Tienes que creerme
─¿Vas a decírmelo algún día? ─pregunta Jack por décima vez. Me había sacado de la clase con la excusa de hablar con el director, todo mentira. Y cuando pudo sacarme, me llevó al aparcamiento del instituto.
─Espera que me lo pienso ─cuento dos segundos─ no.
─¿Pero cuándo lo hice?
─¿Ah, qué no lo sabes? ─niega incrédulo con la cabeza─ haz memoria, guapo. Haz memoria.
─Brooke, por favor dímelo.
─¿Qué quieres que te diga? ¿Qué eres un imbécil sin corazón? Dios, que tonta soy por confiar en ti, ¡a mi me tenía que gustar el más gilipollas!
─Brooke...
─¿Qué hiciste el sábado por la noche?
Se queda pálido al segundo. Abre la boca y la cierra. Por un momento pensé que sería mentira, que tendría alguna excusa, que no era él. La esperanza siempre está ahí, presente. Pero su silencio me ha dado las respuestas y la realidad me golpea en toda la cara. Como si me tiraran chinchetas a los ojos. Joder, esto duele.
─Lo que pensaba. Eres un hijo de...
Después de esto no me apetece volver a clases y no creo que nadie me eche en falta, así que decido salir del aparcamiento del instituto para encontrar un sitio soleado y solitario donde llorar tranquila. Porque aunque prácticamente ya lo tenía superado, aún quedaban esperanzas de que fuera mentira.
─¡Espera! ─no aligero el paso, es más, lo acelero.
Oigo como corre hacía mi y en menos de un minuto ya lo tengo en frente. Tengo que pararme para no chocar contra él, y ya que veo que no se va a mover y a estar quieto, me cruzo de brazos y alzo las cejas a la espera.
─No sé que te han dicho, que has visto. No sé nada, pero tienes que escucharme.
─¡No quiero escucharte!
─Tienes que creerme, Brooke.
─¡No quiero! ¿Vale? ¿No te das cuenta que me lo acabas de confirmar?
─Escúchame, por favor ─su tono es de súplica y en sus ojos puedo ver tristeza y desconsuelo. Pero me da igual, no voy a caer en su trampa con esos ojitos.
─No tengo otra opción.
─Yo no la besé, ella...
─¡Me da igual! ¡Haz el favor de dejarme en paz!
─¡Escúchame! Voy a empezar por lo más importante. Es una suerte para mi tenerte, ¿vale? Te quiero muchísimo. Has hecho que todo se recomponga, ¿no ves que estamos destinados a estar juntos? Yo nunca te haría una cosa así. Yo nunca...
─Muy bonito todo lo que me estás diciendo, de verdad, pero me tengo que ir.
─Brooke...
─No me sigas ─digo dando un paso.
─¿Sabes que lo voy a hacer, no?
No esperaba menos. Le alcanzo en unos pasos y le dejo atrás. Salgo del aparcamiento y camino sin un rumbo fijo. Ha vuelto a decir que me quiere. Él nunca me haría una cosa así, dice... ¿Cómo voy a creerlo?
¡Pero es que me lo ha confirmado! No me ha dicho que no, no me lo ha negado. ¿Se pensaba que con unas cuantas palabras bonitas iba caer rendida a sus pies?
ESTÁS LEYENDO
Hello, Smith.
Genç KurguBrooke es... ¿cómo decirlo? Es una chica muy valiente, guapa, presumida, algo borde y con mucho ego. A fin de cuentas, una adolescente. Suele romper algunos corazones y está acostumbrada a que los chicos la traten demasiado bien y la alaben. ¿Qué...