69 noches con Gerard Way [Frerard]

22. Bajo su control

Algunas veces Gerard me mira de forma muy grotesca, como pensando por dentro: Oye enano si no te violo hoy, no te preocupes, por ahí lo hago mañana.

Ahora lo hace.

Se ha parado en la puerta de la habitación y apoyado en el umbral de la misma, se ha puesto a fumar mientras me mira.
Un delgado cilindro de tabaco juguetea entre sus dedos al tiempo en que lo acerca a sus labios y toma aire. Yo me quedo donde estaba, en la cama, cubierto hasta las rodillas con la manta de tela azul. Encima no llevo más que mi ropa interior puesta y una sonrisa que desafía al mayor. Llevamos un rato así, él quiere decir algo y yo le niego la palabra con un ligero gesto con la cabeza.

Gerard abandona su cigarrillo y se lanza sobre mi de manera agresiva, su ágil cuerpo cubre el mío mientras su mano agarra mi mandíbula y me obliga a mirarle. Siento como se rozan nuestras carnes y la piel se me eriza al segundo. Los verdosos aros acribillan los míos y su boca se aproxima insinuante a la mía.
Yo he cerrado los ojos al notar su cálido aliento abrasar mi piel, sus dientes suavemente atrapan mi labio inferior y siento la sangre hervir en mis venas, quemándome como si fuera lava.

El mayor soltó de su fiel agarre mi lastimado labio, noté el sabor amargo a sangre fresca recorrerme la boca.
Nos miramos unos segundos mientras su mano, de la forma más lenta posible, desabrochaba su propia camisa para quitársela después.

Gerard trató de hablar nuevamente.

"Si me pides permiso te responderé que sí." susurré contra sus labios. "Y será una muy forzada mentira, porque no quiero hacer esto."

Escuché un quejido por la parte contraria y el ceño de Gerard se arrugó al momento, su mueca lucía confusa.

"Si me preguntas si quiero seguir jamás podré decirte que no, por mucho que lo desee"

Lo que le dije obviamente no era cierto, pero forma parte de un plan en el que Gerard cree que tiene el completo control sobre mí. Necesitaba saber si era capaz de usarlo.

"Entonces... Si yo te digo que quiero... Que deseo... Que necesito tocarte, y besarte, y follarte..." musitó deslizando su mano bajo mi ropa interior, quitándomela con firmeza, acariciando mi hombría con desesperación. "Y si necesito atarte, y sentirte mío..." Se liberó de sus bóxers y se apegó más a mi frágil silueta. "Y estar dentro de ti, y agarrarte, cogerte, violarte si es necesario..." Tomó mi cuerpo y me volteó sobre la cama, aferrándose a mi cintura sentí su duro miembro entre mis glúteos. "¿...y tú no puedes oponerte a nada?"

Quise contestar pero no tuve tiempo.

"Ah..." Agarré mis dedos a las sábanas al sentir el fuerte dolor al ser penetrado sin preparación. La reseca piel raspó contra las paredes de mi intimidad haciéndome gritar de nuevo.

"Mi princesa..." Jadeó Gerard jalándome del cabello con autoridad. "Siempre tan apretadita para su príncipe." Añadió acercando su rostro para besarme furtivamente, aumentando la agresividad de sus embestidas.

"Ge- Gerard..." jadeé contrayendo el rostro. "Esto no está bien." añadí.

"Lo sé." contestó él.