Tan pronto como viera a Gerard cruzar el umbral de casa empezaría mi plan.
¿Cuál era?
Pues ahora lo sabréis.
Una de las cosas que más odiaba de Gerard era la facilidad con la que siempre conseguía manipularme. Como si yo no fuera más que un vulgar títere entre sus manos de artista. Cuando algo quería no tardaba en conseguirlo. Supongo que es una de nuestras grandes diferencias, y una excepcionalmente importante.
Si Gerard había conseguido llegar hasta la cumbre en su vida profesional era porque su -notablemente- arrogante personalidad se caracterizaba sobre todo por la perseverancia y la faceta de nada es imposible que caracteriza a los mayores genios de nuestros tiempos.Yo siempre supe que no era esa clase de persona, solía empezar algo y dejarlo en menos de un año. Y bueno, tampoco sabía lo que realmente quería conseguir en mi vida.
Y sigo sin saberlo.
Mi padre solía decir que o eras oveja o eras lobo, y como hombre que era, a mi me tocaba formar parte del segundo genero.
Pero qué sabrá él.
Así que dejando de lado mis últimos derroches mentales, deslicé la negra camisa que hacía segundos cubría mi torso, dejándola colgada al interior del armario. A continuación observé mi cuerpo desnudo en el espejo, justo antes de colocarme unas divertidas bragas del color del cielo.
Di una vuelta al rededor de mi eje y solté una tímida sonrisa al escuchar la puerta de abajo abrirse y cerrarse al momento."¡Estoy en casa!" Gerard alzó la voz. Escuché el metálico ruido de sus llaves siendo dejadas en el bol junto a la entrada.
Supe que debía improvisar de la mejor manera posible, así que cogí uno de los libros de la librería y me tumbé en la cama, empezando a leer las primeras líneas del texto sin prestar atención.Los pasos se acercaron y la puerta del dormitorio se abrió, Gerard en el umbral.
"¿No me has oído?" preguntó vacilante, deshaciendo el nudo de su corbata. La camisa quedó semi-desabrochada.
"Sí, pero es que el libro está interesante." murmuré sin apartar la mirada del titular donde lucía en negro: capítulo II.
"Bien, ¿vas a cenar?" dio un paseo por la habitación y guardo una parte de su traje en el armario.
"Supongo." me encogí de hombros con indiferencia.
Gerard deslizó la mirada por mi cuerpo, noté sus ojos clavados en mí. Alcé la mirada para cruzar la mía con la suya.
"Estás en bragas." comentó.
"Oh, bien visto." aparté el libro un segundo para mirar mi decorada cadera y luego continué 'leyendo'.
De pronto sentí una mano pasearse por mi pierna y el rostro de Gerard muy cerca del mío.
"¿No están demasiado apretaditas para ti?" rugió quitándome el libro, mientras la otra mano tiraba de la azul tela.
Giré la cara desviando la intención de un próximo beso."No, es la talla perfecta." forcé una sonrisa, recuperando mi libro.
Gerard pareció descolocarse con mi reacción. Se sentó en el borde de la cama y me miró serio, igual que siempre hacía cuando empezaba a molestarse por algo.
"¿Estamos enfadados?" alzó una ceja, haciéndome reír.
"No."
"¿Entonces?" inquirió acariciándome de nuevo, el tacto de sus dedos se sentía cálido en comparación con mi piel. Un escalofrío me recorrió fugazmente.
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69 noches con Gerard Way [Frerard]
FanficEl flamante hermano del mejor amigo de Frank, Gerard Way, invita al menor a pasar unas semanas en las Islas Fiji, donde es arquitecto y director en la obra de un nuevo, lujoso hotel de vacaciones. Frank termina aceptando la invitación bajo una apues...