Capítulo 30

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Nena, todo lo que necesites 


Al principio, mi fiesta era normal, repito: al principio. Ahora...bueno, es un desastre. Hay gente que ni conozco. Toda mi familia se fue, gracias a Dios, menos mi hermano. Quien ahora está besándose a lo bruto con su novia. Le está machacando la teta. Sé que Matt va contento, y Caroline...me imagino que un poco de lo mismo. 

A mis amigas las perdí hace tiempo, Rebecca se habrá ido con su novio y Clara estará intentando ligar con alguien. Lo único que sé es que ahora mismo estoy sola con Ethan y Theo. Y Jack sigue sin aparecer. Estos dos me han dado una bolsa llena de chocolate, en un principio les he regañado por querer que engorde pero luego he terminado comiendo hasta la mitad yo sola. 

─¿Dónde está Jack? ─le pregunto por encima de la música a Ethan.

─En Madrid.

─¿Qué hace allí?

Y lo que en realidad me pregunto es: ¿por qué no me ha dicho nada?

─Está...ehh...

─¡Felicidades, Brooke! ─dicen unas chicas que pasan de la mano por nuestro lado.

─Gracias ─digo mientras las sonrío amigablemente─ ¿está...?

─Mira, ahí está ─dice Theo señalando con la mano en dirección a la puerta.

Me levanto lo más rápido que puedo del suelo y voy a su encuentro. Voy caminando lento para ver que lleva puesto y ya puestos, admirarlo. Lleva una camisa blanca con unos vaqueros y las converse blancas. ¿Por qué siempre va tan guapo?

Me pongo detrás de él y cuando se da la vuelta:

─¡Bu!

Por los labios de Jack se filtra una sonrisa y luego me envuelve entre sus brazos para darme un beso, un beso cálido. De esos que te reconfortan, cariñosos y necesarios.

─Felicidades, nena ─me susurra en el oído.

Me entremezco al sentir su aliento en mi oreja y me separo de él.

─¿Qué hacías en Madrid?

Después de esa pregunta, veo como su cara se descompone y se pone pálido. A lo mejor no debería haber sido tan directa...

─¿Quién te lo ha dicho? ─y aunque no lo diga con un tono desafiante ni nada por el estilo, algo molesto si que está, lo puedo ver en sus ojos.

─Ethan, pero se le ha escapado.

─Hijo de...

─Puedes contármelo.

─Más tarde, ¿vale? ─asiento, al fin y al cabo es un problema suyo─ primero tu regalo ─y ahora ya no parece molesto ni nada, de nuevo tiene esa sonrisa cariñosa en sus labios. 

Sonrío y miro la bolsa que cuelga de su mano. Me la entrega y yo la abro animada. Dentro hay unas cuantas cajas. Empiezo por la más pequeña, es una caja negra, igual que la de Matt. Y hay una pulsera dentro, de color plateado, con un libro en miniatura y un corazón.

La miro asombrada, le debe de haber costado un pastón.

─Jack...

─¿Si?

─Dime que no me has regalado esto.

─No, hay más.

─¡Jack! ¡Esto debe de haberte costado muchísimo! ─grito exasperada. 

Hello, Smith.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora