Antidote | terminada.

43. El mejor cumpleaños de toda mi vida.

—Soy Tyler.—dijo el chico con una sonrisa de comercial que desprendía diversión y ganas de sacar de quicio.—Tyler McAdams— y estrechando la mano de Justin, agregó:—Nada en especial, solo mordido por un caballo esta tarde.

—Sí, vale...—sin darse a notar a demasiado, Brook se había posicionado lentamente entre ambos hombres que no se quitaban los ojos de encima, solo para evitar cualquier tipo de situación que pudiese presentarse. —Eso ha sido todo Tyler, espero que mejores.—sostuvo ella, con una sonrisa incómoda que rogaba en su interior porque ese momento terminara.

—¿No vas a responderle?— pero el tono de voz de Justin estaba ahí de nuevo, inquiriendo también con una sonrisa tensa y mirando a Brook, con intensiones serias de seguir enfrentando a Tyler.

Maldición, a veces ella pensaba que el don infinito de Justin era discutir. Pero la verdad es que no era del todo cierto, su don infinito era llevar la razón en todo.

—Creí que ya lo habías hecho tú...—musitó Brook disimuladamente.

—No hace falta, ha sido una pregunta ridícula.—gracias al cielo, Tyler se encaminó a la puerta de la habitación , aún sintiendo los ojos de Justin siguiéndolo como un asesino a su víctima. La comparación le hizo reír, y en susurros que agudizó para ser escuchado, dijo—Ridículo como algunas personas aquí...

Fue entonces cuando Justin alzó la voz:—¿Perdona?

Y Brook se puso justo en frente de él, empujándolo con suavidad por el pecho:—No hagas esto ahora...

Sin decir nada más, Tyler desapareció con un rumbo inexacto hacia los pasillos del hospital.

Brook solo pudo darse cuenta de lo fuerte que se había escuchado la última pregunta de Justin, cuando Tyler abrió la puerta de la habitación para irse, y pudo notar cómo afuera algunas enfermeras se habían aglomerado a husmear con los rostros pálidos.

La puerta se cerró y ella, sin abrir la boca, le dedicó una mirada dura.

—Oh...—sonriendo de mala gana, Justin soltó aire—No vas a decirme que te has enojado por eso ¿verdad?

—Solo explícame por qué tenías que enfrentarlo de esa manera...—la chica se dedicó a buscar su bolso entre los casilleros del personal, dándole la espalda.

—¿Entonces solo tenía que quedarme de brazos cruzados, viendo como coqueteaba contigo?

—Estás exagerando...

—Brook, sé cuando un hijo de puta intenta sacar partido contigo.—él hablaba y era como si al mismo tiempo botara humo por los oídos. A Brook no dejaba de sorprenderle la facilidad en la que podía alterarse por un problema tan leve. Aunque después de todo, no estaba tan equivocado esta vez. —No es la primera vez que pasa...

—Ya...—ella puso los ojos en blanco, acercándosele de nuevo e intentado moderar el volumen de su voz. No quería discutir con Justin en un día como ese, y sabía que sería difícil que él fuese quien bajara la guardia. —Pero te ha faltado poco para hacer lo que suelen hacer los animales: orinar en sus parejas para marcar territorio.

Justin hundió el rostro, confundido.

—No intentes ser graciosa en un momento como este...—musitó él, con vanas intensiones de ocultar esa sonrisa que iba formándose en sus labios cuando la vio hacer puchero en frente de él. —Ese tonto documental de Animal Planet que vimos no hará que deje de estar enojado.

—¿Y yo tampoco?— tomándolo desprevenido, Brook entrelazó sus manos con las del muchacho, provocando que él la mirara. Justo ahí, en los labios.—No te pongas celoso...