Capítulo 41

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¡Confía en mi!


Estábamos en el comedor Rebecca, Cameron, Clara y yo. Y por desgracia, a Clara le dio por contar chistes malos, pero malos. 

─¡Va otro! ¿Qué le dice una impresora a otra? ─no contestamos─ ¿Esa hoja es tuya o la impresión es mía? ─se ríe ella sola como un cerdito─ ¡otro, otro! ¿Qué tipo de agua va al gimnasio? ─los tres bufamos y nos encogemos de hombros─ ¡el agua fuerte!

Vuelve a reír mientras todos nos damos cabezazos contra la mesa, a mi se me escapa una pequeña risilla por lo bajo, pero no es porque el chiste me haga gracia, es porque el chiste es demasiado malo y de lo malo que es me causa gracia. 

─¿De qué se ríe esta tía? ─pregunta alguien detrás de nosotros, me giro para mirar a Ethan y a Jack caminando sentándonos en nuestra mesa con las bandejas en la mano.

─Lleva así todo el tiempo ─dice Cameron poniendo los ojos en blanco. 

─Está contando unos chistes muy malos ─explica Rebecca mirando mal a Cameron por su mala explicación.

Miro a Jack, lleva los pitillos que se compró el sábado conmigo y una camiseta negra, todo negro. En este caso nos parecemos, yo  llevo unos pantalones cortos negros con medias transparentes y una camiseta negra con una frase en blanco. Me saluda con una sonrisa y yo hago un movimiento de cabeza. 

─¿Qué ha sido eso? ─dice Ethan. 

─¿Qué? ─pregunto al ver que se refiere a mi.

─Su relación está más congelada que el polo norte, ¿dónde está la pasión? ─Ethan sacude la cabeza como si estuviera viendo morir a alguien.

─¿Qué dices, tío? ─hablo de nuevo con las cejas enarcadas.

─Hablo en serio, pensé que ya os habíais arreglado. 

─Relájate, amigo ─dice Jack. 

─No, cuidar de su amor es mi deber como fundador de esta relación. ¿Están teniendo problemas? ¿Quieren consejos de parejas? ─seguía hablando Ethan, ¿fundador de nuestra relación? 

─¿Si la beso te callas? ─pregunta Jack algo desesperado.

Ethan asiente. Miro a Jack con las cejas aún enarcadas y él se encoge de hombros, se pone frente a mi y me besa. Y cuando pensaba que ya había sentido todas las sensaciones posibles, besándolo descubro otras nuevas. Los dedos de los pies se me encogían y mi cuerpo se estremecía como si un beso no fuera ya suficiente.

Cuando me deja de besar me quedo flotando, podría vivir así toda la vida si pudiera, ¿ese gnomo me está hablando?

─¿Contento? ─pregunta Jack mirando a Ethan.

─No tanto como Brooke ─contesta éste y yo me quiero hundir bajo el suelo al pensar que estaba sonriendo como una tonta. 

Después de esto, Jack se sienta a mi lado, le doy un beso en la barbilla y él me mira con el ceño fruncido. Pone su mano en mi frente.

─¿Estás enferma?

Estrecho los ojos en su dirección y le saco la lengua.

─No necesito que alguien me moleste para besarte. 

─Yo tampoco.

─Claro que sí, hasta que Ethan no...

Mis palabras fueron cortadas por sus labios, ¿era apropiado sonreír mientras te besaban? Porque yo lo estaba haciendo. 

Hello, Smith.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora