Famous Best Friend [Alonso Villalpando]

«veinticinco»

—¡____! ____, por Dios, ¿Estás bien? ¿Porqué te fuiste así?–Un chico rubio salió de la heladería con dos vasos en la mano.

Mientras tanto, ____ se encontraba con los brazos cruzados, una lágrima resbalaba por su mejilla (la cual secó al oír la voz del muchacho). Lloraba por confusión, por que no sabía que era lo que estaba sintiendo en esos momentos.

—Sí, sí. Es que...de pronto sentí que necesitaba algo de aire, enserio, perdón. –Sollozó mientras tomaba el helado de la mano de Alonso.–Ya estoy bien creo.–Sonrió débilmente.

—____...Por favor no vuelvas a asustarme de ese modo.–La rodeó con ambos brazos. Ahora él es que quería llorar, se sentía exactamente igual que su mejor amiga.

Y ambos se fundieron en un abrazo conmovedor, ambos dejaban escapar una lágrima, silenciosamente. No querían hacer notar que por dentro, estaban destruidos.

—Y...¿Dónde esta Carla?–Dijo ____, rompiendo el silencio.

—Se ha ido, supongo. Salí corriendo al verte irte.

—Lo lamento...lo lamento tanto...no debí salir tan bruscamente.

—No, está bien, si te sentías mal pudiste haberme dicho, pero enserio me asustaste. Demasiado.–La abrazó de nuevo.–Y bueno, ¿Qué hacemos ahora?

—No lo sé, entremos a...uhm...–Dijo, observando a su alrededor–¡A esa tienda! No se qué vendan realmente, pero se ve linda por fuera.

—Bueno, vamos.

Entraron y al pasar una pequeña campana sonó, haciendo ruido en el lugar. Resultó ser una tienda de regalos, habían peluches, dulces y más cosas.

A ____ pareció no llamarle mucho la atención, así que decidió que era mejor buscar otro lugar.

Recorrieron la plaza sin rumbo, al final se dieron cuenta de que muchas tiendas ya estaban cerrando, y que ya era algo tarde.

—¡Mira la hora! Es muy tarde ____, te llevaré a tu casa.

—¡No! No te preocupes Alonso, yo puedo regresar, buscar un taxi, algo...tú regresa a tu hotel, te perderás...

—De ninguna manera.

—Alonso.–Dijo alargando la 'o' y suspirando.–Puedo regresar sola, enserio.

—Pero...

—Sin peros.

Alonso bufó.

—Bueno, al menos déjame buscarte el taxi.–Rodó los ojos.

[...]

—Y si te pierdes, me marcas.

—Alonso...

—Y cuando llegues me mandas un mensaje, para saber que estás bien.

—Alonso...

—Y si te pierd...

—¡Alonso! Yo vivo aquí.–Rió la chica. –Tu deberías llamarme en caso de que te pierdas.

—Bueno ya, exageré un poco, je. Oh, y antes de irte...–Sacó la mano que escondía tras su espalda.–Es para ti.

Su mano sostenía una bolsa, de la tienda de regalos a la que habían entrado, por lo que pudo notar.
Ella sólo la tomó, sin mirar lo que había dentro.

—Alonso, no debis...–Dirigió su mirada hacia Alonso, quién la miraba de forma desaprobatoria. En broma, obviamente.–Bueno, hasta mañana, Alons...

La chica se acercó para despedirse con un beso en la mejilla; sin embargo, el se adelantó, besándola un poco por la comisura de los labios.
Ella quedó pasmada.