"¿A donde vamos?" pregunté deprisa, inseguro de si era acertado hablar.
Gerard tardó en responder, mientras tanto solo siguió tirando de la correa que se ataba al collar en mi cuello. Cada paso era un pequeño estirón que me indicaba que debía seguir a mi supuesto amo al lugar indicado, ignorando las curiosas miradas de los desconocidos en la calle.Aquella mañana nos habíamos despertado ambos de buen humor, a pesar del dolor de espalda que conservaba después de una noche durmiendo en el suelo. Todo el día tuve que estar andando a cuatro patas como un vulgar animal, pero no me quejé. Luego comí de un plato de plástico que Gerard dejó en el suelo para mí.
Y no me quejé.
Unas horas después de la comida, cuando Gerard ya se había cansado de dibujar los planos para la fachada del hotel, me llamó. Tuve el permiso para decir algo por primera vez en el día, pero no tenía nada que manifestar.
Me fue dicho que nos íbamos a ir. Gerard me dejó claro que podía ponerme de pie para ir al baño y arreglarme, que debía tomar una buena ducha y ponerme guapo, porque aquella noche sería importante para ambos.Me regaló una bolsita de papel, la cual contenía un modesto regalo, pero bajo su sencillez llegó a impresionarme.
Nunca antes había usado ropa interior femenina, o eso creo. Tampoco nunca antes había llevado prendas rosas, más allí estaba, completamente desnudo, aún algo mojado pero satisfecho de tener unas caderas lo suficientemente esbeltas como para que aquellas bragas de princesa me quedasen mejor que a Claudia Schiffer, y estaba seguro de que Gerard se pondría duro solo de verme.
Nunca se me pasó por la mente que pudiera llegar a lucir tan sexy con algo puesto. Cualquiera que me conociera no se lo creería si le contara.
Yo. El chico de las rotas ropas negras, el de los tatuajes hasta en los labios. Ese de quién las viejitas se apartan cuando se sienta a su lado en el autobús. El que sale último de las peleas y el que hunde la mente en horror punk noche tras noche, como si mi cuerpo no hubiera encontrado mayor adicción que esa...
¿Y qué pensaría mi familia, de su pequeño anarquista, ahora al verme de rodillas como un plebeyo frente a su rey?
Acaricié mi rostro con las yemas de los dedos, todavía aturdido por mis pensamientos frente al espejo, sin terminar de reconocer mi propio reflejo.
¿Pero qué más daba lo que pensaran de mí?
Estaba más sexy que Mikey vestido de prostituta.
Oh mierda.
No pienses en Mikey ahora.
Pero estaba lindo el muy lerdo...
No.
Vale. Me calmo.
¿Estas bragas no me hacen las piernas cómo muy gordas?
"¿Frankie?" el toque contra la madera me sobresaltó. Me volteé hacia la puerta sin saber porqué. Total, estaba cerrada.
Y no puedo ver a través de la madera.
Creo.
Podría probarlo, si entrecierro los ojos y me concentro...
"¿Necesitas ayuda?"
Sacudí la cabeza ante una nueva llamada. Todo el día sin intercambiar palabra me estaba dejando tonto y empezaba a hablar conmigo mismo, lo cual es bastante triste.
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69 noches con Gerard Way [Frerard]
FanfictionEl flamante hermano del mejor amigo de Frank, Gerard Way, invita al menor a pasar unas semanas en las Islas Fiji, donde es arquitecto y director en la obra de un nuevo, lujoso hotel de vacaciones. Frank termina aceptando la invitación bajo una apues...