Hello, Smith.

Capítulo 3

Eres una chica guerrera

Amaba los días de lluvia, realmente hoy el día había empezado con buen pie. Me había puesto hasta mi camiseta favorita. La lluvia es una forma de relajarse y sobretodo si por la tarde tienes que estudiar y no vas a poder salir, es una forma de joder a los demás.

Los pájaros cantan, las nubes se levantan...no sé como sigue. Pero, de verdad, que iba a ser un día fantástico. O eso pensaba yo.

Entro al instituto como cualquier día normal y tuve mis primeras horas obligatorias. A la hora del almuerzo me fui a sentar a una mesa con mis amigas, prácticamente era nuestra mesa. 

Me siento con un suspiro. Estaba agotada después de la clase de historia a tercera. 

─Brooke, tu plan no ha funcionado ─dice Rebecca al verme.

─¿Me lo dices o me lo cuentas?

─¿Qué vas a hacer? ─pregunta Clara, que había dejado un libro de lado para meterse en la pequeña conversación. 

─Pues ya no me llega la imaginación para otra venganza, pero cuando tenga la oportunidad haré algo.

Miro mi comida, bueno comida... y doy otro suspiro, tenía una pinta asquerosa y, de repente, se me había quitado el hambre. Era una sopa de pescado junto con un zumo. Que combinación, vamos.

Si que me tomo el zumo, pero en cuanto me lo termino voy directa a la papelera a tirar la sopa. El comedor estaba atestado de adolescentes hormonados que hablan animadamente sobre temas triviales, sentados en las mesas grises con dos banquetas a los lados. Como dije, mi instituto es como el de una película.

Cuando estaba a punto de tirar la sopa, alguien me habla desde detrás haciendo que parase mi acción.

─¿Qué tal, preciosa? ─dice Jack detrás de mi.

Miro mi plato de sopa y sonrío. Como todavía no lo había tirado, lo agarro con más fuerza, me doy la vuelta, sonrío a Jack y se lo tiro. Para que nos entendamos, prácticamente su camiseta ya no era blanca. 

Y mi sonrisa se ensancha más al comprobar que la sopa estaba ardiendo. ¿Cómo? Porque me saltó un poco en la mano.

─Que pases un buen día, Scott ─me despido mientras me voy con una sonrisa, dejándolo mirando su camiseta y saltando como una niña por lo caliente que estaba.

Cuando llego a la mesa mis amigas me miran asombradas, pero, partiéndose de risa.

─Ya puede aprender.

Vuelvo a mirar hacía Jack y puedo ver como tenía sus ojos clavados en mí, sonriendo. ¿Por qué coño sonreía? Nunca iba a entender a ese chico.

Todo iba de perlas, había tenido mi segunda venganza con Jack, llovía, hoy tendría una tarde de ver series...El día perfecto. Pero eso no le pareció entrar a la profesora de biología cuando decidió mandar un trabajo. Y no solo eso, me tocó con Jack. 

El mundo me odiaba.

Como ya había acordado con Jack donde y cuando para hacer el trabajo, voy directa a su casa, que por cierto ahora estaba a cuatro pasos de la mía. 

Llamo al timbre y me abre su madre.

─Eeh...¿está Jack? ─pregunto mirando sus ojos verdes, iguales a los de su hijo, y poniendo mi cara de niña buena, que no tenía.