57. Tenemos que salir de aquí.

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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:

—Hace tres días que no recibimos ninguna señal del refugio que está a diez kilómetros de aquí—prosiguió Danielle, moviéndose de un lado para otro.—Creemos que hay mucha gente proveniente de Chicago atrapada en ese lugar. Es uno de los más cercanos y lo más probable es que si hay una invasión allí, estén necesitando de nuestra ayuda para escapar de los infectados. Necesitamos de alguien que pueda ofrecerse a ir hacia allá. Les ofreceremos armas y las municiones que crean necesarias...

—Yo lo haré—fue en ese momento donde una voz se escuchó entre todas las personas. Una voz que se dibujó con el pasar de los segundos, en un muchacho que apareció en medio de la multitud.—No necesito demasiado. Solo un par de armas y provisiones.—señaló Justin, sin apartar la mirada de encima de Brook y de Jackson.—He hecho esto antes.


____


—Te prometo encontraré a tu madre—le dijo Justin a Jackson, asintiendo lentamente, a medida que se prometía a sí mismo aquellas palabras.—Sólo si tu me prometes que protegerás a Brook.

—Ella dijo que iría contigo—susurró el niño.

Justin entreabrió los labios al escucharlo decir eso. Sin embargo, no tuvo tiempo de manifestar su sorpresa, porque ella apareció justo en ese momento detrás de los dos, con una pequeña mochila colgando en su espalda y una mirada que lo dejó sin palabras.

—¿Nos vamos?—le preguntó decidida.


***

Gracias a los detalles que habían recibido de parte de Danielle, lo que tenían frente a sus ojos se les hacía bastante parecido al dichoso refugio cercano.

El lugar era un colegio. Un colegio antiguo rodeado de un cerco metálico oxidado por los años y autobuses amarillos estacionados de manera improvisada, cerrando el acceso. Ambos tuvieron esa sensación densa en el estómago que les alertaba que, efectivamente, ese era el lugar que había estado esperando por ellos durante todo ese largo viaje.

Justin detuvo la camioneta detrás de un árbol. Aquellos pocos segundos fueron suficientes para inspeccionar el ambiente por su propia cuenta: el lugar era lejano, desértico, oscuro y demasiado silencioso para su gusto. No parecía haber rastro de algún infectado o una manada rondando los exteriores, lo cual no podía calificar como una ventaja. Nada podía asegurarle que no se encontrarían con cientos de ellos en el interior.

Ese pensamiento le hizo tensarse. Tensarse y mirar a la persona que tenía al lado de reojo. Brook recargaba las armas muy concentrada a su costado, sin percatarse aunque sea un poco de su nerviosismo. Eso estaba bien. Porque no quería que supiera que aunque se lo había prometido, no podía evitar sentir temor por ella. Por perderla...

—¿Fusil o Escopeta?—le preguntó Brook de pronto.

Justin tardó unos segundos en volver de sus pensamientos.

—Fusil. —le contestó él, recibiendo el arma entre sus manos. 

La chica terminó de cargar su escopeta y cerró su mochila mediana que pasó a colocarse sobre los hombros.

—¿Qué llevas ahí? —Justin se la quedó mirando de una manera divertida. Quizás no era un buen momento para bromas, pero se veía realmente graciosa. Aunque estaban a punto de enfrentarse a algo letal, ella parecía una niña. Una niña pequeña antes de una guerra.

Antidote | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora