Justin dio otra vuelta en la cama.
Cuatro de la mañana y no había podido pegar un ojo en toda la noche.
A su lado, Brook dormía y su respiración salía lentamente, moviendo el pecho de arriba hacia abajo de una forma muy sutil. Las facciones relajadas de la chica y la expresión en su rostro le hicieron sonreír despacio, estúpidamente embobado. Demonios, ¿quién iba a pensar que con veinticuatro años volvería a tener las sensaciones de un puñetero adolescente?
De un día para otro se había convertido en un hombre vulnerable, con las sensaciones a flor de piel, pensando más con el corazón que con... La otra parte de su cuerpo con la que pensaba todo el tiempo. De ser un hombre mecanizado, frívolo y sin nada de tacto para ninguna situación, ahora era un manojo de sentimientos. De sensaciones fuertes.
Y vaya con las sensaciones.
Una cosa era cierta, nunca había imaginado volver a sentir algo como eso alguna vez. Desde Morgan, todo había sido difícil de sobrellevar. Enfrascarse en relaciones sin futuro y sentimientos básicos había dejado de ser algo que él pudiera sostener. ¿Por qué con Brook había sido diferente? ¿Por qué cuando la veía sentía que perdía los estribos y era capaz de cualquier cosa?
Quizás era normal, es decir, después de todo así era el amor de jodido. Y la verdad es que el tiempo no había pasado en vano para Justin. Si antes al menos podía considerarse un buen prospecto de novio en un porcentaje mediocre, ahora no era nada, absolutamente. Y ahora que tocaba ese tema ¿estaba pensando seriamente en tener una... relación?
¿Qué iba a pasar después del experimento en Washingtom? ¿Todo acabaría ahí? ¿Él realmente quería eso? ¿Olvidarlo todo? ¿Hacer como si nada hubiese sucedido? ¿Y qué si solamente era algo momentáneo? ¿Realmente lo era? ¿Brook era algo momentáneo? ¿Podría soportar el hecho de que su antídoto haya podido ser la cura de la muerte de su exnovia? ¿Qué habría dicho Morgan de todo esto?
Los movimientos de la chica sobre la cama lo hicieron volver a la realidad, aunque de esta no había tanta diferencia. Empezaba a sudar frío, y solo había bastado con hacerse algunas preguntas respecto a ella. ¿De verdad tenía que ser así de complicado? Era un jodido inexperto en esa mierda del amor.
Y en ese momento, las cosas estaban lo suficientemente complicadas como para hacer del amor un tema protagónico.
Justin se puso de pie y salió de la habitación, cerrando de un portazo suave.
Algunos vidrios seguían esparcidos por los pasillos de la residencia y todo alrededor indicaba que se había desarrollado una guerra interna en el lugar: desde muebles que no estaban en sus sitios, ventanas en pedazos y lágrimas de sangre por doquier. El infierno que habían vivido ahí hace menos de diez horas había sido devastador.
Devastador y muy inteligente.
Después de horas revisando el sistema de seguridad, a este no le había encontrado falla alguna. E incluso si este hubiese sido el problema, ¿qué sucedía con el satélite? ¿con la protección de sensores de Washington? Todo el gobierno de los Estados Unidos tenía los ojos puestos en esta base militar. En Brook. ¿Cómo, por todos los cielos, habían podido entrar a la residencia con la facilidad que tiene un niño para desplazarse en los videojuegos?
La intersección había sido brillante, limpia, astuta. Alrededor de seis hombres habían tenido la oportunidad de entrar con sencillez, de estar cercar de Brook. De incluso, poder hacerle daño. Podía entender que ese tipo de situaciones se hayan dado en los departamentos anteriores, pero... ¿en Brasil?
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Antidote | terminada.
FanficLos rumores de un antídoto que salve a la humanidad de una posible epidemia son reales: se encuentra en la sangre de una chica. Para esa importante misión, los gobiernos del mundo solicitan los servicios de uno de sus mejores agentes, Justin Bieber...