad?" ni me di cuenta cuando empecé a hacerle un montón de preguntas sobre si se encontraban bien o si le dolía algo.
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69 noches con Gerard Way [Frerard]
FanfictionEl flamante hermano del mejor amigo de Frank, Gerard Way, invita al menor a pasar unas semanas en las Islas Fiji, donde es arquitecto y director en la obra de un nuevo, lujoso hotel de vacaciones. Frank termina aceptando la invitación bajo una apues...