69 noches con Gerard Way [Frerard]

27. Gee's little princess

Acerqué un poco el acolchado sillón a la cama de Gerard y tomé asiento allí, volviendo a coger su mano entre las mías.
Tenía el cerebro a punto de colapsar, había una voz en mi interior que no dejaba de gritar que era culpa mía, que Gerard había intentado suicidarse porque yo deseé que desapareciera de mi vida después de haberme jurado a mi mismo y a su hermano que trataría de ayudarle. Era un sentimiento perturbador. Algo que no había sentido jamás antes.

¿Y si hubiera muerto?

Si Gerard no salía de esta yo mismo iba a quitarme la vida, porque vivir con esos remordimientos no sería vivir. No si se trata de una pérdida tan importante, no podría asimilarlo.

"Gerard..." Susurré al notar como su mano apretaba la mía, sentí su calor traspasar las membranas de mi propia piel. "Gee..." repetí más demandante, esperando a verle abrir los ojos.

Pero eso no ocurrió

Gerard cerró con mayor fuerza sus párpados y un leve gemido de dolor fluyó de entre sus labios. De pronto empezó a moverse, pero sin despertarse todavía. Sus manos se hicieron puños y un leve susurro se propagó por el aire.

"Frank." Murmuró agonizando. Me acerqué más y traté de despertarlo tirando de su brazo suavemente. "Fra-..."

"Gee, despierta." Pedí removiendo su silueta en la cama.

Gerard empezó a jadear con fuerza, como si le faltara oxigeno que respirar, sus piernas temblaban y no dejaba de balbucear mi nombre.

"¡Gerard!" Grité dándole un golpe en la mejilla. Sus ojos se abrieron de pronto y las esmeraldas pupilas penetraron hondo en las mías. Dejó ir otro jadeo y rápidamente se incoporó en la cama, abrazándose a mí con lágrimas en los ojos.  

"Estás aquí." Susurró contra mi pecho, escondiendo su rostro en él y rodeándome con los brazos. El cable que le mantenía conectado a la máquina hospitalaria se disparó, haciendo apagar el sistema, un terrorífico pitido resonó en el cuarto, ambos lo ignoramos.

"Claro que estoy aquí... idiota..." murmuré en un susurro, aceptando el desesperado abrazo y acariciando el pelo ajeno con cariño. Se sentía bien tenerle cerca de nuevo. " Y no volveré a irme."

"No lo hagas." Pidió entre sollozos.

Fucking fuck

Nunca había visto a Gerard tan destrozado.

"Te lo prometo." Alcé su rostro entre mis manos y uní mis labios con los suyos, sintiendo el agradable calor al tenerle junto a mí. "Siento mucho lo que hice." Añadí en un suspiro.

"Yo también, yo también..." Repitió en un hilo de su temblorosa voz.

Quedamos así varios minutos, abrazados en silencio, hasta que los sollozos se convirtieron en meros suspiros y los ojos del mayor buscaron los míos. "¿Quieres salir conmigo?" Escupió de pronto.

"¿Salir?¿Ahora? Gee, hace frío y son las tre-...oh." Tragué saliva ante la seriedad en su rostro, la sonrisa que lo decoraba segundos atrás se transformó en una retorcida mueca. "Sa- salir... ¿como novios dices?" Pregunté aclarándome la garganta, aquello me había pillado por sorpresa.

Bien, Frank, tú liala más.

"¿Me lo tomo como un 'no'?" Sugirió torciendo los labios. Lo cierto es que empezaba a sentirme idiota, pero no creí que Gerard fuera a pedirme eso nunca, por eso NUNCA me lo planteé, y ahora no estaba seguro.

Gerard es tierno, y guapo, y... y sabe lo que me gusta en la cama, pero está bastante ido de la cabeza.

Es.