45. Ley del hielo.

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Canciones utilizadas para este capítulo:

Long Way Down - Tom Odell
Como un perro – Libido 
Vampire's kiss - John Gold



***



Madrugada. Fría madrugada.

Brook escuchó la puerta de la casa abrirse y cerrarse de un portazo sonoro y a alguien caminando en medio de la oscuridad, renegando por el ruido escandaloso que estaba haciendo sin intención.

Sin alarmarse demasiado, la chica dejó la cama y caminó a hurtadillas hacia la puerta de su habitación. La abrió y espió por el pequeño espacio. Lo único que pudieron divisar sus ojos fue a un hombre tendido sobre el mueble, aparentemente dormido y...borracho. Eso lo pudo comprobar a la perfección al sentir el olor a trago corto que llegaba hasta su habitación.

De inmediato sintió cómo el corazón se le salía del pecho al escucharlo decir cosas sin sentido,  propias de su estado etílico. Cuando Justin tomaba, solo podía significar una cosa: que lo estaba pasando lo suficientemente mal como para querer hacer el ridículo.

Aquella conclusión solo hizo que fuese más difícil para Brook hacerse a un lado. Porque a pesar de todo, quería a ese chico con toda su alma. Y no le gustaba verlo así, sentirlo así... Sentir que todo estaba tan mal, que todo estaba tan jodido entre ambos. ¿Así serían las cosas siempre cada vez que tenían que discutir por cualquier cosa? ¿Acaso de verdad ninguno era capaz de romper su estúpido orgullo?

Dándose fuerzas a sí misma, la chica se apartó de la puerta y la cerró muy despacio. Después de todo, Justin estaba borracho y poco o nada entendería de las cosas que podrían dialogar en ese momento. Incluso todo podría empeorar si intentaba hablar con él sobre su reciente discusión, así que por esa noche... Brook decidió irse a la cama.

Quizás mañana, cuando ninguno de los dos se encontrasen enojados, podrían hablar como dos personas adultas, maduras, civilizadas. Podrían reconciliarse.

O quizás no...




***




El primer día fue el peor.

Ella despertó gracias al sonido de su teléfono avisándole que eran más de las 7:30 am. Primero un poco desorientada, se giró para encontrarse con el rostro de Justin y poder verlo despertar como siempre lo hacía. Definitivamente era su parte favorita del día...

Pero él no estaba ahí.

Solo entonces pudo recordar lo que había tomado lugar ayer: su salida con Tyler, la discusión con Justin y la borrachera de este.

Brook dejó la habitación, no sin antes respirar profundo, animándose a sí misma para tener la suficiente fuerza de voluntad para lo que sea que fuese a encontrarse ahí afuera. Porque lo sabía muy bien, era capaz de derretirse por él si lo veía dormido en ese mueble, totalmente indefenso, vulnerable o incluso triste...

Pero cuando salió, no había nadie en el mueble. Y tampoco se encontró frente a ella a un Justin desanimado, irritado, ni mucho menos triste... Él estaba... bien.

Antidote | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora