"No!" Escuché un penetrante grito, tan frío y desgarrador que consiguió atravesar la barrera de mi profundo sueño. Enseguida abrí los ojos y volteé mi rostro hasta el origen del grito. Gerard parecía seguir dormido, sus manos se aferraban a las sábanas que relucían un pálido blanco tan acorde con el color de su piel que asustaba. Sus labios abiertos y húmedos, temblando como el resto de su anatomía, susurrando un débil, pero constante "no". Tenía el pulso acelerado, era notorio, pero a pesar del alarmante estado en el que se encontraba, la evidente fiebre, convulsiones y el rocío de sudor cubriendo su piel, Gerard no parecía despertar.
"¿Gerard?" Pregunté agitando su brazo con mi mano, tratando de hacerlo reaccionar.
"N-no, por favor, no..." Gimió, agarrando con su mano mi mueca, clavándome las uñas con fuerza.
"¡Gee, despierta!" Le agité una vez más.
Fue cuando sus ojos se abrieron de par en par, fijos en un inexistente punto en el techo del dormitorio, su mano encima de la mía cogiéndome con el mismo ímpetu. Tenía la mirada perdida, todavía jadeando por la pasada escena dejó escapar un pesado suspiro, cubriendo con sus manos la vista.
"¿Qué demonios has soñado?¿El holocausto?"
"La Inquisición Española." Rodeó los ojos, sentándose en la orilla de la cama con los codos en sus rodillas y la cara escondida entre las palmas de sus temblorosas manos.
"Deberías decírselo a tu médico, no es la primera vez que te ocurre y solo está empeorando." Comenté haciéndome lugar a su lado, pasando una mano por su cadera y acariciando suavemente la zona, tratando de reconfortarlo.
Sabía que la idea de ir a un psicólogo -otra vez- no iba a colar con Gerard, pero quería darle mi opinión y sobretodo, hacerle sentir apoyado, lo consideré mejor idea a pararme en tanga frente a él gritando: hazme caso, ¡joder!"Dime algo que no sepa..." Gruñó dedicándome una fría mirada.
"Intento ayudar." Respondí en el mismo tono.
"¡Pues no lo haces!" Se paró del lugar, caminando hasta la ventana con nada más que su ropa interior, levantando del suelo una arrugada camiseta de Nirvana para ponérsela.
"¡Pues te jodes!" Me acerqué haciéndole frente, entrecerrando mis ojos de la misma forma en que él lo hacía. Estaba nervioso, mis rodillas querían ceder y la desafiante posición no me era cómoda frente al mayor.
"No me grites." Susurró entre dientes, elevando su mano hasta tomar mi mandíbula, quise bajar la mirada pero un rudo gesto por su parte me obligó a mantenerla en alto.
"Tú has empezado..." Me defendí como pude, zafándome de entre sus manos de mala manera. Sabía que Gerard siempre se ponía de un humor de perros después de una pesadilla, pero no estaba dispuesto a ignorar su malhumor esta vez.
Me había hablado mal, no merecía la manera en la que estaba siendo tratado, no después de decidir quedarme a su lado pase lo que pase, incluso luego de conversar con Pete. Si las cosas se iban a torcer, al menos nos tendríamos el uno al otro, ¿no?"Te comportas como un niño, nadie diría que cumples dieciocho en un mes."
"¡Y tu treinta el año que viene!" Golpeé la puerta del armario con la palma de mi mano, haciendo un hueco ruido que rebotó entre los cimientos de la habitación. "Mira, me tienen harto tus humores de mierda, me buscas cuando te calmes. Soy tu novio, no tu madre." Y dicho esto me dirigí a la salida, pero luego de abrir la puerta el sonido de la voz ajena me hizo detenerme de nuevo.
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69 noches con Gerard Way [Frerard]
FanficEl flamante hermano del mejor amigo de Frank, Gerard Way, invita al menor a pasar unas semanas en las Islas Fiji, donde es arquitecto y director en la obra de un nuevo, lujoso hotel de vacaciones. Frank termina aceptando la invitación bajo una apues...