«diez»

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—¿Qué día es hoy, eh?–Preguntó Katherine al verme.

—Uhm.. ¿4 de julio?–Bromeé.

—¡OH MI DIOS____!- corrió Jean hacia mí, dándome un abrazo. –¿Estás feliz?

—Mucho, muchísimo.–Sonreí.

Durante los últimos días Katherine, Paola, Jo y Jean me habían ayudado mucho en esto, a preparar todo, a comprar los boletos en preventa, etcétera.
En verdad les debía una muy grande.

—Me debes $2800Reclamó Paola.

—Paola, amo que seas tan directa.

—Yo amo tu sarcasmo.—Sonrió falsamente, a lo cuál yo sólo reí.

El último timbre del día se escuchó, y sin despedirme de ellas corrí hacia mis siguientes clases. Estaba emocionada.

Para mí fortuna las últimas dos clases pasaron muy, muy rápido; cuando miré mi reloj ya era hora de salida.

Guardé mis libros y mi calculadora que había usado en la última clase minutos antes del timbre de salida, fui de las primeras en salir.

Llegué a la entrada y esperé a Paola, Katherine, Jo y también a Jann, creo que ella era la que más me apoyaba con esto.

A la primera que vi salir fue a Jann, venía con su mochila color rosa pastel colgada en el hombro, traía una chaqueta de mezclilla y sus jeans y converse de siempre.

La abracé.

—¿Lista?–Preguntó.

—Más que eso.–Respondí.

Me separé de ella y me sequé algunas lágrimas.

—Vamos, tienes que llegar temprano para poder alistarte y no llegar tarde al auditorio.–Rió.

—No sé cómo agradecerte todo esto, Jean. Enserio.

—Sólo necesito que lo veas, con eso no me debes nada. - sonrió.

¿Porqué dejo de ser mi mejor amiga?
Es una gran pregunta.

El sonido de mi celular interrumpió mis pensamientos.

Bajé la mirada para ver de lo que se trataba.

Un tweet de Alonso, sobre el concierto de hoy.

Querétaro, nos vemos en unas horas.

Levanté la mirada y al parecer también a Jean le había llegado, puesto que su celular también había sonado, y me miró sonriente.

[...]

Eran las 4:30, aún tenía tiempo, el concierto era a las 6:00.

Terminé de cepillar mi cabello y opté por dejarlo suelto. Lo miré con detenimiento al espejo: era castaño muy claro, aunque algunos días las puntas se veían más rubias que nada; era lacio y eso me gustaba, no tenía que batallar mucho para peinarlo y tampoco se enredaba con facilidad.

De un cajón saqué la cosmetiquera que mi madre me había regalado para mi cumpleaños. No acostumbraba a maquillarme, pero hoy lo haría.

Rímel, delineador, rubor y listo.
No me gustaba usar mucho, sólo lo sencillo.

Tomé una bolsa plateada, puse mi celular y un poco de dinero dentro.

Me miré por última vez al espejo y salí de la habitación.

Bajaba los últimos escalones cuando me di cuenta de que olvidaba algo.

«Los boletos»

Obligada a regresar por ellos, subí las escaleras de nuevo.

Busqué los boletos por todas partes, sin embargo, no los encontré.

Abrí todos los cajones, revisé en mi cama, en mi escritorio, nada.

Revisaba en una de las repisas de mi armario, cuando oí algo caer de la repisa de abajo.
Bajé la mirada y me encontré con la foto de Alonso y yo en el suelo.
La levanté y detrás de ésta estaban los boletos.

Uhm, gracias Alonso (?)

Reí ante mi pensamiento y bajé para por fin salir de casa.

[...]

Después de que mi Madre me deseara lo mejor, me despedí de ella y emprendí camino hacia el auditorio.

Me encontraba en una esquina, esperando a que un taxi pasara, para poder llamar su atención y así subirme.

Pasaron como 15 minutos y se me hacía cada vez más tarde.

Y no es que no hubieran taxis, si habían estaban llenos.

Después de mucho esperar, por fin pude visualizar a uno vacío, y que pasaba por la calle frente a mí.
Para mi fortuna estaba vacío y le hice yna seña que alcanzo a ver. Se detuvo frente a mí y entré, le indiqué el lugar y éste arrancó.

Alonso, aquí vamos.

Mientras tanto, Katherine, Paola y Jo.

{Narra Katherine}

Jo y yo esperábamos afuera de casa de Paola, sólo iríamos por ella para ir juntas al auditorio.

—¿Crees que le falte mucho?–Hablé.

—Toca el claxon de nuevo.–Dijo ella.

Lo hice, pero no había ninguna señal de Paola.

—¿Estará en casa? Tal vez se haya ido sol...

—No Katherine, ella está aquí, te lo aseguro.–Interrumpió.–Pero de seguro no ha terminado de arreglarse.

—¿Deberíamos bajar?

—¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas?

Vaya manipuladora, eh.

—Tengo una idea...

Bajé los cristales.

—¡PAOLAAA!–Grité.

—Kath, ¡Shhhh! Esperemos a que salga.

—¿Y si no lo hace? Conocemos a Paola, es capaz de romper sus boletos, hacerles dibujitos extraños con un plumón y quedarse dormida en casa.

Jo hizo un gesto de preocupación.

—Tienes razón.

En eso se abrió la puerta principal.

—Hola.–Saludó Paola.

—POR EL AMOR DE DIOS, ¿DÓNDE PAOLAS ESTABAS?

—¡TENEMOS MEDIA HORA AQUÍ ESPERÁNDOTE!

—¿Porqué no tocaron el claxon?

—¡Lo hicimos! Cientos de veces.

—¿Porqué no me gritaron?

—También lo hicimos.

—¿Entonces porqué no me llamaron?

—...

—Uhm...Buen punto, Katherine.

—Sólo... Sube al auto. Vámonos, se nos hace tarde. Veremos a ___ en la entrada.

Ella se sentó en la parte trasera y arrancamos hacia el auditorio.

{Narras tú}

El taxi se detuvo justo frente al auditorio, era muy, muy grande. No podía creer que cada asiento fuera a estar lleno.

Le pagué al conductor y éste se fue, dejándome ante miles de coders esperando para ver a sus ídolos.

Yo por el contrario era una chica de 18, esperando por ver a mi mejor amigo sin saber nada de él durante aproximadamente 10 años.

Me detuve en la entrada, y miré a mi alrededor. En verdad había muchísima gente.

Aquí vamos.

+++++
Hasta aquí el capítulo de hoy!
Largo porque me inspiré jejetl
+5 votos y sigo
gracias por leer!

Famous Best Friend [Alonso Villalpando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora