Capítulo 33

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Soy como flash


─¿Qué haces aquí?

─¿Por qué pareces el yeti de las nieves?

Habíamos hablado los dos a la vez, Finn y yo. Él estaba en mi porche cuando yo llegué a mi casa, después de mi castigo con Jack. El cual me había traído a mi casa, obvio, vive al lado. Las cosas de la vida, oye... 

─He preguntado primero ─digo mientras subo los primeros escalones. 

─Vengo a despedirme ─contesta él.

─¿A despedirte? ─y lo digo mientras que con una toalla que se encuentra en mis manos me intento limpiar algo de pintura. 

─Vuelvo a mi casa.

─Eh...

─Mi hermana y yo somos de intercambio, ¿recuerdas?

─Pues no-espeto, porque que yo recuerde era una chico nuevo, como cualquier otro. 

─Vengo a despedirme de ti ─me quedo en silencio, esperando a que prosiga─ siento haberte besado delante de tu novio, de haberte acorralado y de haber sido un cabrón.

─Lo de cabrón no te lo voy a reprochar, pero, Jack en esos momentos no era mi novio ─me mira mal, algo desconcertado.

─Imposible, Jack vino a por mi después.

─¿Qué?

─Dijo que no me acercara a ti. Bueno, no con esas palabras, simplemente me dijo que te dejara en paz.

─¿Pero este chico es subnormal o que le pasa?

─Bueno...ehh...adiós...

Finn empieza a bajar los escalones de mi porche y yo, con mi cara de confundida total, le cojo del brazo.

─¿Qué te dijo exactamente? 

─Brooke... ─le miro mal, pero que muy mal, suspira─ Me dijo que no me acercara a ti a no ser que fuera para una disculpa.

─Vale, gracias.

Finn sale de mi vista en un abrir y cerrar de ojos. ¿Jack le dijo eso? Corro dentro de mi casa, no saludo ni a mi madre-porque si, mi padre ya se había vuelto a ir a Alemania- no quiero que me vea con estas pintas. Subo zancada a zancada las escaleras, me meto en mi habitación y saco el móvil.

Yo: Acaba de venir Finn Parks a despedirse. Y me ha contado cosas...

Dejo el móvil, cojo lo necesario para la ducha, lo que es el pijama y ropa interior limpia. Hoy no iba a salir. Cojo el móvil para poner música y me meto en el baño. Espero a que el agua de la ducha esté ardiendo para meterme. 

En mitad de la ducha, la música se para, me ha llegado un mensaje. Sé que es de Jack. Termino de enjabonarme y de lavarme el pelo y salgo. Ha sido difícil quitarme la pintura de las orejas, pero lo he conseguido. Me envuelvo en una toalla, miro el móvil, de Jack. Lo vuelvo a dejar en la encimera del lavamanos y me echo la crema por la cara. Después me cepillo el pelo y me visto. Cojo la ropa sucia y la meto en un cesto para ello. Paro la música proveniente de mi móvil e intento meterme en el mensaje de Jack. 

─¿Qué te ha dicho? ─exige saber una voz masculina en mi habitación.

El móvil sale volando de mis manos y lanzo un grito al ver a Jack de pie, en medio de mi dormitorio. Cojo el móvil del suelo, lo desbloqueo y lo vuelvo a bloquear para ver si funciona. No está roto. Y una vez aclarado el tema de mi móvil, miro a Jack.

Hello, Smith.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora