II PARTE
La sofisticada avioneta aterrizó en medio del jardín interior y junto a ella, alrededor de diez hombres uniformados bajaron uno por uno, cada quién con un arma sobre su hombro.
Ashton los recibió a todos con un natural estrechón de manos y, aunque es un dato ya bastante obvio, parecían conocerse de siempre. Brook intentó imaginarse la reacción de Justin si pudiese ver todo lo que ella estaba presenciando... ¿Acaso se habría imaginado alguna vez que uno de sus mejores amigos sería capaz de esto? Se preguntaba: ¿Justin habría esperado que Ashton sea un sucio traidor?
¿Cómo? ¿Por qué? ¿Desde cuándo?
Brook lo observaba todo desde su sitio, siendo atada de manos por Leo con una soga gruesa. Hasta ese momento ya no le quedaba ni siquiera un rayo de fuerza que pudiese hacerla levantarse de ese sitio y salir a luchar por su vida y por la vida de sus amigos. De sus compañeros. De las únicas personas que tenía a su lado en ese momento y que, por cuestiones de lealtad, no podía abandonar. Necesitaba pensar en algo...
¿Qué podía hacer? ¿Qué podía idear en ese momento para salvarse y salvarlos a ellos? De tan solo pensar que Justin y Chad regresarían en algún momento a la residencia, le ponía la piel de gallina. Los hombres uniformados, o mejor dicho... La gente de Ashton, acabarían con ellos con tan solo unos disparos.
—Muévete. —le dijo Leo frente a ella, en un tono brusco.
La chica tardó unos segundos en reaccionar.
—¿A dónde iremos? —trató de preguntar Brook, intentando en lo posible de no sonar verdaderamente angustiada.
—Japón. —contestó Leo haciendo un nudo grueso en medio de las manos de ella. Cuando terminó de elaborarlo, no pudo evitar subir la mirada hacia Brook. Hacia sus ojos. Era la primera vez que la miraba directamente en esa mañana llena de sorpresas.
—¿Por qué estás haciendo esto?—la voz de la chica era débil.
—No estás en posición de preguntar ahora mismo, Brook.
—Es solo curiosidad. Después de todo, no voy a salir viva de esto... Así que dime, ¿por qué?
El chico sonrió a medias y se giró para darle la espalda, en un movimiento típico de nerviosismo.
—No tengo otra salida. —dijo encogiéndose de hombros —Ashton es quién da las órdenes aquí, a mí solo me toca obedecer.
—Mientes. — pero Brook levantó la voz, con la desesperación aflorando en ella involuntariamente. —Tú... ¿tú quieres hacer esto? ¿entregarme a ellos? ¿es lo que quieres?
—No tengo otra maldita opción, joder... —protestó el chico, volteándose hacia a ella. —No tienes idea de lo poderosa que es esa gente. De lo rápido que pueden eliminarme si me atrevo a ayudar a Bieber o a los demás. No he trabajado tantos años para terminar pudriéndome sin ningún remedio. Yo... —entonces se quedó callado, perdiendo el aliento por unos segundos cuando los ojos de Brook volvieron a invadir su panorama. Era tan guapa y su mirada eran tan pura, pero tan valiente al mismo tiempo. —Yo no tengo otra opción más que entregarte a ellos.
—¿No?—Brook enarcó una ceja, alterando el volumen de su voz. —Pues eres un maldito cobarde. —escupió, con la mandíbula temblándole por toda la adrenalina que empezaba a invadirle. —¿Quieres que te diga algo? Todos aquí tenemos opciones. Y no depende ni de Ashton, ni de nadie que esté por encima de él... Sino de ti.
—Tú no me conoces de nada... —bufó él, negando con la cabeza, con una sonrisa triste formándose en sus labios. ¿Por qué dolía tanto decepcionarla?
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Antidote | terminada.
FanficLos rumores de un antídoto que salve a la humanidad de una posible epidemia son reales: se encuentra en la sangre de una chica. Para esa importante misión, los gobiernos del mundo solicitan los servicios de uno de sus mejores agentes, Justin Bieber...