Es inevitable
Mi mente estaba saturada y me sentía bastante cansada, ya no solo físicamente por no haber podido dormir bien, si no psicológicamente por todo lo ocurrido.
No he parado de pensar en ello, y eso ha llegado a hacer que me coma la cabeza en unas cuantas horas de la noche.
Me he despertado con unas pintas horribles, y me lo justifica mi reflejo en el espejo del baño. Mis ojos están rojos e hinchados y las ojeras de un color azulino oscuro no ayudan. Estoy pálida y no tengo fuerzas para nada. Pero tengo instituto y que remedio.
Me meto en la ducha para relajarme, el agua cae sobre mi cuerpo, y me siento como si estuviera flotando. Mis músculos se relajan y mi cara agradece la humedad. Salgo de la ducha muchísimo mejor y me visto. Me echo corrector en las ojeras y un poco de rimmel para que se me vea más despierta.
Desayuno junto a mi hermano y salgo de casa. Me pongo los cascos, como siempre, y escucho canciones tristes. Cuando llego al instituto mis "amigas" no están en la puerta. Entro sin importarme lo más mínimo ese detalle y camino por los pasillos como si fuera un zombie. Sin a penas haber dormido no puedo hacer otra cosa.
─¡Brooke! ─reconozco la voz al segundo, así que la ignoro─ ¡Brooke! ─pensará que no la oigo, oigo como se acerca y se encuentra a pocos centímetros de mi─ ¿Brooke?
Me doy la vuelta ya cansada y la envío una mirada reprobatoria. Ella está confundida, pero no me detengo más en mirar su reacción y sigo caminando.
─¿He hecho algo malo? ─no la contesto─ Vale, lo he hecho.
Sigo sin contestar y me dirijo a mi clase. Por desgracia para mí, a Rebecca le toca la misma clase, y se sienta a mi lado. No la miro. Creo que ya bastante ha tenido con la mirada que la he echado. En medio de la clase veo por el rabillo del ojo como se mueve y escribe algo, a los pocos segundos en mi mesa cae una notita de papel.
Sé que es de ella, pero me niego a abrirla. No se lo merece, además, mi ego es muy grande para ello... Al final, la curiosidad me puede y la abro.
Sé que he hecho algo mal, ¿podrías decirme el qué?
-Rebecca.
La leo y la rompo en pequeños trocitos con algunas lágrimas en mis ojos que amenazan con salir. Respiro hondo para no llorar en público, y menos delante de ella. No se lo merece. Al terminar la clase tiro los pedacitos a la basura y salgo corriendo hacía el baño.
Sé que puede parecer que me he enfadado de más por esa tontería. Pero para mi es un mundo, esto quiere decir que no la importo. Que no confía en mi.
Antes de llegar al baño, y ahora si, con lágrimas en mis mejillas enrojecidas. Clara me detiene.
─¿Brooke? ─pregunta confundida─ ¿Por qué lloras?
─¿Tu qué crees?
Me limpio las lágrimas de los ojos y la miro más seriamente, aunque algo dolida.
─Si es por Rebecca... ─asiento─ no llores por ella ¿vale?
─Es inevitable.
─A mi también me ha sentado mal.
Y por primera vez desde ayer por la tarde, recuerdo que Clara también es su amiga y que estaba allí conmigo, presenciándolo todo.
─Es que Clara... somos mierda para ella ¿no?
─Tendrá una explicación ─no contesto─ oye, ¿tú la has hablado?
─No se lo merece.
─Tampoco se merece tus lágrimas.

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Hello, Smith.
Teen FictionBrooke es... ¿cómo decirlo? Es una chica muy valiente, guapa, presumida, algo borde y con mucho ego. A fin de cuentas, una adolescente. Suele romper algunos corazones y está acostumbrada a que los chicos la traten demasiado bien y la alaben. ¿Qué...