¿Por qué llorabas?
Tenía miles y miles de mensajes y llamadas de Jack acumuladas en mi móvil. Pero todas las iba borrando, ni siquiera las leía. Tampoco se merecía eso. Y por supuesto, con cada mensaje suyo caían unas cuántas lágrimas estúpidas.
Me decía a mi misma que no debía llorar, porque no se lo merecía. Pero ni siquiera esa maldita frase que me repetía millones de veces me hacía parar de llorar o no recordar cada uno de los momentos vividos. Ni yo misma me podía mentir.
No le quería cerca pero tampoco le podía dejar ir. Y eso si que era horrible. El domingo por la mañana no había dormido nada en toda la noche y estaba todavía más apagada y con menos fuerzas. Mi hermano entró a mi habitación y me quitó la música deprimente -con música deprimente me refiero a nuestra canción-, me obligó a meterme en la ducha para que dejara de oler a melancolía. El pobre ni siquiera sabía porque estaba deprimida y menos por quien. No le quería decir que era por Jack, porque estaba claro que le iba a partir la cara. Así que mi madre y yo teníamos un trato de no contárselo, él nos odiaba en estos momentos, pero eso no le pude prohibir que me ayudara a sacar toda la mierda que llevaba dentro.
Me llevó a tomar un helado a nuestra cafetería preferida, que fíjate tú por donde es a la que me llevó Jack en nuestra cita, allí me deprimí más. Matt, al ver mi estado, me llevó de vuelta a casa. Me volví a encerrar en mi habitación y en vez de ponerme a llorar de nuevo, puse una de mis series favoritas para no pensar en él. Aunque, me consta decir, que cuando algunos de los protagonistas se besaban a mí me daba un vuelvo el estómago.
Y no sabía como afrontar esta situación, porque hoy era lunes. Y solo tenía una cosa clara, no le iba a hablar. Iría al instituto, pasaría de él, estaría con mis amigas con total normalidad y así por el resto de los días. El problema era "ir al instituto", desde que estábamos juntos, incluso antes, Jack me llevaba en su coche. Ahora, tendría que ir caminando como siempre lo he hecho.
─¿Qué haces despierta? ─le pregunto a mi madre. Normalmente los días de diario, cuando yo me levanto, ya suele estar en el trabajo.
─Quería ver como estabas antes de irme ─deja la taza de café que se estaba tomando para mirarme con una cara de preocupación.
─Estoy bien, gracias.
─¿Qué vas a hacer?
Sé perfectamente a lo que se refería, y era muy complicado explicárselo sin derrumbarme. Porque no poder hablarle, ni mirarle...Era devastador.
─Pasar de él, no voy a hablarle ni nada.
─¿Cómo vas a ir al instituto? Solía llevarte...
─Ya lo sé, iré andando como siempre he hecho.
Mi madre asiente y se termina el café. Me da un beso de despedida y sale por la puerta. Inhalo hondo y me preparo el vaso de leche. Voy a tener que necesitar mucha fuerza para el día de hoy.
El coche de Jack pasa por mi lado con la ventanilla bajada y lentamente para estar a mi ritmo.
─¿Por qué no me has esperado para que te lleve? ─pasa de él, sigue hacía delante─ ¿Brooke? ─un paso tras otro, un paso tras otro─ ¿por qué no contestas a mis mensajes?
─Hoy voy andando.
Ando más rápido, pero él vuelve a pillarme. Maldito, ¿por qué tendrá coche?
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Hello, Smith.
Подростковая литератураBrooke es... ¿cómo decirlo? Es una chica muy valiente, guapa, presumida, algo borde y con mucho ego. A fin de cuentas, una adolescente. Suele romper algunos corazones y está acostumbrada a que los chicos la traten demasiado bien y la alaben. ¿Qué...